─Dale Agus apurate dale ─escuché la voz de mi mamá gritando desde el otro lado de mi puerta.
─¡En cinco bajo ma! ─grité como respuesta sin abrir los ojos.
Agarré la punta de la sábana y la llevé hasta arriba de mi cabeza para volver a dormir aunque sea un rato más, estaba segura de que mi mamá estaba exagerando con el tiempo como siempre y seguro faltaban como tres horas para irnos o algo por el estilo. Le encantaba hacer eso para que yo tuviera tiempo de desayunar con ella todos los días. Y raramente yo era la que siempre caía en sus trucos mentales como una pelotuda.
No sé en qué momento volví a quedarme dormida, lo más probable era que nunca me había despertado del todo y solamente le grité a mi mamá para que se quedara tranquila o bueno, me dejara tranquila a mi.
─¡Francesca bajá ya y más te vale que tengas todo preparado porque te juro que te voy a hacer correr por abajo de ese avión me escuchaste! ─esta vez ni se había molestado en subir las escaleras para gritarme. Me reí.
A duras penas pude levantarme de mi cama, fui directo a mi vestidor para buscarme algo de ropa en lo que me bañaba y lavaba los dientes.
Cuando terminé de hacer todo me puse un poco de corrector de ojeras, me hice un delineado, un poco de rimel y cacao en los labios. Después decidí ponerme una biker con un remerón y unas zapatillas vans.─Al fin, ¿Tanto vas a tardar piba? ─negó con irritación y me pasó un vaso con chocolatada.
─che ma ─llamé despistada agarrando una magdalena con la taza en la mano─. ¿Vos por casualidad no viste mis auriculares? Ya tengo todo empacado y solo me falta eso.
─Están en tu mochila.
─Ya los busqué por todos lados, si estuvieran ahí ya los habría visto ─comenté obvia.
─¿Y si voy yo y los encuentro qué? ─sonrió maliciosa, siempre hacía lo mismo─. ¿Le mandaste mensaje a Joaco? Ayer me habló preguntándome cómo estabas, ¿Por qué pelearon ahora?
─Me tengo que ir ya, se me va a hacer tarde y no creo que quieras seguir soportándome acá. Es una lástima que no puedas venir conmigo mami ─suspiré. Mi abuela había estado con problemas de salud y mi mamá había decidido perderse el viaje y quedarse acá para cuidarla.
─Quedate tranquila amor, estoy segura de que van a ganar con o sin mi ─sonrió y agarró su bolso─. Dale hija, vamos así te llevo al aeropuerto.
Sonreí asintiendo con mi cabeza, sabía que para ella no era nada fácil perderse algo como esto y la admiraba por ello. Intentaba mantener la calma para que nadie estuviera mal por ella, mientras que ella ayudaba de corazón a cualquiera que lo necesitara.
─Che vieja ─me miró con una cara de pocos amigos y sonreí─. Me parece que yo voy a alentar para México cuando llegue, ¿Vos viste lo que está Kevin Álvarez? Fua mi amor, se parte.
─Ay dios Agustina escuchá las pelotudeces que decís, si tu hermano te escuchara te metería flor de sopapo.
─Ya sé, por eso te digo ahora que él no está acá ─le saqué la lengua y me puse un poco de perfume.
Mi mamá me llevó hasta el aeropuerto y se quedó ahí hasta que vio que mi avión despegó, intentó no soltar alguna lagrimita pero fue casi imposible teniendo en cuenta que era la primera vez que nos separabamos y que bueno, iba a ser por bastante tiempo. No faltaron sus cagadas a pedos y amenazas, aunque también me deseó buena suerte y me dijo que le mandara saludos a todos cuando llegara, especialmente a su favorito.
Me indignaba que no me haya pedido que le avisara cuando llegue, alguien se iba a quedar sin regalo del día de la madre me parece.
El viaje en avión estuvo bastante tranquilo dentro de todo, había probado comida que no me gustó y había tomado un poco de champagne, visto algunas pelis y hablado con gente nueva que para mi suerte no hablaba árabe. Me divertí bastante y llegué menos cansada de lo que esperaba.
De igual modo quería llegar lo más rápido posible a mi cama para descansar bien y mañana alentar a mi selección como se lo merecía, seguramente me pondría a escabiar así que prefería estar en óptimas condiciones para cualquiera sea el resultado de mañana.
Al aterrizar y bajar en el aeropuerto me llevé la sorpresa de encontrarme frente a frente con una cara más conocida de lo que deseaba. Lo miré por unos segundos, su rostro llevaba una sonrisa nerviosa, tenía una chomba liviana y una bermuda de jean puestos, mientras que en su mano sostenía un girasol.
─Hola linda ─se acercó hacia mi más seguro y me entregó la flor mientras besaba la comisura de mis labios con ternura.
─¿Qué haces acá Joaquín? ─logré decir una vez que me sacó la maleta y agarró mi mano para comenzar a caminar.
─¿Te molesta que te haya venido a recibir? ─lo miré con obviedad─. Bueno, técnicamente nos tomamos un tiempo así que no estamos separados. Tu mamá me dijo que ibas a estar llegando a esta hora más o menos y como nos hospedamos en el mismo hotel y te extrañaba...pensé en venir a buscarte.
Lo entendía por parte, no tenía nada de malo que viniera a buscarme si todavía seguíamos siendo novios en teoría. Pero por otro lado, las cosas no habían quedado muy bien y teniendo en cuenta que no le respondía los mensajes, no lo quería ver y ni siquiera le había dicho a mi mamá lo que pasó entre nosotros dos, pensé que para él iba a quedar más que claro que debería darme mi tiempo y no venir a buscarme el primer día que llegaba a Qatar.
─No sabía que ibas a venir ─admití, no me refería simplemente al aeropuerto─. Pensé que no ibas a estar tan contento viniendo a verlos cuando no podes estar ahí con ellos por tu lesión.
─Sí, bueno ─sonrió incómodo─. No iba a hacerlo pero lo pensé bien, hablé con Nico y me hizo entrar en razón. Capaz que no puedo jugar pero soy parte del equipo y más que nada del país, quiero estar y qué mejor que compartirlo con vos, con el amor de mi vida..
─Nico tiene flor de labia cuando se trata de alentar a alguien para ayudarlo en cualquier sentido ─sonreí. Intentaba ignorar la última parte de lo que había dicho y estaba más que segura de que se había dado cuenta de eso.
─Che Agus ─lo miré sin decir nada─. Te amo y ya sé que me pediste un tiempo, pero te amo y en este momento te necesito más que nunca.
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Rivales ||Enzo Fernández ✓
FanfictionTERMINADA ─Tan linda y tan bostera ─sonrió negando con la cabeza. ─Desearía poder decir lo mismo de vos, pero no sos ni lindo ni bostero ─le dije sin mirarlo. Escuché su risa y de repente sentí un fuerte agarre en mi cintura mientras que con su man...