Capítulo 28: Sin miedo a nada

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James se acercó y pareció igual de conmocionado.

- ¿Petunia? – bramó él, la mujer asintió con una sonrisa sincera - ¿Qué haces aquí? Hace más de veinte años no nos vemos...

- Y lo lamento tanto – masculló la mujer – Quería saber si podía pasar.

- Estamos almorzando, claro. Pasa, les serviremos un plato a cada uno, por favor – intercedió James al ver a su esposa petrificada. La mujer y el muchacho pasaron por al lado de ambos y se situaron en el comedor, parados delante del resto de los presentes – ¿Estás bien, cielo?

- Es Petunia, amor. Es mi hermana y vino a visitarme después de veintidós años de no vernos. Desde la muerte de nuestros padres. Y vino sin Vernon... No sé qué ocurre.

- Lo veremos – reconfortándola, tomo la mano de su mujer, y siguió a los invitados. Harry y Nymphadora parecieron ser los únicos que no conocían a ambos recién llegados. Mientras que Remus estaba sorprendido, y Sirius, enojado.

- Hola, Sirius, Remus – saludó Petunia.

- Buenos días, Petunia – respondió Remus, mientras que Black gruñó – Ella es mi mujer, Nymphadora, y mi hijo, Teddy.

La hermana de Lily le sonrió a ambos.

- Es un placer. Tienes una hermosa familia, Remus.

- Gracias – respondió él.

- Él es mi hijo, Dudley – lo presentó.

- Él es Harry, nuestro hijo – señaló Lily, con la voz quebrada – Puedo preguntarte... ¿Dónde está Vernon?

El rostro de Petunia, palideció.

- Oh, Vernon falleció hace dos años, Lils – la pelirroja tragó saliva, sobrepasada.

- Y es por eso que decidiste venir a ver a tu hermana...

La ironía saltó sola de la boca de la correcta Lilian Potter. Ella había dejado de ver a su hermana hace mucho tiempo, en el funeral de sus padres, y hace tiempo de eso que no se veían. Vernon Dursley, el hombre con el que Petunia había decidido formar una familia, era aburrido y común, mientras que James era vital, gracioso y bromista. Al conocerse entre ellos, habían detestado la manera de vida del otro. Para colmo, cuando en la fiesta de casamiento de los Potter, Vernon conoció a Sirius y Remus, quienes no dejaban de hacerle bromas al respecto de todo, por lo que le gritó a Petunia, lo que derivó una pelea entre hermanas y nunca se volvieron a ver. Lily sabía que tenía un sobrino, e intentaba comunicarse con su hermana.

Lo hizo por, por lo menos, diez largos años, hasta que se dio por vencida. Ahora, se creía con el derecho de aparecer e irrumpir en su vida, luego de veintidós años peleadas.

- Lily, estos dos años me di cuenta de que lo que yo tenía con Vernon no valía nada. No lo extraño en lo más mínimo, pero estos veintidós años sin ti, sin mi familia... Imaginándome cómo sería tu hijo, mi sobrino – miró a Harry con un amor incomparable – Pensando en todo lo que me perdí de tu vida, y dándome cuenta que no era tu marido el animal subordinado. Era el mío. Perdóname.

Lily suspiró, y el aire se congeló unos segundos, hasta que se acercó y abrazo a su hermana.

- Perdóname tú a mí, Tuney. No tendría que haberme alejado de ti por tu marido, tendría que haber permanecido a tu lado, eres mi hermana.

- Yo soy la mayor, yo tendría que haber intercedido, no dejarme llevar. Pero estaba tan cómoda con mi vida.

- Siéntense a comer, Petunia, por favor – sonrió James con una sonrisa.

Para vestir santos (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora