Capítulo 16.4: Espina de rosas

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Las reglas del casino podían ser un poco contraproducentes. Las bailarinas éramos las que manteníamos todo. Por eso, si resultábamos heridas, había una enfermería justo al lado del casino para tratarnos. Nos podían matar de hambre si no teníamos clientes, pero había una enfermería al lado. ¡Qué ironía!, esa hegemonía machista que había en ese lugar, era digna de explotar todo el casino. Pero era solo un pensamiento más de lo que no podía hacer yo sola. Necesitaba ayuda. Más de la que ya tenía.

Leo, mi cliente anónimo, quien había pagado 500$ por besarme, quien me había comprado un vestido rojo y se había metido en mi piel de la forma mas dulce (sin haberme penetrado, aunque yo moría de ganas por eso), salió del cuarto alegando que me había roto con un vaso que el mismo lanzó al piso y que yo accidentalmente, al intentar recoger los trozos, me corté. Me llevó a la enfermería, y me hizo caminar rápido. Agradecí que no tenía tacones, así podía caminar mejor y no hacer ruido en el pasillo que había desde los cuartos hasta la muchedumbre, así que Rebeca y Eugene no pudieron darse cuenta de que me había ido. « Bien pensado Leo»

En la enfermería, cuando preguntaron mi nombre, fue Leo quien habló por mi, dando el nombre de una de las chicas del bar, y enseguida sentí celos, las conocía, ¿habrá intimidado con ellas?. La enfermera me lavó la mano, me colocó algunos puntos de sutura y me vendó. Luego, cuando ella le dijo a Leo que podía irse, que ya estaba bien el contestó de buena forma.

-No se preocupe, yo la llevó al casino -su rostro expresaba angustia por mi-, después de todo, fue mi culpa que ella se hiriera la mano.

Una vez afuera de la enfermería, Leo le apretó por la cintura y retrocedió, haciendo que yo corriera a su paso. Nadie se dio cuenta porque justo en ese momento había una cola de personas que querían entrar al casino. Corrimos un par de cuadras hasta que no pude más, yo no era tan atleta. Leo me tomó por el abdomen y me montó en su hombro. Era una carga, pero el era lo suficientemente fuerte como para correr conmigo encima.

Llegamos a una esquina donde estaba una camioneta negra. Me abrió la puerta y apenas nos montamos, arrancó lo más rápido que pudo.

-¿Cómo me encontraste? -pregunté nerviosa. Pero el en vez de responder, tomó una navaja desde la guantera y tomó mi muñeca. El conducía aun, e iba a toda velocidad. Aparcó rápido a la orilla de unos contenedores de basura, con la navaja me hizo una herida y sacó una pelota azul. La misma que se había prendido la noche anterior. Abrí los ojos perpleja, ¿Qué era eso?, ¿Cómo sabia el que yo tenia eso ahí?, lanzó la pelota a los contenedores de basura y presionó mi muñeca para que no sangrara. Yo ya tenía miles de cicatrices, una más no importaba.

-Ese sensor, te lo colocó Gio, no me preguntes cuando. Pero fíjate que siempre nos encontraba y te encontraba a tí. Por eso llegaste a estar en ese casino. Te encontró muy fácil ese hijo de puta -golpeó el volante. Ya mi Leo cariñoso había desaparecido, el malhumorado había vuelto. Manejó hasta llegar a un hotel. Me abrió la puerta del auto y su rostro no era duro, sentía compasión por mi. Miró mi cuerpo y luego mi rostro. Acarició mis mejillas de forma dulce.

-Esto no hubiera pasado sino te hubieras escapado, ¿estas bien?, sé que ese casino es un lugar abominable -dijo mirándome a los ojos.

Nadie me había tratado tan lindo. Quería llorar, así que el impulso que tuve fue abrazarlo. Me aferré a él porque a pesar de todo, siempre estuve a salvo. Desde el principio que mi padre lo contrató para cuidarme. No fue un buen entrenador pero si estuvo a mi lado incluso en mis peores momentos. El tardó en devolverme el abrazo, pero luego, me sentí muy segura.

-Gracias por rescatarme.

No dije más. El me sonrió y fuimos a la habitación. Marcó a un teléfono para pedir comida, y me sorprendió cuando llamó a una tienda para pedir ropa de dormir y ropa de diario para ambos. Mi vida desde ahí sería un total enigma. Se quitó la camisa delante de mí y me miró.

Enamorada del Gym Boy |Romance Erotico+21|✔️( Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora