Había pasado un mes entero desde que Sirius le había propuesto a Emmeline mudarse. Y misteriosamente, ella aceptó al día siguiente, luego de discutirlo con Marlene y Ginny, más de cinco veces.
En ese mismo momento, ambos pusieron en venta el departamento de la castaña, mientras que de a poco iban mudando o vendiendo las cosas que había en ella.
Emmeline estaba más que perturbada, ya que Sirius tenía una actitud bastante inusual con ella. Era atento, claro que lo era. Pero, era por demás sobreprotector. Incluso, una vez, pudo jurar que le había hecho una escena de celos mientras le liquidaba el sueldo a un baboso administrador, empleado de Neville.
Pero intentaba ignorarlo, porque así, de alguna manera, llegaba a olvidar los sentimientos que cada día eran menos contradictorios, más claros. Que lo quería, lo quería como se quiere a una pareja, a un novio... A un esposo. Y después de hablar con demasiadas personas comprendió la realidad: No era que a ella no le convenía él; él era demasiado bueno para ella.
Otra noticia que sorprendió a todo el entorno, fue el inminente doble casamiento de los gemelos Weasley con sus mujeres. Lo habían programado en un principio con tiempo, pero tanto Katie como Angelina, comprendieron que el tiempo que ellos estimaban era un año, o dos para planificarlo. Así que, como en su entera relación, ambas tomaron la iniciativa, fijando la fecha para abril, en dos meses.
Todo había estado tan tranquilo que parecía irreal. La policía había dejado de investigar sobre el secuestro de Hermione, alegando que había sido un secuestro extorsivo sin ningún fundamento claro, más que el de la extracción de dinero. Aunque todos estaban muy convencidos de lo que sucedía.
Ron pensaba que, quizás, a Bellatrix se le había pasado el enojo. Pero Sirius estaba convencido de que eso no ocurriría nunca. Bellatrix era vengativa, y no terminaría hasta verlos a todos muertos.
La semana casi estaba terminando, y todos llevaban su vida con tranquilidad. Aquel jueves, todos seguían con custodias, aunque estaban planificando dejar de utilizarlas progresivamente.
Katie y Angelina, planificaban la boda que iba a contar con cuatro damas de honor: Fleur, Audrey, Ginny y Hermione. Todas las parejas de sus cuñados, y su cuñada misma. Y los padrinos de boda serían cada uno de los hermanos Weasley, y además, Harry Potter; quién era el novio de la pequeña. Ambas mujeres, mejores amigas, corrían de acá para allá, probándose vestidos, eligiendo los vestidos de dama de honor, y más.
Pero, todas las mujeres de la casa Weasley, veían con son preocupado a Hermione: la castaña hablaba lo menos posible, sonreía solo de vez en cuando, y más que nada se encontraba perdida. Muchas de ellas creían que existía una razón: El matrimonio.
Fleur y Audrey ya estaban casadas, Ginny llevaba un anillo en el dedo anular, que aunque omitiera el tema, todos creían que tenía que ver con el matrimonio; ¡por dios! Incluso Kate y Angie habían logrado encausar a Fred y George. Todas allí ignoraban la propuesta que había rechazado la castaña hace tiempo.
En esa oportunidad, Ginny y Hermione habían logrado salir dos horas de almuerzo para acompañar a las futuras esposas de los gemelos a probarse los vestidos, como excelentes damas de honor. Fleur había salido también y junto a ella estaban tanto Victoire como Dominique, a punto de probarse sus vestidos también.
El color de la boda sería el turquesa: Color favorito de Katie. En un principio, habían planeado que fuera rojo, pero quedaría demasiado explosivo con todos los cabellos Weasley alrededor.
- Lo que no entiendo es porque tanta corrida por la boda. Ya se les propusieron, ya está. Algún día se casarán – inquirió Ginny.
- Tú hablas porque sales con Harry, Gin – espetó Katie – Para Harry algún día puede estar a la vuelta de la esquina. Para tus hermanos, está en el Congo. Bien lejos.
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Para vestir santos (Harry Potter)
RomanceUn joven multimillonario y mujeriego decide hacerle un favor a su mejor amigo: contratar en su empresa a su hermanita pequeña, rebelde y rebuscada por naturaleza, para encarrilarla hasta que rinda sus últimos exámenes en la facultad de Londres. D...