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—¿Entonces qué vamos a hacer para festejar?
—Preguntó el Kun metiéndose entre medio de Enzo y yo—. Perdón capo, pero te quiero tres metros alejado de mi nena.

—Ni mi hermano se queja tanto —rodé los ojos divertida y cuando Nicolás sonrió, sentí que tenía que especificar más—, ¿No, Emi?

—Lo que pasa es que yo te shippeo con Enzo, pero si no lo hiciera seguramente estaría armándote la escena de celos de tu vida —admitió palmando el hombro de Fernández.

Paulo reía incómodo mientras se sacaba la camiseta, había notado que no estaba metiéndose mucho en la conversación y tampoco parecía estar tan interesado. Aunque sabía lo que le pasaba y sabía que tenía que hablar de él, no sé cómo pero esa charla no se puede esquivar.

—¿Podemos hablar? —pidió Nico acercándose a mí y rápidamente apareció Leandro a mi lado.

—¿Ahora? No —me encogí de hombros y le dedique una falsa sonrisa—. Perdóname pero honestamente no me quiero amargar el día.

—Podemos pedir pizza y quedarnos, en vez de salir como siempre —sugirió Leo sumándose a la charla, Julián asintió de acuerdo y se acercó a nosotros.

—¿Yo puedo pedirla con doble queso? Por favor —hizo un puchero súper adorable y su cara de cachorrito me estaba comprando.

—No —dijo rápido Enzo alejando a julian—. Después te va a doler la panza y el que te tiene que aguantar toda la noche soy yo después.

—No creo que le haga tan mal un poquito de queso —comenté intentando convencer al chico, pero éste se negaba rotundamente—. Perdón corazón, pero si querés te compro helado —susurré lo último y él asintió contento, Enzo me miró mal.

—Bueno, podríamos agregar algún juego para que sea más picante y entretenido —el Papu Gómez se levantó de su asiento y todos asentimos en total acuerdo con él—. Seguramente terminemos todos en pedo igual así que no nos vamos a acordar nada.

—Podrían ser confesiones —habló Paulo por primera vez—. Pero confesiones heavys.

Cristian y Lisandro se encargaron de pedir la pizza mientras nosotros limpiábamos todo, Julián había agarrado una de tantas botellas de alcohol vacías del piso para utilizarla en el juego. Habíamos quedado en que un participante iba a girar la botella y hacerle la pregunta a la persona que apuntara el pico.

—Bueno delen mierdas —dijo rápido el Cuti sentándose al lado mío y dándome un fuerte empujón, como si no tuviera espacio cuando claramente lo tenía de sobra. Rodé los ojos y le pegué en el hombro, me devolvió el golpe con más fuerza y sonrió.

—Yo no sé por qué me dejo arrastrar en sus locuras —se quejó Leo sentándose entre Sergio y Rodrigo.

—Bueno dale, empiezo yo —dijo rápido Paulo agarrando la botella.

La hizo girar y el vidrio hacía un ruido molesto al chocar contra el piso, nos causó mucha gracia y nos reímos casi todos cuando el pico de la botella apuntó al capitán del equipo. Soltó un gritito y le dio un sopapo a Paulo retándolo porque supuestamente lo había hecho a propósito.

—¿Preferís a De Paul o Agüero? —inauguró el juego con una pregunta que todos nos hacíamos, su cara expresaba maldad y la de Leo expresaba odio.

—Y... —alargó y todos lo miramos atentamente, Rodrigo estaba que se comía las uñas de las manos y en cambio Sergio, estaba sentado con completa normalidad y tranquilidad—. Yo los quiero mucho a los dos, son unos grandes amigos y unos grandes compañeros. Pero compañero de vida es, fue y siempre va a ser el Kun así que por eso lo elijo a él.

—Ya sabía —dijo el Kun orgulloso mirando a Rodrigo como si hubiera ganado el mejor premio del mundo, el 7 de la selección parecía estar a punto de llorar y eso me causó muchísima gracia sin embargo hice mi mayor esfuerzo por evitar reírme.

Ahora fue el turno del Papu girar la botella y apuntó contra Julián, le hice varias señas a Alejandro para darle a entender que tuviera mucho cuidado con lo que iba a preguntarle a la araña. Tampoco quería que sea zarpado.

—Juliancito de mi vida —sonrió inocente y lo miramos todos en forma de advertencia—, ¿Por qué nunca parpadeas?

—Sí que parpadeo —se defendió con los brazos cruzados.

—No, nunca parpadeas —apoyo Di María a Gómez.

—Dejalo —lo defendió Enzo y reí—. Siguiente, siguiente.

Enzo agarró la botella y la giró no muy fuerte, lo que en mi barrio llamarían como hacer trampa pero nadie le dijo nada por eso. La botella apuntó a Paredes y el pobre chico tragó saliva nervioso mientras la mirada de Fernández estaba fijamente puesta en él.

—Estoy seguro de que esta duda no la tengo solo yo —empezó a decir serio—, ¿Alguna vez sentiste algo romántico por Agus?

Leandro y yo solamente nos miramos para estallar en risas, Enzo había desperdiciado su pregunta.

—Pensé que iba a ser algo más difícil —se burló el xeneize—. Nunca sentí nada por ella, no te niego que es una piba hermosa y que cualquiera querría estar con ella. Pero para mí es más como una hermana, la conozco desde que usaba gargantillas y estaba en su época emo.

—¿Cuál era la necesidad de humillarme de esa forma, Paredes?

—¿Tenías una etapa emo? —rió el Cuti para burlarse con Licha.

El próximo en girar la botella fue Rodrigo, jamás me había llevado bien con él pero tampoco me llevaba mal. Martina era mi amiga y lo aceptaba solo por ella pero en lo que a mi respecta, jamás le habría hablado de no ser por eso y sé que él a mi tampoco, porque yo tampoco le caigo bien.

Supongo que no le gusta que lo moleste tanto y es el típico que tira y después no se la banca, pero al igual que yo me tenía que aguantar por ser amiga de su novia y hermana de su amigo. Básicamente no nos quedaba de otra.

La botella paró al frente mío y sentí que en ese momento Dios me había abandonado, sabía exactamente la pregunta que iba a hacer porque ya me la había hecho antes y jamás se la respondí.

Rodrigo sonrió como si lo hubiera iluminado una luz del más allá y sentí que me iba a morir ahí mismo, el fin se acercaba para Agustina Francesca Otamendi e iba de la mano de Rodrigo De Paul. Espero devolverle el favor en algún momento porque honestamente ahora tenía ganas de suplicar que no pregunte y que solo pase al siguiente jugador.

—¿Cuando y con quién fue tu primera vez?

Bufé enojada y todos me miraron, incluso Leandro y Nicolás lo habían hecho. Eso era algo que ni siquiera a ellos les había contado porque sentía que era demasiado personal como para hacerlo.

Enzo y Julián son dos viejas chusmas, así que al igual que el Dibu esperaban a que diera mi respuesta. Estos chicos me iban a matar en cualquier momento y yo ya estaba lista para separarme de mi alma.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora