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—Así que hoy nos liberamos de Enzo eh —soltó Paulo después de los créditos de guardianes de la galaxia, el cordobés le quería sacar información a la araña y eso me causaba bastante risa.

—Por suerte no los voy a tener que estar separando como a nenes chiquitos —rió Julián y le pegó una cucharada al helado—. Igual no sé cuánto va a durar ahí con Valentina, si hubiera ido solo con Oli sería diferente. Se fueron a la mañana creo, yo ni despierto estaba igual.

—¿Qué tiene de malo ir a comer con su mujer? —preguntó inocente y tuve que resistir mis ganas de toser cuando me atoré con el helado.

—No es su mujer —negó rápido Julián dedicándome alguna que otra miradita—. La última vez que hablamos de ella parecía que iban a volver pero nada, hoy me dijo que ella estaba mal así que la iba a sacar a comer con Oli.

—Ah, bien —murmuré metiéndome otra cucharada de helado a la boca, Paulo disimuló una pequeña risita con una tos y Julián se puso rojo como un tomate.

—¿Podemos cambiar de tema? —preguntó incómodo, al parecer se había dado cuenta de que había soltado más información de la que debía y Paulo se había salido con la suya después de todo.

—¿Cómo haces para no estar con resaca? —pregunté intentando entablar una conversación menos incómoda.

—Lo que pasa es que todavía sigo en pedo.

El timbre volvió a sonar, ¿Será que habían encargado más helado? Mandé a Paulo a que fuera a buscarlo mientras Julián me abrazaba por los hombros para ver la película y robarme un poco de dulce de leche granizado porque yo tenía los mejores sabores.

El pobre pibe estaba compartiendo helado con Paulo, y él se había mandado a pedir medio kilo de menta granizada. Nunca ninguna acción de la joya me había causado tanta repulsión como esa.

Escuché unas voces acercándose y cuando me di vuelta casi me desmayo. Solté un suspiro de nena enamorada y sentí instantáneas ganas de hacer pis, al toque lo solté a Julián y me levanté del sillón. 

El Dibu Martínez estaba parado con una sonrisa en mi living, y estaba muy segura de que esto no era un sueño porque al lado de él estaban mi hermano y Leandro con caras de muertos por la resaca.

—Hola, ¿Sos Agustina no? Escuché mucho de vos —se acercó a mí y me dio un beso en el cachete, dios que rico perfume tenía. Me iba a morir ahí mismo, mi crush de la vida era el Dibu, los daddy issues supongo—. Te vi en los vestuarios pero no me pude presentar.

—Hola Agus soy Emi —solté embobada y la carcajada de Paulo me hizo volver a la realidad, el Dibu me miraba con diversión y podría jurar que mi cara se había puesto de algún tono violeta por los nervios—. ¡Perdón! Hola Emi, soy Agus. Eso es lo que quise decir. 

—Si te hace sentir mejor, Paulito cuando me conoció pensó que era el pibe que repatía las botellas de agua —sonrió amable y ahora fue Julián el que soltó una carcajada, como si recordara el momento con exactitud—. Siempre tan humilde la joyita.

—¡Pensé que eso era un secreto!

—Ella es de la familia, no hay secretos en la familia —soltó el Dibu y me ruboricé, Leandro y Nicolás ya se habían tirado en el sillón como si estuvieran en sus casas para prender la play.

Mí teléfono sonó y Paulo me lo tiró lo suficientemente fuerte como para que casi se estrellara contra el piso, sentí el verdadero terror recorrer mi cuerpo y después de amenazarlo como tres veces me quedé sorprendida al ver una notificación de instagram.

Enzojfernandez

¿Te puedo ir a ver?
4:36 pm.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora