Capítulo 47: Veo en ti la luz

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Un mes después...

Las cosas permanecían como se suponía, debían estar. Una Giennah de seis meses, un casamiento planificándose, y todos festejando la seguridad que estaban viviendo, aunque solo era momentánea.

Ese día, temprano, Ginny acudió a trabajar en St. Mungo. Allí, Juliet, la ex custodia que ahora ya era planta permanente en el hospital, la saludaba. La seguridad se había dimitido, simplemente para los momentos de mucha exposición.

- Ginny, cielo. Hace tiempo que no te veo.

- Oí que tú y Sawyer están viviendo juntos.

- Desde que él dejó tu custodia, y yo la de Hermione, decidimos que nos encariñamos con Londres. No queremos volver a Australia, ni vivir separados.

- Me alegro tanto por ustedes – le sonrió - ¿Recién entras a trabajar?

- No. Tuve guardia. Saldré al mediodía. Cuando uno hace lo que ama, le cuesta trabajo pero vale la pena – le sonrió - ¿Tú?

- Salgo a las cinco. No agarré la guardia, no me siento demasiado bien – bufó.

- ¿Qué tienes, pelirroja? – Kate Austen apareció junto a Emmeline. Ambas eran inseparables, aunque ya no estuvieran trabajando juntas. Gracias a eso, Harry se encargó de contratar a Austen como seguridad de Marauders'.

- ¿Qué hacen aquí? – cuestionó Ginevra.

- Chequeos de rutina para Giennah – admitió la castaña, con su hija en el cochecito - ¿Y tú? ¿Qué tienes?

- Me duele el estómago, pero debe ser que me está por venir el período.

- ¿Y ya te desgraciaste? Quizás tienes las cañerías tapadas, amiga – comentó Kate.

- ¡Kate! – la regañó Emme - ¿Puede ser un poco menos escatológica?

- Lo lamento, lo lamento. ¿Has tenido el placer de evacuar?

Ginny solo pudo reír. El teléfono de Emmeline comenzó a sonar.

- No es eso. Son dolores diferentes, Kate.

- ¿Hola? ¡Sirius, cariño! Giennah está bien. De acuerdo, de acuerdo. Ya vamos a la empresa. Cállate. Y yo a ti – colgó – Debo ir a trabajar.

Kate y Emmeline se despidieron y se fueron con la beba a Marauders'. Juliet le sonrió a Ginny.

- Si quieres, puedo hacerte un chequeo rápido, para ver si tienes algo. Los dolores abdominales pueden ser muchas cosas, Ginny. Y cosas feas.

- Ahora tengo algunas cosas que hacer, pero si tengo algún momento, te busco ¿sí?

- Estaré en el piso de obstetricia cumpliendo mi horario, ¿sí?

Juliet Burke se despidió, y subió por el ascensor hacia el pis o dicho. En él, se topó con Astoria Greengrass.

- Astoria, querida. ¿Dónde te movieron ahora?

- Algunos días tengo cirugía, y otros días cuidados intensivos. Pedí Urgencias pero ya está completo el equipo.

- Bueno, este es mi piso. Nos vemos, Tori.

La castaña de ojos verdes siguió un piso más y bajó en la UCI. Allí, reconoció el ringtone de su celular. Atendió rápidamente sin ver el número.

- Astoria – susurró, mientras fichaba su entrada en la recepción de Cuidados Intensivos.

- Astoria, soy Draco. Me dijiste que viniera a verte, pero no te encuentro en cirugía.

Para vestir santos (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora