Harry estaba muy triste respecto a lo que había acontecido entre él y Ginny, como la intervención de Cho había hecho que ellos se separaran finalmente. Había tomado la decisión de simplemente sacarle la tenencia de su hijo, y solo si no se la daba fácilmente a Michael Corner, apelar a todo lo acontecido.
Esa mañana temprano, mientras tomaba su café, Michael Corner subió hasta su casa.
- Buenos días, Harry – lo saludó el muchacho de cabello negro, dándole la mano fuertemente.
- Buenos días, Michael. Llevamos tiempo sin vernos – admitió el hombre.
- Ayer me encontré con Ginny, y pues... Me dijo que Cho te había mentido diciendo que Jason era tu hijo.
- Sí, es verdad. Durante todo un año, prácticamente, creí que Jason era mi hijo. Envié a hacer los exámenes de sangre a un laboratorio privado, pero evidentemente los falsificaron. No la culpes a Cho, fue engatusada por Bellatrix, una asquerosa serpiente que está detrás de nosotros.
- No la culpo, Harry. Sus decisiones dejaron de importarme hace años, cuando nos separamos. Pero, ¿meter a Jason? ¿Prohibirme que lo viera? Podría haber inventado mil historias para estar cerca de ti, pero ¿qué mi hijo en realidad era tuyo? Es asquerosa.
- Sé cómo te sientes, y lo entiendo. Jason pasó siendo mi hijo todo este tiempo. Mis padres lo querían como a un nieto, todos mis amigos lo adoraban, incluso Ginny se llevaba de maravillas con él.
- Es imposible que Ginny no se lleve bien con alguien. Sabe cómo meterse en el corazón de la gente. Te lo dice alguien que perdió la cabeza por ella una vez...
Y allí recordó: Michael había estado con la pelirroja durante mucho tiempo, hasta que ella se cansó y lo dejó. Allí se produjo el quiebre entre Cho y Michael, y él terminó acostándose con la asiática.
- Cuando ella me dijo lo que había sucedido me partió al medio, pero fue un alivio. Jason es maravilloso, pero el hecho de que sea mi hijo trajo muchos problemas.
- ¿Problemas con Ginny? Ella me dijo que se enamoró de ti...
- Con Ginny, exactamente – suspiró – Tener a Jason de hijo, trajo a Cho, y ella... Intentó algo entre nosotros, aunque yo estuviera perdidamente enamorado de Gin.
- Te entiendo, Cho es... Intensa. Siempre lo fue. Cuando yo estaba con ella era un niñato. No le veía importancia en cuidarme, me daba todo igual... Conocí a Ginny, que era... Es exactamente igual. Era bella, apasionada y dulce. Le dije que no tenía novia, y empezamos a, tú sabes, revolcarnos. Cuando se enteró que tenía novia, y que era Cho, no le importó demasiado, pero luego se cansó y me dijo que no quería acostarse con un hombre con novia.
- Allí dejaste a Cho, y fuiste corriendo tras Ginny. Ella me lo contó.
- Exactamente – admitió él – Pero ella me rechazó. ¿Y qué decirte? Regresé con Cho, me dijo que estaba embarazada de mí, de dos meses, pasaron siete, Jason nació, y durante dos años estuve con ella, pero me consumía la vida. Cuando tomé valor, la dejé y me fui a vivir cerca de su casa. Se la pasaba involucrando a Jason para tratar de verme pero la comprendía, Harry, lo hacía porque después de todo, entiendes a una mujer así. Pero, ¿hacerle esto a su hijo? Ya es caer muy bajo.
- Jason te adora, y eso es lo que importa. Él ahora está en la habitación que usaba mientras se quedaba aquí, que es la de mi ahijado. Él también está allí. Acompáñame que los despertaremos.
Los dos subieron camino a la habitación que solía pertenecer a los niños. Abrieron la puerta, y ambos estaban allí dormidos. Michael esperó afuera, mientras Harry los despertaba.
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Para vestir santos (Harry Potter)
RomanceUn joven multimillonario y mujeriego decide hacerle un favor a su mejor amigo: contratar en su empresa a su hermanita pequeña, rebelde y rebuscada por naturaleza, para encarrilarla hasta que rinda sus últimos exámenes en la facultad de Londres. D...