Maratón 5/5
—¿Y qué tan malo sería que ella se lo lleve? Lo mismo que con Giannina, la diferencia sería que con ella Benja sí sería feliz —habló Enzo, hace más de media hora estaba discutiendo con el Kun para que nos permitiera llevarnos al nene.
—Pero Giannina es su mamá, ella no —habló calmado y abrí mis ojos en su dirección, no podía creer lo que acababa de decir.
—Tal vez ella no sea la mamá que comparte su sangre con él, pero es la mamá que lo crío y acompañó toda su vida. Incluso cuando ni vos estabas para él —me defendió Enzo y sentí que iba a terminar desmayada en el piso, seguramente mi presión se había elevado porque mis sienes empezaban a doler de una manera insoportable.
—Es verdad, y nunca voy a poder dejar de agradecerle por eso —admitió mirándome con cariño, después de lo que había dicho antes yo ni siquiera pude devolverle la mirada—. Pero eso no cambia las cosas, Benja se va con su mamá.
—Preguntale a Benja quién es su mamá y después volvé a contarnos entonces —lo desafió Leandro cruzado de brazos—. Dale, andá.
Cansada de todo lo que estaba presenciando, me senté en uno de los puff de la sala de juegos. Nicolás y Paulo se habían ofrecido a llevar a Benja a cualquier atracción que encontraran para que yo pudiera hablar con el Kun, pero Enzo y Leandro se me habían adelantado y cuando llegué los encontré a los tres discutiendo.
—Chicos basta, por favor —pedí agarrando mi cabeza con ambas manos, el aire empezó a faltarme y sentí que en cualquier momento iba a terminar explotando.
Solo Enzo se percató de lo que estaba pasado y se arrodilló al lado mío, agarró mis manos entre las suyas y le pidió a Leandro que se callara cuando notó que estaba empezando a temblar, mi mejor amigo cumplió con lo que mi novio le había pedido y se arrodilló también al lado mío.
—No voy a ir a Lisboa —solté llamando todavía más la atención de todos—. Perdón Enzo, pero es la única forma de que Benja siga conmigo, en Italia.
Enzo apretó con fuerza sus dientes y sin decir nada, asintió y acarició mis manos con delicadeza. Sabía que le había dolido la repentina decisión que acababa de tomar, pero no podía dejar que lleven a Benjamin con Giannina, no me podría permitir eso sabiendo que él no iba a estar bien con ella.
—Salgan —pidió el Kun a los dos chicos que me abrazaban—. Necesito hablar con ella, salgan por favor.
Los chicos me miraron y les dedique una media sonrisa, no bastó más para que los dos se levantaran y salieran de la habitación. Enzo me dió un beso y una última mirada antes de irse.
El Kun se sentó en el puff que estaba al lado del mío y me abrazó soltando un suspiro, besó mi cabeza y miró al techo. Sabía que estaba combatiendo contra sí mismo con lo que tuviera para decirme.
—¿En serio cambiarias todo tu plan de irte a Lisboa con tu pareja solo por Benja? —preguntó en voz baja y sonreí.
—No te confundas Sergio, yo haría todo por Benja.
Mi respuesta no pareció sorprenderlo, hizo una mueca pensativa y después sonrió rendido.
—Entonces llevatelo con vos —dijo y sentí que era irreal, que estaba soñando y que cuando despertara iba a terminar decepcionada de ver otra vez la carita triste de mi nene—. Llevatelo con Enzo y cuidalo mucho, porque yo ya no voy a poder hacerlo.
—¿De qué hablás? —cuestioné con el ceño fruncido.
—Digamos que mi corazón estuvo tan feliz que se desgastó más de lo que debería —intentó decir divertido, pero yo me sobresalté—. No sé si voy a zafar de esta, por eso decidí llevarlo con Giannina. Pensé que iba a ser lo mejor que este con ella, pero ahora veo que me equivoqué.
—¿Qué decís, viejo escuálido? —pregunté con la esperanza de que me estuviera haciendo alguna de sus jugarretas, pero no era así—. ¿No pensaste que lo mejor era decirle la verdad? Merece saberlo.
—No —negó con la cabeza y me delicó una cálida sonrisa—. Hay un tratamiento que puede funcionar pero no es seguro, no voy a poder verlo en un largo tiempo. Ni siquiera a vos te lo iba a decir.
—Te vas a recuperar, Sergio —lo miré triste, yo quería convencerme de que así iba a ser. Porque no había notado lo mal que últimamente estaba, tomando más de lo que debería, haciendo cosas que amaba como si no fuese a volver a hacerlas más.
—Necesito dejar a mi hijo con alguien que lo cuide, y quienes mejores que ustedes para eso —rió y agarró mis manos—. Te voy a dar la custodia completa de Benjamin, en caso de que pase algo malo conmigo sé que lo dejo en las mejores manos.
—No me digas eso —pedí en un susurro y me dió un fuerte abrazo, con la promesa de que todo iba a mejorar.
—Mirá que hoy nos vamos de joda con Paulito, Enzo y Leandro eh —me avisó para cambiar de tema y no respondí—. Quiero pasar todo el tiempo posible con ustedes antes de que se vayan, y creo que este viejo esqueleto todavía se puede mover muy bien así que te reto a un duelo de baile cuando lleguemos eh.
—Tendrías que decirle a Benja la decisión que tomaste, así deja de estar enojado con vos.
—No me quiere ni ver, igual se va a terminar dando cuenta cuando vea que está en un avión con destino a Portugal. No es tan pelotudo.
Intenté sonreír pero el mal sabor de boca no se me salía, no podía creer la lucha que estaba pasando solo el hombre que había sido como un padre para mi. Tampoco podría pensar que sería de mi o Benja si algo le pasaba al Kun, definitivamente mi vida no sería igual y mucho menos la de él.
Perderlo sería como perder la mitad de nuestro ser, porque la luz que nos da Sergio nunca la recuperaríamos si se apaga. Y eso para mí era más que un hecho.
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Perdón, no me funen JAJAJAJAJAJA.
Nunca dije que iba a ser un maratón feliz ;)
Y FIN DEL MARATOOOÓN, procedo a desaparecer again.
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Rivales ||Enzo Fernández ✓
FanfictionTERMINADA ─Tan linda y tan bostera ─sonrió negando con la cabeza. ─Desearía poder decir lo mismo de vos, pero no sos ni lindo ni bostero ─le dije sin mirarlo. Escuché su risa y de repente sentí un fuerte agarre en mi cintura mientras que con su man...