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Abril

Y vuelvo a estar en bucle, entre la espada y la pared, con mi novio negando que me junte con Alejo. No puedo más. Estoy cansada de esa actitud.

–¿Podés dejar de mirarme así?

–No.

–¿Ahora que te hice?

–Lo de Alejo.

–Sabes que no me gusta, y punto.

–Pues hay que aguantarse.

–¿Por qué tendría que hacerlo? Es tan fácil cómo no seguirle el rollo.

–Que no le sigo el rollo… –suspiro–. ¿Quieres que deje de juntarme con él? Vale, lo haré. Ya está.

–GRACIAS.

–Sí, de nada.

–Tres meses te costó entender.

–Ya basta, por favor.

–¿Basta? ¿En serio?

¿Dónde estaba el hombre cariñoso, atento y maduro del que me enamoré?

–Sí, basta. Estoy cansada del tema.

Me voy de la habitación y voy al jardín a relajarme con la soledad. Solo quiero al chico que era antes. El que me hacía el amor casi todas las noches. El que me cuidaba, me mimaba. Lo echaba de menos. Si tan solo viera el daño que me hace… Encima ahora me hacía alejarme de Alejo, genial. Cierro los ojos ante la luz del sol y al rato noto a alguien a mi lado, al abrir los ojos veo a Ryan. Hacía mucho que no estábamos solos. Sé que de peques no nos separabamos para nada.

–Hola, pesada –sonríe, tiene unos ojos clavados a los de su padre y una sonrisa como la de su madre.

–Hola, feo.

–¿Tiago sigue igual?

–Sí.

–Bueno, cuéntame.

–Al final he cedido, me alejaré de Alejo.

–Tú eres tonta… Lo vas a destrozar, pobre hombre.

–A mí también me duele, pero no quiero seguir así con Tiago.

–Interesante… ¿Y no te has replanteado el dejarlo?

–No. Ni de broma. Ni loca. Ni en sueños. No.

–Vaaaale, vale. ¿Y por qué no?

–Lo amo. Lo quiero. Lo necesito.

–Y te hace llorar, pero para mal. ¿Crees que no te oigo desde el baño?

–Olvídalo, ¿vale?

–Abril…

–No, Abril, no. No voy a dejarlo.

–No he dicho que lo dejes. Pero dime… ¿Qué bien te aporta? No veo que te bese, ni que te abrace, ni nada. Solo te cela.

–¿El sexo cuenta?

–Depende… ¿Hay sentimientos a parte del placer?

–Tiago me ama, solo es una mala racha.

–Lleváis meses en una mala racha…

–Lo sé, lo sé.

–¿No crees que eso es malo?

–Puede. No sé, voy a esperar un poco a ver.

–Eso, tu espera.

–¿Tú con mi hermana bien?

–Perfectamente, la amo con todo mi ser…

Camisa de once balas IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora