Rivales ||Enzo Fernández ✓

047

24/12/2022

Miraba las vidrieras con desesperación, nos habíamos pasado nuestro tiempo boludeando desde que llegamos y se nos olvidó que sería navidad. Con el tema del mundial nos habíamos quedado demasiado manijas, lo suficiente como para acordarnos el veinticuatro a las dos de la tarde de que no teníamos ropa.

Los Messi, Olivia, Rodri, Tini y Cache eran los únicos que ya tenían todo preparado para las fiestas. Después estábamos nosotros, que viendo películas encerrados toda la semana nos percatamos de que no teníamos absolutamente nada que estrenar para hoy.

—¿Ese vestido no te gusta? —preguntó Paulo apurado, su familia lo había cagado a pedos por irresponsable y de inmediato nos fuimos a algún shopping para comprar. La única que faltaba ahora era yo.

—Es horrible —me quejé arrugando la nariz.

Siguió mostrándome ropa porque él y Leandro eran los únicos que me acompañaron, Enzo había tenido que ir a buscar a Oli, Juli y Lisandro se habían ido a comprar un arbolito de navidad antes de que nuestras familias pisen nuestra casa o nos mataban.

—¿Vestidito rojo? Oaaa —Leandro me mostró un vestido rojo que constataba de un corsé de varillas divino con una falda amplia de tul—. Paulo y yo nos ponemos un blazer así facherito y jugamos a las princesas, ¿Querés?

Lo pensé durante unos segundos y le saqué el vestido de las manos para ponermelo en el probador. Intenté ponermelo de forma delicada ya que tenía miedo de romper el tul que no me entrara directamente, para mí suerte me gustó bastante como me quedaba así que salí del vestidor con una sonrisa.

—Ah bueno mi amor, agradece que tenés novio porque sino te re como la boca acá mismo —habló Paulo haciéndome soltar una carcajada—. Na fuera de joda, si no te lo llevas te pego un sopapo porque la verdad te queda pintado, estas hermosa.

Leandro soltó un silbido y me hizo dar una vueltita mientras Paulo aplaudía. —Y la ganadora de miss universo es...¡Agustina Otamendi!

—Basta chicos —me cubrí la cara sonrojada por completo y fui a sacarme el vestido.

Pagamos todo y después de comprar algunos regalos improvisados más los regalos random que los tres dábamos todos los años, volvimos a mi casa para encontrarnos con Julián adentro de la pileta mientras Lisandro renegaba solito con el enorme árbol que habían comprado.

—¡Julián! —lo reté yendo para ayudar a Licha mientras Leandro y Paulo entraban todas las cosas rápido para que nadie viera los regalos que habíamos comprado—. Vení acá dale, ayúdanos.

La araña salió de mala gana de la pileta con cara de cachorro recién retado e intentó venir corriendo hacia donde estábamos nosotros, pero sus pies mojados hicieron que se resbalara con las cerámicas y cayó seco en el piso. Lisandro empezó a cagarse de risa y Leandro salió corriendo afuera por el grito de impresión que pegue, se unió a las risas de Licha y empezó a llamar a Paulo para que viera la desgracia del pobre Julián.

—Dejen de reírse que parecen trastornados, pedazo de forros —los reté y fui para ayudar a Julián, parecía un pez fuera del agua y se veía bastante gracioso pero no podía reírme cuando acababa de retar a los chicos por reír.

Entre los cinco terminamos de preparar todas las decoraciones y con Paulo intentamos romper o rayar algunas cosas para que no se notara que estaba todo recién comprado, no queríamos darle una mala impresión a Messi y supuestamente también vendría Neymar así que, esperábamos que sea una cena bastante tranquila.

—Vengan acá ustedes —les pedí y todos se acercaron a mi—. Ahora se van a ir a bañar porque Nico fue a buscar a su familia a la terminal, quiero que se porten bien y nada de peleas en la cena. Después Paulo y Leandro, ustedes van a ir a buscar a sus familias ya cuando estén listos y yo me quedo con estos dos.