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—¿Entonces ya puedo decir que Enzo Fernández es mi tío?

Suspiré colocándome mi camiseta, otra vez portaba la 19 de la selección.

—Lionel Messi es tu tío Benjamín, no pidas más porque no lo vas a tener —despeiné a mi ahijado y fui al baño para lavarme los dientes.

—Dale tía —entró al baño atrás mío y se miró al espejo haciéndose el lindo por unos segundos—. Imaginate lo que va a ser llegar al colegio y decir Enzo Fernández es mi tío.

—Antes podías decir que el tucu Correa era tu tío y no lo hacías —escupí la pasta en el lavabo y me enjuagué la boca—. No jodas chanchi.

—Es que me daba vergüenza decir que el tucu Correa era mi tío —se excusó rápidamente y se tiró en mi cama desordenando todas mis cosas—. Mirá si voy a decir que el tucu Correa es mi tío cuando casi lo fue Paulo Dybala, pero ni en pedo.

—Nicolás Otamendi es tu tío —me defendí haciendo que se corra un cachito para agarrar mi bolso—. Además, ¿Cuál es el afán porque salga con Enzo?

—Nicolás Otamendi es el hermano de mi tía nomas —se quejó, seguía enojado con Nico por la pelea que habíamos tenido—. Hablé con Mateo y Ciro y ellos también quieren que seas la novia de Enzo, como son tus sobrinos favoritos capaz que a ellos sí les haces caso.

—Ahí va la escenita de celos otra vez —reí y besé la cabeza del adolescente mientras me ataba el pelo—. Dale gordo o vamos a llegar tarde.

—No me cambies de tema —se cruzó de brazos indignado—. Se re nota que te gusta Enzo y que es bueno para vos, también le gustas y yo soy hombre, yo sé de esas cosas. Además, si te hace algo media selección lo caga a piñas y será muy turro y todo lo que quiera, pero donde lo agarran el cuti, Leandro o tu hermano. Lo hacen bosta.

—Benja, esas son cosas de adultos.

Sin decir más nada, lo estiré hasta que se levantó de la cama y lo agarré de la mano para salir mientras agarraba también las llaves del auto. Sergio no iba a estar con nosotros en el partido hoy así que tenía que sacrificar mi pase con la tribuna para cuidar de mi ahijado.

—Más te vale que no me dejes de lado por Ciro o me voy con la tía Antonela eh —amenazó sentándose como copiloto.

Lo miré mal mientras encendía la radio y mi mirada bajó a la bolsita que tenía en la mano. Alcé una ceja y le hice una seña con la mano.

—¿Y eso?

—Alfajorcitos de maicena, ¿querés? —me ofreció uno y lo acepté gustosa sin sacar la mirada del camino—, ¿Qué hacemos si Argentina pasa a la final?

—Te dejo emborracharte conmigo y obligamos a papá a ver la saga de Harry Potter.

—¡Sí! —gritó emocionado—. Apurate, dale.

Cuando llegamos estacioné el auto un poquito más lejos de lo usual, tenía miedo de que reconocieran la patente y pasara algo malo y si lo hacía, el Kun definitivamente nos iba a matar a mi y a Benjamin.

Mientras tanto, mi sobrino y yo caminábamos agarrados de la mano por las soleadas calles de Doha, me había puesto mi bandera de boca como si fuera una capa y también llevaba puesto un piluso de boca que me habían comprado Benja y Sergio antes de venir.

—¿Vos decís que vamos a ganar hoy? —preguntó el adolescente esperanzado y sonreí.

—Obvio que vamos a ganar amor, me voy a sentir un poquito mal por Modric porque yo lo amo —confesé cuando estábamos pasando por la seguridad, que de inmediato nos reconoció e hizo un ademán para que entremos—, ¿Pero vos viste el equipazo que tenemos? Ni el mismísimo campeón actual nos va a poder vencer.

—¿Entonces tenés fe?

—Siempre tengo fe, chanchi.

Cuando llegamos al palco Antonela y los nenes nos recibieron como siempre, me causaba gracia verlos llevar la camiseta Violeta ya que en el primer partido habían usado la celeste y blanca. Pero tampoco podría decir nada, yo desde el segundo partido que jugó la selección traigo una bandera de boca a la cancha, así que no podía quejarme de las cábalas agenas.

—¡Mirá quién está ahí! —me dijo rápido Benjamín, esta vez no me había dejado sentar con Ciro así que no tenía una gran vista de todos—, ¿Quién es Enzo Fernández?

Me di vuelta rápido al escuchar eso y casi me hago pis encima al ver quien estaba parado atrás de nosotros, con una radiante sonrisa, unos hermosos ojos verdes que brillaban más que el sol sobre Doha y una camiseta del diez de Argentina, se encontraba Neymar Jr saludando a algunas personas que estaban a nuestro alrededor y parecía conocer.

—Me voy a mear encima hijo —murmuré emocionada y soltó una carcajada.

—Yo también, madre.

Hicimos como si no hubiéramos visto nada cuando se sentó al lado de Benja y mi amado sobrino del alma me cambió de lugar para estar yo sentada al lado de él, hiperventilé mentalmente y Benja cada vez parecía más arrepentido de su decisión. Aunque obviamente después del partido íbamos a obligar a alguien a que nos presente, no importa quién.

—Hacete la linda y capaz que lo enamoras —susurró mi ahijado en mi oído y reí—. Como en las pelis boluda.

Enzo, Leandro y Rodrigo habían salido a la cancha como en los últimos partidos, solo que esta vez los acompañaron Nicolás y Paulo. El ex River pareció ver primero a su hija porque empezó a saludarla efusivamente y a hacer una O con sus manos, sonreí con ternura cuando mi mirada se enfocó en la pequeña Oli que estaba desesperada al ver a su papá. Valentina también lo saludaba incrementando la emoción de su hija,  era una imagen hermosa.

Me encontré con las miradas de Leandro y Paulo, quienes me saludaron desde la cancha. Como siempre, Lean hizo la seña de una bandera como cuando me dedicaba sus goles y Paulo empezó a tirarme besos haciendo que todos empiecen a gritar.

Luego mis ojos se encontraron con los de Enzo, el brillo se instaló de inmediato en ellos y una de sus radiantes sonrisas se dibujó en su rostro. Valentina subió su mirada hacia donde iba la de su ex pareja y me empezó a saludar también al igual que Olivia, saludé a las dos tirándoles besos y luego devolví mi mirada a Enzo. Quien no había dejado de saludarme y me hacía la seña de un anillo, sabía que lo estaba haciendo a propósito y a decir verdad me causaba un poco de gracia.

Scaloni les gritó a lo lejos y tanto Paulo como Enzo y Nico, me saludaron una última vez antes de salir corriendo.

—Mirá que yo soy bostera desde la cuna hasta el cajón eh —hablé al aire mientras me sentaba de nuevo—. Pero cómo me puede Enzo Fernández.

—Al fin lo admitís flaca —escuché decir a Benja y lo miré, simulaba hacer manos de rezo y reí—. Hace más de un mes estas histeriqueando al pobre pibe, yo ya no sabía si ser team Paulo o team Enzo.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora