Abril
-La niña no es de Alejo.
-... ¿Qué?
-Es tuya, Tiago.
Sí, como habéis oído. Estos años sin él ha estado sin conocer a su hija. Me quedé embarazada a los dos meses de que él se fuera. Fue todo una sorpresa, aún así, Alejo la aceptó y cuidó de ella. Pero ahora...
-Tenés a su padre delante, yo ya no tengo por qué.
-Lo sé, pero él no sabe nada, y ella tampoco.
-Pues se lo explicas, yo me desentiendo.
Y lo último que recuerdo es que cogió la puerta y se fue.
-¿Estás ahí...?
-Sí, sisisisi -estaba preocupado.
-¿Estás bien?
-Sí, sí, solo pensaba -me mira.
-Te quedaste mirando a la nada.
-Es que... no entiendo. ¿Por qué no me dijiste nada? Habría venido y la habría cuidado, ¿no confiabas en mí?
-No, no, claro que sí lo hacía. Pero las cosas entre nosotros no estaban bien... y no sé. Fallo mío.
-¿F-fallo mío...? Voy y me entero tres años después de que tengo una hija y que su "padre" está en nosedonde.
-A mi marido déjalo, ya volverá. Lo de la niña es culpa mía que no lo hayas sabido antes. Entré en pánico.
-No sé qué decir... Estoy más que enfadado, confundido.
-Lo sé.
-Entonces es mía.
-Sí, tuya.
-Ya decía yo que era demasiado linda para ser de él.
-¡Tiago!
-Yo llevo mis crisis con humor negro, déjame ser.
-Bueno, mientras no te oiga.
-¿Me acompañas a hacer pipi? -mira a Tiago.
-Vamos.
La niña ya había dejado el pañal, y estaba aprendiendo a ir al baño.
Se levanta y ella le da la manita, y juntos se van para allá. Y en ese instante vuelve mi precioso marido. Viene a sentarse junto a mí y me da un beso.
-Ya le he dicho a Tiago que Nadia es suya. Sigo queriendo tener un hijo nuestro -lo miré con una sonrisa.
-Estaría bien.
-¿Qué has hecho?
-Nada. Pasear.
-Guay.
Tiago y Nadia vuelven de la manita y no puedo evitar sonreír. Él al ver a Tiago se vuelve a ir, pero esta vez a nuestra habitación. Voy con él, no quiero enfadarme con él. Está en la cama tumbado boca abajo, yo me tumbo sobre él y lo abrazo.
-Ahora siento que sobro.
-No lo haces, mi amor.
-Ya, pero ya viste a la niña con él. No es mi hija, y se nota.
-Lo sé... pero ella te quiere como tal. Prácticamente eres su padrastro.
-Su padrastro. No es mía. No sé, ahora no la veo igual.
-Ya... -suspiro. Él se gira y me mira. Como me gustan sus ojos y como lo amo, por dios. Se le escapa una sonrisa y me abraza-. ¿Te he dicho lo mucho que te amo?
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Camisa de once balas I
Fanfiction"La mafia tiene peligros, armas y gente despiadada, pero en todos los sitios se puede encontrar un buen corazón..." ¿Quieres averiguarlo? (Mucho contenido y lenguaje explícito, no vamos con intención de sexualizar a nadie) 2 libro ya publicado