Thalía
Ya recordaba a Mauro. Y lo muy enamorada que estoy de él, lo mucho que lo amo con toda mi vida. Mi corazón se acelera cuando lo tenía cerca. Y sentía cuando venía, mi corazón me lo decía. Era como si estuviéramos conectados por un hilo. Él me hacía creer en el hilo rojo. Esa leyenda que indica que estás unido a la persona que es el amor de tu vida por el hilo rojo. Lo amo. Muchísimo. Pero había una enfermera en concreto, Vivianne, era… Era una zorra. Se lo comía con los ojos. Me ponía harta. Un día de estos la mato. Me vino a administrar el suero con su cara de borde y amargada.
–¿Sabes? No lo mereces.
–¿Perdona?
–Ojalá te hubieran desenchufado desde un primer momento.
–No te he pedido opinión.
–Un hombre como él se desperdicia con alguien como tú. Estriosa, vieja, me atrevería a decir fea, pero por suerte para ti, eres decente.
–Ponme el suero y déjame en paz.
–Oh, cariño, acabará cayendo… Todos lo hacen. Arruiné tres matrimonios y un noviazgo ya, puedo arruinar el tuyo, perra –y con eso, sale. Bufé y cerré los ojos con frustración. ¿Y si Mauro caía? Me moriría.
Entró por la puerta con una sonrisa, y mis males se fueron, ahora estaba con él.
–Hola.
–Hola, chiquita –se lanza a besarme y abrazarme–. ¿Pasó algo? Tenías mala cara…
–No te preocupes.
–Sí, sí me preocupo, ¿qué pasó?
–La enfermera.
–¿Qué te hizo? ¿Estás bien?
–Sí, sí. No me hizo nada.
–Vale… ¿Qué te dijo entonces?
–"Un hombre como él se desperdicia con alguien como tú. Estriosa, vieja, me atrevería a decir fea, pero por suerte para ti, eres decente. Oh, cariño, acabará cayendo… Todos lo hacen. Arruiné tres matrimonios y un noviazgo ya, puedo arruinar el tuyo, perra".
–... Por dios… ¿Es la de la otra vez?
–Sí.
–¿No se puede protestar?
–Y yo que sé. ¿Vas a caer?
–¿Estás loca? Sigo enamorado de vos cómo el primer día. No te preocupes.
–¿Seguro?
–Seguro. ¿De verdad crees que después de más veinte años amándote, voy a irme así como así? –agarra mis mejillas entre sus manos.
–Yo que sé, he estado mucho tiempo aquí, a lo mejor te has cansado.
–No me cansé nunca. No voy a hacerlo ahora.
–Te amo, te amo muchísimo. Para toda la vida –miro nuestros anillos.
–Y yo a vos, chiquita.
Me besa con todo el amor del mundo. Mauro era esa persona que siempre iba a estar para ti pasara lo que pasara.
–No te quiero ver preocupada, mi vida, no pienses en ella.
–Esta bien.
–¿Confías en mí?
–Siempre.
–Entonces no tenés nada de lo que preocuparte, mi amor.
–Lo siento.
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Camisa de once balas I
Fanfic"La mafia tiene peligros, armas y gente despiadada, pero en todos los sitios se puede encontrar un buen corazón..." ¿Quieres averiguarlo? (Mucho contenido y lenguaje explícito, no vamos con intención de sexualizar a nadie) 2 libro ya publicado