Thalía
Los meses pasaban, y todo iba bien, no volvió a haber ningún enfrentamiento, Adhara ya se recuperó del tiro, Mauro ya no tenía las cicatrices y yo con mi embarazo iba bien, unos días mejores que otros, pero bueno. Seguíamos viviendo en Australia, y no podía ser más feliz.
–Duki ha salido del centro psiquiátrico –soltó Momo apartando la mirada de su móvil, todos lo miramos y él nos mostró la pantalla de su móvil, con un mensaje de él.
–¿Sabe dónde estamos? –preguntó Mauro mirándolo.
–Diría que sí, pero no puede salir del país por el momento.
–Normal, lo acaban de sacar.
–Me preguntó por vos y por qué no respondes a los mensajes.
–... Voy a mirar el móvil.
Busqué mi móvil y cuando lo encontré vi llamadas perdidas de él y varios mensajes.
>Sé que hace mucho que no hablamos y que probablemente te olvidaste de mí.
>¿Dónde estás?
>¿Estás bien?
>Llámame.
Marqué su número y me puse el móvil en la oreja esperando a que respondiera.
>Ya pensé que no volvería a escucharte –sonaba mejor, al menos ya no parecía que hablaba con un enfermo mental.
<Aquí estoy. ¿Cómo estás?
>Mejor, la verdad que mejor. Me enteré de que andas por Australia.
<Sí, vivimos aquí.
>¿Vos estás bien?
<Bueno, tengo días, pero en el estado en el que estoy, es normal.
>¿En qué estado estás?
<Embarazada.
>... ¿En serio? Dios, sí que me perdí bastantes cosas… ¿Hace cuánto que no nos hablamos? –parecía un poco perdido a la vez que dolido.
<Meses, ¿seis? No lo sé.
>Ni idea –rió–. En cuanto pueda salir del país iré a verte, pero ahora mismo difícil lo tengo. Además tengo demasiados antecedentes, salí de un sitio y me voy para otro…
<Ya… tu primero aclara todo y ya después nos vemos, aunque no sé si los demás van a querer, pero yo si, no te guardo rencor.
>Los demás me odian.
<Sí, pero cuando todos veamos el cambio, todo se arreglará. Todos merecemos una segunda oportunidad.
>No quieren ni verme, da igual. Total, voy a entrar a la cárcel mañana y de allá sí que no me sacan… –suspiró–. Te extrañaré de nuevo supongo. No te preocupes, ya nada es como antes.
<¿Cómo? Necesito verte antes de que te vayas, esto no puede ser verdad, no, no.
>¿Qué esperabas? Tengo más antecedentes que años de vida. Cálmate…
<No puedo. No puedo aceptar eso. Me duele
>Yo no puedo hacer nada, si digo algo capaz me meten más años todavía. De momento estoy con treinta… –exploté en llanto. Si, habíamos tenido una relación tóxica, sí, me pegó y me hizo sufrir, pero yo lo seguía queriendo muchísimo, y me dolía pensar que lo iban a encerrar en cuatro rejas la mitad de su vida, necesitaba verlo.
<Me hubiera gustado verte antes de eso –sollocé.
>... A mí también, nena. Con suerte saldré por buena conducta, aunque lo dudo bastante. A la gente como yo la lapidan antes de que eso pase…
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Camisa de once balas I
Fanfiction"La mafia tiene peligros, armas y gente despiadada, pero en todos los sitios se puede encontrar un buen corazón..." ¿Quieres averiguarlo? (Mucho contenido y lenguaje explícito, no vamos con intención de sexualizar a nadie) 2 libro ya publicado