025

9.6K 664 199
                                    

Ya habían pasado dos días, le había mandado como cien mensajes a Nico pero me bloqueó a los tres primeros. Paulo y Leandro me visitaron todos los días para traerme golosinas y ver películas de disney conmigo, creyeron que así me sentiría mejor y apreciaba su esfuerzo.

No sabía nada de Enzo bueno, de nadie en realidad. No había salido a ningún lado en estos dos días y tenía explotado el grupo de la Scaloneta. No había abierto el chat porque no tenía ganas de pretender que todo estaba bien, nada lo estaba realmente.

Me había pasado las últimas dos noches llorando, Sergio y Benja habían optado por no decir ni preguntar nada, ni siquiera se habían acercado a mi para hacerme alguna de sus jodas o sus chistes. Lo que les agradecía y me hizo dar cuenta de que realmente estaba mal, estaba como nunca lo había estado.

Mañana era el partido de Argentina vs Países Bajos y honestamente mis ganas de asistir se habían hecho nulas, no quería ir y posiblemente arruinarle el día a mi hermano con mi presencia.
Ya demasiado había hecho.

Escuché el ruido de la puerta y supuse que el Kun ya había llegado, pero no escuché su voz. Sabia que no estaba con Benja, él había salido con Julián para jugar un partido de Fútbol y divertirse un rato. Al parecer los dos se llevaban bien y eso era lindo.

Me sorprendí de ver al Dibu apoyado en el marco de la puerta de mi habitación, me miraba fijamente y atrás de él estaban el cuti y Antonela. No entendía nada de lo que estaba pasando y tampoco tenía ganas de averiguarlo así que me di media vuelta y los dejé de ver.

-El Kun no está, salió a dar una entrevista con Marley o algo así -murmuré enterrándome en las sábanas.

-Dejá un poquito de lado tu autocompasión, mujer -me retó el dibu y de repente las sábanas se deslizaron por mis piernas, me las había sacado.

-Levantate que vamos a ir al hotel de Anto a jugar a la play -me ordenó Cristian y solté un quejido ronco-. Dale pendeja, y lleva un bolsito de ropa porque te vas a quedar a dormir ahí y mañana vas a ir al partido con ellos.

-No voy a ir al partido -solté y empecé a buscar las sábanas con mis manos, pero en lugar de eso toqué algo parecido a una pierna.

-Yo sé que estás mal, terremotito -habló el Dibu, se había sentado en mi cama y Antonela estaba sentada al lado de él. Cristian era el único de pie-. Pero sos la alegría del grupo, no estamos completos sin vos y te necesitamos. Tenes que ir mañana, tenés que sacar fuerza de donde sea y recuperarte porque te queremos entera. Te vamos a estar esperando en el living.

-Que maricón -lo imité y solo se limitó a sonreír y levantarse para ir al living, el cuti me encajó una patada en las piernas antes de irse y Antonela se quedó ahí sentada.

-dale amor, yo te ayudo -sonrió maternal y se levantó a buscar un bolsito entre mis cosas para meter ropa.

Me levanté a duras penas y me desvestí ahí mismo quedando en ropa interior, sabía que estaba segura con Anto así que mucho no me importó. Me puse unos jeans, el primer top que encontré y unas zapatillas normales.

Fui hasta mi armario y vi la camiseta de la selección número 19 con el Otamendi en grande, jamás en toda mi vida había usado otra camiseta de la selección que no sea la de mi hermano. Siempre me negué a usar la de Messi, la de Dybala e incluso la de Correa.

Solté un suspiro para intentar alejar las lágrimas y agarré entre mis manos la camiseta con el número 24. Anto me miró impresionada pero no dijo nada, simplemente me pasó mi bolso con mis cosas para que pusiera la camiseta y me extendió su mano para irnos juntas al living.

-¿viste? Ya no pareces una vagabunda -dijo el Dibu apenas me vio y me dio un fuerte abrazo-. Yo te adopto, a partir de ahora sos mi hermanita menor.

-Te amo Emiliano Martínez -le di unos golpecitos en la espalda y nos separamos.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora