Thalía
Ya nos habíamos instalado en Australia, en un piso nuevo. Estábamos bien, y yo había escolarizado a la niña en un colegio privado, era lo mejor para ella. Llevábamos dos meses ahí, todo iba bastante bien.
–MAMI, TENGO NOVIO.
–¿Cómo? –me quedé perpleja.
–Bueno, uno no, tengo tres.
–¿Ah sí? –sonreí.
–Siii.
Habíamos adoptado a un gatito egipcio, y era una monada. Corría de un lado a otro, se subía a donde quería, mi hija estaba loca con ella.
–¿Y Cleo?
–Seguro que en las cortinas de tu habitación, como siempre.
Abril la empezó a buscar. Y cuando vino llevaba a la gata en brazos.
–Te lo dije –reí.
–Quiero un perrito…
No habíamos vuelto a tener perros desde Zeus. Y me seguía acordando de él, al igual que de los demás, los echaba de menos, era mi grupo, mi familia. No sé como estarán, o si me echan de menos, no sabía nada.
–No sé, Abril.
–PORFIIIII.
–Bueno, vale –sonreí.
–BIEEEEN, TE AMOOO –fue corriendo y me abrazó. Que lista es.
Esa misma tarde fuimos a la perrera y empezamos a mirar cachorros de perro hasta que vi uno que nos llamó la atención a las dos. Un Border collie.
–Parece que está triste…
Ella fue directa a verlo, él perro tenía una mirada de pena, como si quisiera salir corriendo. Se acercó a la puerta de la jaula y puso su pata delantera donde mi hija tenía la mano, y posteriormente hizo un sonidito como si pidiera a gritos que lo sacasemos de ahí.
–Venga, nos llevamos este, me ha tocado el corazón.
Era un Border Collie blanco y negro, con los ojos azul, un azul cristalino, precioso.
–No se mueve nunca, ni siquiera ladra cuando lo sacamos a pasear, ¿está usted segura? –preguntó el encargado.
–Sí, creo que lo que necesita este perrito es el amor de una familia, y nosotras le vamos a dar todo el amor del mundo.
–Entonces adelante.
Firmamos los papeles correspondientes del perrito y nos lo llevamos. El perro parecía tener miedo, pero era normal, no nos conocía. Nos subimos al coche y Abril se puso detrás en su silla con el perro al lado, ella le daba mimos todo el rato para que se sintiese seguro.
~Unos días después~
Poco a poco el perro cogió confianza y se subió a su regazo, quedadose dormido en ella, Abril al poco rato acabó igual de dormida que el perro, así que con cuidado la llevé a su habitación tumbandola en su cama, dejé un beso en su cabecita y volví a salón. Ahí me di cuenta lo sola que me sentía. Quería llamar a mis amigos, pero yo todavía no estaba lista, estaba sola… Me había acostumbrado tanto a ellos que ahora no sabía que hacer. Cuando me encontraba en situaciones así, mi llamada de emergencia era Tiaguito… Ay mi Tiaguito, como te extraño. Pero no quería problemas, y menos molestar. Y yo necesitaba aclarar mi cabeza aún. Pero me seguía preguntando como estarían ellos por allí…
>¿Todo bien por allá?
<¿Quién eres?
>Soy quien solías apodar Tiaguito.
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Camisa de once balas I
Fanfiction"La mafia tiene peligros, armas y gente despiadada, pero en todos los sitios se puede encontrar un buen corazón..." ¿Quieres averiguarlo? (Mucho contenido y lenguaje explícito, no vamos con intención de sexualizar a nadie) 2 libro ya publicado