Ashton.
Sam y yo habíamos quedado de salir un vez que terminamos de redactar mi carta para la Universidad. La verdad es que estaba muy emocionado por verla y pasar tiempo con ella, necesitaba ponerla al corriente de muchas cosas y necesitaba que respondiera muchísimas de mis dudas. Tuve que pasar por ella al departamento que compartía con una de las chicas de su agencia. Me sentía un poco nervioso he de admitir, el volver a pasar tiempo con ella significaba, al menos para mí, una segunda oportunidad de hacer las cosas mejor.
Toqué el timbre una vez que me encontré frente a la puerta de su departamento. Ella no fue quién abrió. Una castaña de ojos verdes me recibió con una sonrisa. Era hermosa, no más que Sam, pero lo era y no admitirlo sería estúpido. Me examinó y murmuró un "No es tan feo" antes de dejarme pasar.
-Samantha saldrá en unos momentos-me indicó y se fue hacía la cocina a hacer quién sabe qué. Me quedé de pie justo dónde estaba sin moverme, el departamento me recordaba un poco al de la mamá de How I Met Your Mother (vi la serie un par de ocasiones por culpa de Luke) y eso me parecía extrañamente adorable; sólo faltaba que no hubiese sido idea de Sam.
La puerta del fondo de abrió dejando ver a Sam usando unos pantalones negros algo rotos de las rodillas, una playera blanca y un chaleco largo negro. Llevaba unos tenis y se había apartado el cabello del rostro con una coleta. Se veía más que perfecta. Sonrió al verme.
-Hey-saludó mientras se acercaba a mí. Me miró y luego me hizo una seña que indicaba de que debía esperar un poco. Se acercó a la cocina y entró, supongo que para decirle algo a su compañera de departamento. Miré alrededor pero no encontré nada que fuese a llamar mi atención. Segundos después, Sam volvió conmigo, me dijo que estaba todo en orden y nos fuimos de su departamento justo después de despedirnos.
Caminamos uno al lado del otro sin saber muy bien de qué hablar, pareciera que nos acabamos de conocer, aunque que si le ves con lógica, no podríamos hablar de cosas de hace dos año, no sería lógico. He cambiado mucho desde entonces. Lo más seguro es que ella lo haya hecho también. La miro de reojo y observo como se muerde el labio, la conozco bien, está nerviosa. Suspiro y me decido ser yo quién hable primero.
-Bueno Samantha, aquí estamos.-digo sonriéndole, ella hace lo mismo y me mira. Mi corazón responde al estímulo que provoca el que sus ojos miren los míos. Siento que podría tomarla de la mano sin problema alguno, pero sé que no estaría bien, ella se fue de mí y sus motivos debió haber tenido. El tomarla de la mano ahora podría hacer que huya de mi lado y, tal vez esta ocasión, para siempre. Debo tener cuidado si no quiero perderla de nuevo.-¿Gustas ir a algún lugar en especifico o me dejarás sorprenderte?-le pregunto mientras ella me mira sonriendo. Ojalá todas sus sonrisas fueran para mí. Mataría por lograr tal imposibilidad. Ella me dice que la sorprenda puesto que soy bueno en ello. Tomo rumbo hacia un lugar llamado Fearless; que es un lugar dónde se reúnen todas las cosas más increíbles del mundo; hay pista de patinaje, pista de hielo, todos los restaurantes con todas las temáticas posibles, tiendas de Cd's, librerías, tiendas de cómics.
-Incluso hay una tienda dónde venden artículos de películas viejas-digo sintiendo una emoción un tanto infantil.-Ahí yo compré mi sable de luz de Star Wars y Hayley adquirió todas las varitas de los personajes de Harry Potter. Es una tienda increíble. Te va a gustar.
-Si es que te gustan las cosas raras-dice Samantha sonriendo-Ya no veo ese tipo de películas, Ashton. Con la escuela y la agencia, apenas y logré hacerte un espacio, sólo porque en serio quería pasar tiempo contigo.-dice y le pongo una cara un tanto dolida-No digo que esté mal que a ti te sigan gustando todas esas películas, es más, me alegro que todavía tengas ese encanto y deseo de corazón que jamás lo pierdas.-dice tomándome de la mano. Su contacto hace que todo mi sistema nervioso colapse. Siento que el corazón va a explotarme y no estoy seguro que eso sea algo bueno. La miro sin saber a qué hacer ahora.-Aún podemos ir a Fearless. Claro, si quieres.-me dice sonriéndome. Comienzo a pensar que ella es de aquellas personas que regalan sonrisas a diestra y siniestra. Siento un ardor en el pecho de sólo pensar en ello, de imaginármela sonriéndole al chico de la cámara mientras le hace una sesión de fotos para algún anuncio o catálogo. La imagino sonriendo mientras alguien la reconoce en la calle y le pide que le firme algo y la imagino sonriendo para posar en la foto de ese alguien. Una sonrisa falsa. Recuerdo cuando yo era el único afortunado de poder presenciar cada una de sus sonrisas. Pero la que más que gustaba era aquella que me daba antes de besarme o cuando se reía de mis chistes tontos. Amaba que fuese sólo mía, pero ahora, todo el mundo puede presenciarla con tan sólo escribir su nombre en Google.-¿Ashton?-su voz me devuelve a la realidad y la miro.-¿Está todo en orden?-pregunta mientras damos la vuelta para entrar a la Fearless.
-Estoy mejor que nunca-digo mientras abro la puerta de cristal y la invito a pasar. Suena el final de una canción de Taylor Swift y le da paso a una de Green Day cuando entramos. Eso es otra cosa que amo de este lugar, siempre hay musica, para todo tipo de personas y gustos. Comienzo a caminar esperando que ella se acostumbre a este lugar, sólo he venido aquí con Hayley, es como nuestro pequeño escape. Nadie más ha tocado este lugar. Nisiquiera Calum y por alguna razón, siento que estoy traicionando a Hayley con traer a Samantha aquí pero necesitaba estar en un lugar dónde me sintiera yo mismo mientras estuviera con ella. Había mucho que hablar.-¿Quieres beber algo?-pregunto y ella asiente.-¿Algo en específico?
-Una malteada estaría increíble-dice mirando hacia los lados-¿No hay un restaurante con alguna temática cincuentera?-pregunta y asiento. La guió hacia el restaurante dónde las meseras van a patines y se escucha Elvis todo el día. Entramos y Sam casi se pone a saltar como niña pequeña cuando mira el lugar. Es como viajar en el tiempo.-¡Esto es increíble!-exclama mientras camina hacia la barra y toma asiento ahí. Es igual que yo, si quieres tener una de estas experiencias, lo debes hacer bien.
El chico de la barra de acerca a ella inmediatamente y le sonríe coquetamente, son ese tipo de sonrisas que parecen decir: "Hola, mírame, soy soltero". Me siento justo a lado de ella y el chico parece bajarle a su coqueteo. No quiero que nadie ni nada la distraiga de mí, ella me pertenece, aunque sea este día. Si va a volver a irse, quiero pasar todo el tiempo que pueda con ella.
-¿Qué van a pedir?-pregunta el chico mirando a Sam quién me mira a mí y de alguna manera, me siento ganador.
-Queremos una malteada de vainilla y una de...-dice mirándome para que escoja un sabor, la verdad es que me valdría el sabor.
-Chocolate-digo mirando al chico para que se aparte y deje de mirar a Sam.
-Bueno Ash, estamos solos-dice mirándome. Sé qué es momento de hablar, pero siento pánico.-Podemos hablar de lo que sea, estamos aquí para ponernos al tanto de lo que hemos hecho estos últimos años-dice colocando sus manos sobre la barra. La miro mientras me debato entre si hacerle la pregunta que ha estado atormentándome desde que se fue. No parece que sea lo correcto, pero puede ser que nunca más tenga la oportunidad de preguntarle.
-¿Por qué te fuiste así esa noche, Sam?-cuando la pregunta ha salido de mi labios sé que ya no hay marcha atrás. Ella me mira, la he dejado sin habla y no sé si eso sea bueno.
-Porque no te merezco Ashton-dice tras dejar escapar un suspiro.-Siempre serás mucho para mí.
-¿Por qué dices eso?-pregunto sin dejar de mirarla, ahora más que nunca deseo que responda todas mis dudas.
-Porque me mirabas de esa manera, cómo si yo pudiera curar cualquier cosa. Me mirabas cómo si yo fuese quién le presta un poco de brillo al sol o cómo si la luna debiese tener envidia de mí. Me veías como alguien que merece todo el amor del mundo.
-¿Y es eso malo?-pregunto.
-¡Por supuesto que no! Todas desean que las miren de esa manera, todas desean que las amen sin importar que tal mal se vean por la mañana o por cómo sus ojos se hinchan cuando lloran. Merecen que alguien las ame como tú lo hacías conmigo-dice Sam mientras unas solitarias lágrimas recorren sus mejillas.
-¿Entonces por qué te fuiste sin decirme algo?-pregunto mientras me aguanto tomo su mano y pareciera que la lastimo cuando lo hago.
-Porque no quería lastimarte, tú no mereces que te hagan lo que yo te estaba haciendo.-dice y yo no entiendo nada. El chico ha traído las malteadas pero no las hemos tocado para nada.
-¿De qué hablas? Tú no hacías nada más que hacerme feliz-digo mientras acaricio sus nudillos.
-Yo te engañaba Ashton, lo hice lo últimos tres meses de nuestra relación.-me confiesa mientras las lágrimas siguen cayendo. Siento como si alguien me hubiese lanzado una cubeta de agua helada. Aquello no podía ser cierto.
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Lost In Reality//Calum Hood//Versión Sin Editar.
Hayran Kurgu"Hey, hey, Hailey, won't you save me?" Historia inspirada en Lost In Reality de 5 Seconds of Summer. Primera publicación: 2016 Segunda publicación: Diciembre 2022 Esta versión no contiene ningún tipo de edición, ni modificación. Puede contener error...