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Los dos nos dispusimos a entrar en el restaurante, una vez más agradecía por haberme puesto algo tranqui. No era un lugar muy formal que digamos y la mayoría de los chicos también estaban vestidos con algo casual y tranqui.

Pude divisar a Paulo, Nico, Julián, Lean y Lauta solamente. Mi hermano alzó una ceja de inmediato cuando me vio entrar con Enzo y codeó rápidamente a Paulo. Dybala nos miró con una ceja alzada y comenzó a cuchichear algo con Leandro y Nicolás, todos comenzaron a cambiarse de lugar hasta que uno libre haya quedado entre medio de Lean y Nico.

-Hola campeones -saludé con una sonrisa forzada al llegar.

-Vení, sentate acá -ordenó Leandro a penas hablé, señalando el lugar libre entre él y mi hermano.

Hice caso sin decir nada y me alejé de Enzo, aunque le cambió el lugar a Julián y terminó sentado al frente de mí. Este pibe era totalmente un caso aparte.

-¿Y El Tucu? -preguntó Rodri cortando el silencio y podría jurar que vi cómo la mandíbula de Enzo se tensaba, tal vez habrá recordado la escena del estacionamiento, al igual que yo.

-Se sentía mal -mentí un poco incómoda mirando mí plato, habíamos pedido algo tranqui de entrada. Una hamburguesa con papas fritas.

-Mejor -comentó jodiendo Paulo-. Hace rato no teníamos un momento vos y yo, mi amor -me guiñó un ojo coqueto y solté una carcajada.

-Que pelotudo que sos nene -negué riendo-. Perdoname Paulito, pero a mi me gustan más los tucumanos.

-¿A quién poronga le gustan más los tucumanos que los cordobeses? Estás loca mamita -Nico hizo una mueca y arrugó su nariz.

-A la culia esta -soltó Dybala aputandome.

-Bueno che, perdón -alcé las manos en son de paz-. Igual vos estás primero en la lista de espera joyita.

-¿Tendría que ofenderme porque dijiste que no te gustan los cordobeses? -preguntó Julián con una mano en el pecho-. Que mal que me caen las porteñas, Dios mío.

Todos reímos ante las locuras de los chicos. Con Paulo nos conocíamos hace años, muchas veces Lean me había metido a sus salidas con él porque quería emparejarnos. Claramente el cordobés y yo no teníamos material de pareja aunque de vez en cuando me tiraba unos cuantos chamuyos para molestarme o hacerme reír, mi amistad con él era una de esas que parecen pareja pero en realidad son muy buenos amigos, y no más que eso. Por eso a veces comprendía a Joaco.

No conocía muy bien a Julián, pero por el momento me estaba cayendo demasiado bien y parecía ser alguien demasiado dulce.

Por otro lado, Enzo no había pronunciado una palabra desde que se sentó, su mirada no pasaba más allá de su teléfono. De vez en cuando recibía codazos por parte de Julián o de Paulo, quienes lo retaban por no poner interés en la convivencia.

-Perdón Agus, no siempre es así -soltó Rodri cómo si hubiera leído mis pensamientos-. No sé qué le pasa hoy -habló lo suficientemente fuerte como para que Enzo lo escuchara.

-Che Agus si tuvieras que salir con uno de la selección, ¿Con quién sería? -soltó Leandro.

-¿Eh? -pregunté atragantandome con una papa. Fue solo en ese momento que Enzo guardó el teléfono y pareció más interesado en nuestra charla-. Con Joaquín Correa, obvio.

-El Tucu no cuenta obviamente, es tu novio -rodó los ojos Nicolás-. Y yo tampoco eh, no me va el incesto.

-Vamos a hacerla más picante -soltó Paulo con una sonrisa pícara y se tiró un par de miraditas con Enzo y Julián-. Si tuvieras que comerte a uno de esta mesa, ¿A quién sería? No podes esquivar la pregunta.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora