—¿En serio te dijo todo eso? —preguntó el ojiazul sorprendido y terminó de tomar un mate para cebar otro—, ¿Y me estás diciendo que Enzo estaba y no le dijo nada?
—No, nada que ver —reí agarrando el mate que me pasaba—. Enzo llegó después y básicamente me salvó. Onda después Joaquín se fue y nosotros fuimos con ustedes.
—Ah —miró a la nada pensativo y después me miró a mí con el ceño fruncido—. ¿Y por qué no me habías contado nada? Ahora no sé a cuál de los dos pegarle primero.
—A ninguno, tonto —me reí y le pasé el mate de vuelta abriendo el paquete de galletitas—. Enzo no tenía nada que ver y Joaco es tu amigo, no da que se peleen además ya está ya fue, ya pasó.
—El Tucu dejó de ser mi amigo desde el momento en el que me buitreó a mí wacha, ahora éramos conocidos nomás —se encogió de hombros con inocencia—. Y a Enzo le tengo bronca por un par de cosas.
—Que no me entere de que le pegaste a alguien Exequiel —amenacé apuntándolo con mi dedo índice y soltó una risita.
—¿Te gusta Enzo? —cambió de tema soltando esa bomba de la nada, me cayó como un balde de agua fría así que abrí mis ojos.
—¡Ni en pedo! A penas lo soporto.
—Los que se pelean se aman —canturreó divertido y lo miré mal—. A Enzo sí le gustas.
—¿Qué decís Paulo? Seguramente es así con todas —levanté mis hombros y agarré una galletita—. Además no es mí tipo.
—Es re tu tipo Agustina —rodó los ojos como si estuviera discutiendo con una nena chiquita por una boludez—. Pero todavía no pude descubrir si te gusta o no, lo que sí sé es que vos le gustas a él.
—¿Por qué decís eso?
—Porque te mira de la misma forma que te miro yo —soltó con cara de que era lo más obvio del mundo—. Podrías darle calce, es un re buen pibe. Yo lo conozco, es medio pelotudo a veces pero es re buen pibe.
—¿Por qué me decís eso? —me miró confundido y volví a hablar—. ¿Por qué me decís que le dé bola a él y no a vos?
—Porque a vos te gustan los negros —rodó los ojos y me hizo soltar una carcajada. Paulo tenía la habilidad de hacerme reír en los momentos más serios y lo amaba por eso.
—¡Dale tarado!
—Porque yo quiero pasar toda la vida con vos —soltó ahora sí, con sinceridad—. Pero tampoco quiero forzar las cosas, yo siento que toda mi vida voy a estar enamorado de vos y me di cuenta de eso cuando no me molestó verte con otro pibe porque te veías feliz. Así que, si nosotros dos tenemos que estar juntos en algún momento de nuestras vidas lo vamos a estar.
—Sos un ser lleno de luz Paulo, ¿Sabías? —sonreí con ternura, mi yo adolescente estaba saltando en un pie al escuchar lo que su crush acababa de decir—. Pasé creo que toda mi adolescencia enamorada de vos, desde el momento ese en el que me defendiste de los pibes que me estaban molestando. Cuando estábamos juntos pensé que íbamos a estar así para siempre —confesé, le estaba abriendo a alguien mí corazón por primera vez y no me arrepentía en lo absoluto de que ese alguien sea Paulo—. Después llegó Joaquín y no sé qué es lo que pasó con nosotros, pero nunca me voy a arrepentir de haber vivido todo lo que viví con vos.
—Me gustaría tener una máquina del tiempo para viajar al pasado y asfixiar a Joaquín de bebé —bromeó y le di un manotazo en el hombre—. Mentira, pero sí me gustaría tener una máquina del tiempo para viajar al pasado y revivir todo lo que pasamos juntos. Aunque por ahora me conformo con verte bien.
—Gracias por ser tan bueno conmigo.
—Es lo que vos te mereces, si sos un sol con todos —sus ojitos tenían un brillo especial y su sonrisa no se borraba de su cara—. Si algún día te casas y no es conmigo, voy a estar ahí en primera fila para felicitar al novio por tener una esposa tan maravillosa. Y también te voy a querer acompañar al altar porque sigo siendo tu mejor amigo eh.
—Nicolás no te va a dejar —reí imaginadolos pelear a los dos.
—Podemos ir de un bracito cada uno —propuso rápidamente.
—¿Y Lean?
—Lean que la chupe —soltó indignado y después rió con maldad—. Mejor que distraiga al novio mientras Nicolás y yo te secuestramos para irnos al Caribe.
El timbre sonó y los dos nos miramos extrañados, Sergio nos había avisado que iba a llegar recién a la noche y no habíamos invitado a más nadie que nosotros recordaramos.
Los dos nos levantamos y Paulo ni siquiera soltó el mate, iba pegándole sorbos a cada ratito mientras caminabamos a la puerta y hablábamos. Al abrirla vimos a Julián con una enorme sonrisa y una bolsa en las manos.
—Ota me contó que no te sentías muy bien así que te traje helado y películas —levantó la bolsa y sonreí dejándolo pasar—. ¿Que onda Paulo?
—Hola Juli —chocaron puños y los dos caminaron hasta la cocina.
—¿Qué te dijo Nico exactamente? —pregunté curiosa.
—Que estabas mal y después me dijo que te vino —abrí mis ojos ante su respuesta, no me había venido pero supuse que era lo que Nicolás dijo para no meter la pata y hablar de más—. Entonces busqué en Google que hacer y saltó que comer helado te hace sentir mejor.
—ah —solté enternecida, Julián era un amor y nunca nadie había hecho eso por mí, lo máximo fue cuando Nicolás salió a comprarme toallitas en el medio del aeropuerto—, ¿Qué pelis trajiste?
—Traje todas las que encontré de Marvel, así que espero que les guste Marvel.
—Uh, le encanta Marvel —rió Paulo dejando el mate de lado—. Que raro que no viniste con Enzo, siempre andan juntos para todos lados.
—Enzo es como mi viejo, pero más chico que yo —se encogió de hombros risueño y los dos reímos—. No pudo venir porque salió a comer con la familia.
—Ah bien —asentí con la cabeza y lo vi tragar saliva nervioso—. No sabía que la familia de Enzo estaba acá, habrá salido con los padres o algo.
—No, su familia no está acá —murmuró nervioso—. Salió a comer con Valentina y Olivia.
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Rivales ||Enzo Fernández ✓
FanficTERMINADA ─Tan linda y tan bostera ─sonrió negando con la cabeza. ─Desearía poder decir lo mismo de vos, pero no sos ni lindo ni bostero ─le dije sin mirarlo. Escuché su risa y de repente sentí un fuerte agarre en mi cintura mientras que con su man...