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Thalía

El tiempo pasaba incluso más rápido de lo que creía, y Abril ya tenía quince años. Y sí, seguía coladisima por Tiago. Y él, iba de mujer en mujer, el pobre estaba más perdido que una cabra en el desierto… Daniela y Ryan estaban siempre que podían juntos. Incluso a veces se daban un piquito, el típico que se dan los nenes pequeños. Se abrazaban, se miman, se buscan, y Ryan siempre la protegía. Eran adorables. Mientras que Abril estaba desesperada por Tiago porque no le prestaba la misma atención de cuando era pequeña. Aquí había un caos…

–Odio mi vida –dice ella tirándose sobre el sofá.

–Tiago, ¿no?

Desde que lo dejó con Cristina, iba perdido. Pero eh, la chica seguía hablando conmigo, la verdad es que éramos muy buenas amigas desde entonces.

–Es imbécil… La novia que tiene lo está abduciendo. Me da mucha rabia. "Tiago-" «No puedo, estoy con África». ÁFRICA PUEDE IRSE A LA MIERDA. Dios…

–Lo siento, hija…

–Es que me prometió que no me apartaría nunca y lo está haciendo, joder –su voz empieza a quebrarse.

–¿Y si hablas con él?

–Lo he intentado…

–Pues otra vez.

Ella coge su móvil y lo llama, pone el altavoz, y se oye como cuelga.

–Ya lo ves…

–En persona.

–Si viniera a la mansión… Dicen que no aparece desde hace… ¿dos semanas?

–Le puedo decir que venga a casa.

–Díselo…

Cogí mi móvil y marqué su número rezando en que cogiera la llamada. Él contestó.

>Dime.

<Hombre… ¿Cómo estás?

>Bien –su voz sonaba fría–. ¿Qué necesitas?

<Nada, ¿quieres venirte un rato a casa? Se te echa de menos.

>Voy, ahora nos vemos.

<Bieeen –cuelgo–. Ahora viene.

–BIEN –Abril me abraza.

–Escuchame, vete a tu habitación, yo hablo con él y luego entras, ¿vale?

–Vale…

Y cuando él llegó, ella se fue.

Tiago tenía cara de no ser feliz hace meses. Al entrar a casa simplemente lo abracé, no me hacía falta preguntarle si lo necesitaba, se le veía. Él me abraza con fuerza, y suspira.

–Lo siento.

–¿Por qué? ¿Qué pasa?

–Por no haber aparecido en un mes.

–¿Por qué no lo hiciste?

Nos sentamos en el sofá.

–Mi novia.

–No me gusta para ti.

–¿Por qué?

–¿Es que no lo ves? Te acapara. No te deja ver a nadie. NI A LA NIÑA, TIAGO. Eso no es normal.

–Solo quiere pasar tiempo conmigo…

–Tiago, te está alejando de personas que están contigo desde hace años. Te aleja de una niña que conoces prácticamente desde que nació. Date cuenta. Y tú, no estás bien.

Camisa de once balas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora