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Abril

Unas semanas después la cosa ya estaba más tranquila. Aunque mi abuelo seguía por la zona, era un pesado. Trataba de hablar conmigo, pero claro, sus hombres seguro que seguirán por aquí, y quería aprovechar cualquier momento de debilidad para atacar.

Mi relación con Tiago estaba bien, estábamos bien. Eso no quita que no haya algún pique, o alguna pelea, porque son cosas de pareja. Con suerte sabemos arreglarlo bien. Algo que aún me picaba un poco era Alejo, seguía mirándome con esos ojitos, y me daba un poco de pena. Aun así éramos amigos, y pasábamos ratos juntos. Tiago seguía igual de protector conmigo cuando de Alejo se trataba, pero bueno, que voy a decirle.

-¿Podés dejar de juntarte con él?

-Te he dicho muchas veces que no voy a alejarme de Alejo.

Me encojo de hombros y voy al salón, odio cuando hace eso. En el salón está mi hermana y Ryan comiéndose hasta el alma. Bonita escena.

-Eh... ¡parad!

-¡Vete tú! -se queja mi hermana.

-No quiero estar con Tiago -me dejo caer en el sofá.

-Dejale y buscate a otro -joder, Ryan.

-¿Tú harías eso con mi hermana? ¿Dejarla por una pequeña discusión?

-Es que la pequeña discusión ya lleva meses, mi amor...

-Es cosa de él -lo miro.

-¿Y no te cansa? -dice mi hermana.

-Lo amo tanto que no me importa pelearme con él -aunque eso no sea bueno.

-En ese sentido somos igualitas.

-Ya... -suspiro. En estos momentos me encantaría acudir a Alejo, me ayuda tanto... y como si fuera un llamamiento aparece por la puerta, y al verme sonríe.

-Hola, mi amooooor -va directito a abrazarme. Me levanto rápidamente y lo abrazo, él me levanta en sus brazos y me saca una sonrisa-. Cómo está la princesa, ¿eh?

-Bieeen, ¿tú?

-Perfectamente -me miró a los ojos, no, no lo estaba.

-¿Quieres hablar? -asiente.

Le cojo la mano y lo llevo fuera y nos sentamos en el césped apoyados en la pared.

-Cuéntame.

-Sigo enamorado de vos... Te juro que trato de enterrarlo o dejarlo apartado pero nada.

-Lo siento, o no, no sé.

-Son problemas míos, rubia.

-Me sabe mal igual.

-No tiene por qué.

-Sé lo que es el desamor, y cuanto duele.

-... Pues ese dolor multiplicalo por dos, porque cada vez que te veo con él se me parte el alma.

-No me digas eso... -con lo sensible que soy podría echarme a llorar.

-Dejalo, es mi problema.

-Tu problema duele, cállate.

-Te amo tanto que duele.

-Para... -suspiro.

-Lo siento.

-No te preocupes.

Me duele verlo así, así por mí. No lo puedo corresponder, y no sé si quiero, porque amo a mi Tiaguito, pero Alejo también es increíble, pero no le gusta. Aunque si me pongo súper feliz cuando lo veo y lo echo de menos cuando no está, dios, ¿qué me pasa? Noto su brazo sobre mis hombros, y mi cabeza en su pecho, su mano acariciando mi pelo y su pulso acelerado. Es una persona increíble que podría tener a la que quiere, y justo quiere a la que no puede tener. Bueno, lo he oído más de una vez, quien me quiere no me gusta y quien me gusta no me quiere.

Camisa de once balas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora