Rivales ||Enzo Fernández ✓

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Llegamos al lugar donde íbamos a almorzar, parecía ser un lugar bastante fino y elegante como la mayoría de los centros turísticos de Doha. Ahora comprendía a la perfección el porqué de la elegancia del Kun, los únicos que íbamos a quedar mal éramos su hijo y yo.

Con Benjamín nos miramos y parecíamos estar pensando lo mismo, después los dos le dirigimos una muy mala mirada a Sergio y él solo fingió que no nos había visto. Pudo habernos avisado del lugar al que íbamos a comer y así al menos no habríamos venido tan crotos.

Entramos y lo primero que hice fue buscar a Enzo con la mirada, lo encontré hablando y riéndose con Juli, tenía puesta una camisa negra con los dos primeros botones desabrochados. La araña sostenía entre sus brazos a Olivia y también tenía una camisa, solo que la de él era de color violeta.

Segundos después mi mirada se encontró con la de Joaquín y sentí que me iba a desmayar, tenía un ojo morado y el labio inferior partido, pero aun así me dedicaba una dulce sonrisa. Quise acercarme a él, pero rápidamente Paulo vino hasta mi y me dio un fuerte abrazo de recibimiento. Yo por otro lado, estaba paralizada.

Saludé a todos con un beso en el cachete y el cordobés intentó llevarme con Nico y Lean para estar juntos como siempre pero rápidamente me zafé y me senté junto a Enzo, el único problema era que del otro lado tenía sentado a Joaquín y nadie sabía todavía que nuestra relación se había terminado.

—Hola Agus —me susurró él con una sonrisa amable.

—Hola Joa —le devolví el saludo un poco incómoda—, ¿Qué te pasó en el ojo?

—Digamos que tu hermano cumple sus amenazas, y que Paulo tiene un muy buen gancho —susurró y soltó una risita. Nicolás, Leandro y Paulo me miraban con expresiones de susto y secreteaban entre ellos—. Igual no te vayas a enojar, me lo re merecía.

No dije nada y sentí una presión en mis hombros, Enzo había pasado su brazo por encima de ellos mientras seguía hablando con Julián totalmente normal. Me tensé cuando vi el radical cambio en la cara de Joaquín ante esa acción, pero no dijo nada.

—Donde te llega a decir o hacer algo, me decís y le dejo negro el otro ojo —susurró Enzo en mi oído y me estremecí.

—Secreto en reunión es de mala educación —soltó Paulo haciendo que Enzo y yo nos alejáramos un poco.

—Supongo que romper promesas tampoco habla de una muy buena educación que digamos —escupí con bronca y le di un sorbo al vaso de agua que tenía Enzo. El cordobés tragó saliva preocupado y nuevamente se puso a cuchichear con los chicos.

—No pidas algo si no vas a dar el ejemplo —lo retó el Kun defendiéndome.

—Ah, nosotros estábamos hablando de noviazgos violentos y la pena que hay que aplicar —Paulo se encogió de hombros y le dirigió una mirada desafiante a Joaquín.

—El ambiente parecería estar un poquito tenso —rio Anto agarrando la mano de Leo y asentí en acuerdo con ella, no iba a discutir en este momento y si tenía que hablar con los chicos, iba a ser a la hora de irnos.

—¡Agus! —Oli pareció notar mi presencia y empezó a estirar sus brazos en mi dirección, Enzo se la sacó a Julián para pasármela a mi y la bebé no podía estar más contenta.

—Hola mi princesita hermosa —le di un besito en la frente y ella me abrazó. Joaquín miraba con ternura la imagen mientras que Enzo no borraba su sonrisa de su cara—, ¿Cómo está mi nena favorita? Te extrañé mucho.

—Primero me roba a mi amigo y después a mi sobrina —murmuró Juli y se cruzó de brazos, haciendo reír a todos.

—Dejá de pelear a mi hija —lo amenazó Ángel Di María y yo solo me limité a sacarle la lengua a la araña.