Capítulo 6: Al lado del camino

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Ginevra Weasley bajó detrás de Potter a la Sala de Juntas. En ella, Ginny se encontró con muchas personas conocidas, y otras no tanto.

Harry Potter se situó en la cabecera de la mesa. A su derecha se encontraba Ronald Weasley, encargado del Departamento Legal y hermano de Ginevra, y a su izquierda, James Potter, encargado de Contaduría y padre del dueño. De izquierda a derecha del progenitor del jefe, se encontraban: Dean Thomas, su asistente de Contaduría; Padma y Parvati Patil, las gemelas encargadas del Departamento Creativo y Marketing y finalmente su asistente, Lavender Brown.

A la derecha de Ronald Weasley, se encontraba Neville Longbottom, encargado de Administración. Al lado del muchacho, se encontraba Marlene McKinnon, la encargada de Recepción¸ y luego de un asiento vacío, estaba sentada Emmeline Vance, la jefa de Recursos Humanos. Ginny se sentó rápidamente entre ambas treintañeras, y se preguntó porque sé encontraba tan lejos de Harry, cuando ella era su secretaria, y tanto Dean como Lavender estaban cercanos a sus jefes. Anotó preguntárselo a Potter después.

- De acuerdo, comencemos – concretó el azabache – Recepción. Marlene – la mirada verde escrutadora se lanzó hacia la rubia, a quien no le temblaron las pestañas.

- Todo está de maravilla, señor Potter. Las empleadas trabajan cada vez con más soltura, y se desenvuelven mejor. No hemos tenido problemas de comunicaciones durante este último mes, aunque dos computadoras se han estropeado.

- Anótalo, Ginny – le sopló Emmeline. Le tendió un cuaderno y una lapicera, y la pelirroja escribió la falta de dos ordenadores en Recepción.

- Perfecto. Serán reemplazados para la semana que viene, Marlene. Excelente tu trabajo, como siempre. Eres digna del puesto y confío en ti.

Ginny nunca había visto a Harry tan en módulo jefe. Con ella sonreía, totalmente contrario a lo que se suponía, tenía que hacer. Ahora, Potter le cedió la palabra a Neville.

- Administración va de maravillas, señor Potter – dijo entre titubeos – La semana pasada, como le notifique, tuvimos que despedir a un interno, porque estaba causando mucho caos en el papeleo. Pero por suerte todo marcha bien. Los papeles van al día, los contratos están archivados y los negocios igual.

- Perfecto. Otro excelente gerente de su piso. Te felicito, Neville – y esta vez le dedicó una sonrisa. Ginny supo que si Romilda Vane se encontrara allí, seguramente se derretiría – Padre – con una sola mirada Potter, James supo que decir.

- En cuanto a números, para no aburrirlos a todos con estupideces, estamos mejor que nunca. Prácticamente, respiramos y ganamos dinero. Las publicidades están saliendo mucho, lo que nos da ingresos extra todo el tiempo.

- Señor Thomas, ¿cómo se encuentra trabajando en el tercer piso? – la voz de Harry sonaba seca.

- Excelente, señor. El señor Potter me ayuda mucho con mi trabajo y aprendo mucho de él. En verdad, cada vez mejor – Ginny observó con detenimiento el rostro de Harry, inmodificable bajo ninguna circunstancia. No sonrió y se dirigió hacia Emmeline.

- Señorita Vance, cuénteme. ¿En qué está Recursos Humanos en este momento?

- ¿Además de liquidar sueldos? – bromeó – Estoy haciendo un sondaje, señor Potter. Me paso el día con los empleados. Un día con cada uno, entero. Veo cómo funciona su dinámica de trabajo, y si necesitan algo más. Si están contentos trabajando en la empresa, eso es lo que todos queremos.

- Perfecto. Como te había indicado, Emmeline – le sonrió. La mujer tenía una cara inescrutable.

- Señor Potter, ¿le molestaría si me retiro un momento? – preguntó la castaña – No me estoy sintiendo muy bien.

Para vestir santos (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora