Antes de abrir la puerta a la sala donde estaba el cliente anónimo, tuve que respirar hondo. Pretendía decirle que me sacara de ahí. Así como habían hecho con Ana. Tenía que enamorarlo con seducción y encanto...algo de lo cual estaba aprendiendo en ese casino. Aunque parecía muy cuesta arriba, yo misma estaba dándome mi lugar. Abrí la puerta y la luz era tenue. El cliente pidió que no usara zapatillas, que estuviera descalza. Así que así hice. Pensé que tenía algún fetiche con los pies. Por suerte, mis pies eran bonitos.
Había una luz roja en el cuarto, y un olor a perfume de hombre en el ambiente. El en fondo, divisé a mi cliente en la oscuridad. Estaba sentado y en su mano había un vaso con alguna bebida alcohólica. El pasaba su dedo índice en el borde del vaso con lentitud. Traté de ver de quien se trataba, pero usaba un sombrero que le tapaba el rostro. Su camisa manga larga y sus pantalones eran negros, al igual que sus zapatos.
Recordé la carta que me habían dado de las especificaciones del cliente. En primer lugar, debía usar el vestido rojo, ir descalza, sin alguna prenda en los pies, tampoco podía hablar o emitir algún gesto, y por último, no podía verlo, y mucho menos, mirarlo a los ojos. Para esto último, me dieron un antifaz, que el cliente me había mandado, alegando que, le gustaban los juegos exóticos. Así que, antes de salir, me coloqué el antifaz.
La música empezó a sonar y yo empecé a bailar, en ese mismo punto. ¿Cómo iba a seducirlo si yo no veía nada?, menuda estupidez. Pero ondeé mis caderas. Moví mis brazos como lo hacía Rebeca , ( había aprendido mucho de ellas aquí), y me acomodé el antifaz para poder ver el piso. El estaba quieto, mientras yo me acercaba, mirando por la parte baja del antifaz. Abrí un poco las piernas y bailé, tocando mi silueta, recordando algunos consejos de Eugene:
«A los hombres les gusta ver el preámbulo, la seducción es importante, y tocarse uno mismo...créeme, a ellos les excita»
Me subí el vestido para que se viera un poco mi ropa interior y bailaba serpenteando arrodillándome un poco. Toqué mis senos, mi abdomen, y mi cintura. Me senté en sus piernas, y me moví de forma lenta. Él acarició mis brazos de forma suave, y luego sentí su dedo índice pasar desde mi cuello y bajar a mi espalda baja. Sentí un escalofrío cuando con su mano ladeó mi cuello y su respiración estaba rozando mi piel. Sus labios hicieron un recorrido desde mi hombro hasta mi oreja. Y debajo de mis glúteos, sentía su miembro endurecer.
El me empujó hacia adelante para que me levantara y me mantuvo de espaldas a el. Sus manos se posaron en mis senos mientras sentía su miembro en mis glúteos y su aliento en mi cuello. Su aroma me embriagó por completo. Seguí bailando al son de la música, y dejé escapar un gemido. Eso hizo que el tomara mi mandíbula y me besara de forma salvaje. De frente a él, apreté mi cuerpo al suyo, mientras aquellos labios finos me besaban con fuerza. Era un beso que me hizo desmayar varias veces, en donde sentía su aliento a menta. Besó mi cuello, y fue bajando a mi escote. Su lengua se posó en el medio de mis senos. Solté otro gemido, y apreté mis manos en sus hombros. El sentía mi jadeo. Bajó a mi abdomen, y luego a mi pelvis. Ahí presionó sus labios en mi pubis, tomé sus cabellos y los enredé en mis dedos. Sentí que mordía un poco en mi vientre bajo, por encima del vestido, y me exalté mas cuando sentí sus manos un poco frías subir por mis muslos, por entre mis piernas y debajo del vestido. Sus dedos llegaron justo a mi sexo, donde tocó de forma suave.
Me retorcí ante el placer. Era algo que nunca había hecho. Me estaba haciendo el amor. Era algo suave, algo sutil. Pero ¿porqué un chico iría a un casino a tratar así de bonito a una chica?, tal vez si lo hacían, Gio nunca me había hecho el amor, solo me había cogido. Mi cliente empezó a subir de nuevo y tomó mi mano, colocándome algo...un tallo con espinas. Apretó mi mano y sentí las espinas clavarse en mi piel. Era un dolor un poco tolerable. Quise gritar pero justo abrí la boca el me calló con un beso. Su mano seguía apretando la mía. El dolor se fue desvaneciendo cuando sentí su lengua invadir mi boca de nuevo.
Después de un momento, mi mano sangraba bastante. Las espinas eran grandes. Y justo cuando me iba despegar de él para ver mi mano, me susurró al oído:
-Ahora tenemos una excusa para ir a la enfermería.
Aquella voz me paralizó por completo. Por supuesto que era él, ¿Quién más sería después de todo?. Sentí un gran alivio, sentí ganas de abrazarlo, sentí...ganas de besarlo de nuevo. Porque había llegado ahí mi salvador, mi verdadero Gym boy.
Nota :
¿ Qué les va pareciendo la historia?
Me ayudarías muchísimo compartiendo la historia con tus amigos :)
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Enamorada del Gym Boy |Romance Erotico+21|✔️( Libro I)
Teen FictionLucy, una chica de 18 años decide meterse en el gimnasio para bajar de peso, pero al conocer a Gio, su amor platónico, su Gymboy, descubre los placeres de la seducción a pesar de que el tiene novia. Y mientras ella intenta bajar de peso y no morir...