Nota : El capítulo anterior lo actualicé, así que Léelo antes porque hay partes nuevas. De esa forma no estarás desubicad@
Me sorprendió ver a mi padre enfrente de mí. Su rostro endurecido, sudado y un poco golpeado, me hizo entender que había una batalla ajena a mi todo este tiempo. Me abrazó de forma paternal, como un padre que no había visto a su hija por largo tiempo,( que así era), sus hombres me desataron de los grilletes y uno de ellos me ofreció una cantimplora con agua.
-Lo siento mucho, mi querida Lucy. Esto no debió pasar -. Mi padre estaba viendo mi estado de deshidratación y estaba compadeciéndose de mi.
Me cargaron entre dos hombres y salimos de la habitación. Habían hombres de negro enfrentándose a otros que vestían de rojo, fue evidente saber cuál era el bando Bonvertre porque mi padre estaba de rojo. Pasamos por la celda de Leo y Vi que no estaba. Entonces si, el había rescatado a Ana y me había dejado ahí, a mi suerte. Idiota. Un estallido hizo que voláramos hacia atrás. Las cenizas y escombros de las paredes me golpearon y llenaron mi rostro. El sonido retumbó tan fuerte en mi cabeza que quede escuchando un tinnitus leve. El rostro de mi padre (un poco alterado), me hablaba mientras yo intentaba entender que había pasado. Pero el solo movía los labios, no podía entender que pasaba. La imagen doble se volvió una y empecé a escuchar de nuevo.
-¡Lucy! Levántate coño, debemos irnos de aquí o nos matarán -Me levanté lo más rápido que pude y vimos a través de la ventana un helicóptero que se alejaba -. ¡No! Escapó. Chicos, debemos salir de aquí, nos quedan 5 minutos para que la bomba estalle. Leoncio y su gente escaparon de la fábrica. ¡ EVACÚEN!
Corrí junto a los hombres de mi padre que me llevaron fuera de la fábrica y una vez afuera, a pocos minutos y pocos metros, toda la fábrica voló en pedazos. Mientras veía los escombros y el color fuego, solo pude pensar dónde se encontraba Leo. Y luego, sentí mi cuerpo desvanecer.
..........,....
Desperté en una cueva. Una cascada y computadoras estaban en mi foco pupilar mientras caía en cuenta que estaba en la realidad. Hombres vestidos de rojo con pistolas estaban por todas partes y escuché la voz de padre como un eco. Me quejé de mi malestar, sentía que iba a morir.
-Lucy, despertaste -mi padre se acercó al ver que había abierto los ojos. Pero yo no estaba ahí realmente. Mi mente se preguntaba, ¿Porqué leo me había abandonado?
-Papá, ¿ Qué pasó?
-Mi Lucy. Espero que el agente Leo te haya tratado bien.
¿Agente Leo?, vaya.
-Déjala que descanse un poco Vito. La pobre ha estado unos meses un poco atareada y pasó dos días sin comer -Un hombre alto, fornido y con una enorme cicatriz que atravesaba su rostro, estaba justo al lado de mi padre. La cicatriz fue tan profunda que vació su ojo izquierdo. Me daba miedo su rostro aunque me parecía conocido -Le puso la mano en el hombro derecho, pero mi padre seguía mirándome de forma interrogante.
-Ya, Kin, no puedo evitar preocuparme por mi hija. Hasta le contraté al mejor de mis hombres para que la protegiera. Pero, ¿Qué te hicieron?
Tuve la necesidad de contarle todo a mi padre. Tanto por decir, tantos sentimientos de odio, desesperación, incluso, miedo... y solo pude decirle.
-¿No me ves mas bonita papá?
Me sonrió y puso su mano derecha en mi mejilla.
-Tu siempre has sido bonita, mi hermosa Lucy.
Mi padre me mostró su guarida. Kin era su mano derecha, pero a pesar de que no me quitaba el ojo de encima, yo quería que nos dejara solos. Le conté todo lo que había pasado, cuando me atropellaron y Leo me cuidó, el casino de Gio, el cambio de mi cuerpo , y mi padre parecía muy pasivo hasta que le mencioné...el pen drive que todos estaban buscando. Me tomó del brazo y me arrastró fuera del alcance de algún oído.
-¿Cómo supiste la clave de ese pen drive? -preguntó con sus enormes ojos verdes.
-Pues...intuición. -Me asusté un poco.
Mi padre suspiró y colocó sus manos en las rodillas.
-Lucy, ese pen drive es sumamente importante. Ahí están tesoros valorados en millones. Es un tesoro que encontré en las islas del caribe. Está mi dinero, la ubicación del tesoro.
-¿Por qué colocar algo tan valioso en un pen drive? -No me parecía lógico.
-Pues, en este mundo hay que esconder las cosas en dispositivos. Las personas no son confiables.
Nos miramos unos segundos.
-¿Nunca pensaste que podía morir?, digo, desde que me dejaste con Leo, hasta el momento en que me dejaste ir a la fábrica con Lombardi? -estaba molesta con el.
-Te he protegido desde que naciste con sangre. Hay cosas que son ajenas a ti. Por eso te dejé con Leo. El...simplemente no es humano. Es muy difícil de matar. Y siempre le pedía reportes de ti. Hasta le pedí que te pusiera un chip para ubicarte. Por eso el siempre podía encontrarte cuando estabas perdida. Le daba dinero para que tu manutención, incluso le di dinero para que te sacara del casino de Gio Lombardi -su rostro tenía un dejo de dolor-, yo solo te he protegido todo este tiempo. Y en la fabrica, te estaba observando.
-Pero, ¿Porqué te fuiste?, ¡me dejaste sola! -estallé.
-Porque ¡soy un maldito gánster Lucy!, tengo granjas de marihuana y cocaína, y Lombardi y sus niños imbéciles estaban quemando todo. Dañando mi fortuna -el rostro de mi padre enfurecido, era algo que no había visto nunca -Incluso, desbalijó un almacén con objetos valiosos que he ganado a la fuerza. Pero la alarma sonó en mi radar cuando...-no pudo decirme más. Supe que el dinero no era todo. Habáa algo mas.
-¿Qué?, ¿Qué fue lo que te hizo irte y dejarme a merced del destino?
Mi padre se acercó a mi, a punto de decirme algo que sabía me iba a quebrar por completo. Pero alguien se paró detrás de mi y el levantó los ojos, quitándome toda la atención.
-Agente Leo, ¿Qué reportes me tiene?
«¿Leo?»
Volteé y ahí estaba. Sin rasguño alguno. Vestido con camisa negra que se cernía a su cuerpo, dejando ver todos sus músculos y pantalones grises. Con un revolver guindado hacia atrás. No me miró ni un segundo. Como si no me conociera. Su rostro estaba endurecido y su mandíbula contraída revelaba que estaba un poco nervioso.
-Leoncio huyó hacia Europa, supongo que a rescatar lo que queda de su dinero en Andorra. Es lo único que no hemos podido incautarle. -lo mire perpleja. Su actitud con mi padre era distinta. Firme, tenso, distante a mi. Un hoyo en mi pecho empezaba a formarse, y me fue inevitable soltar una lágrima.
-Bien. No sabrá lo que le espera. Le voy a quitar todo lo que tiene. Todo, hasta su querido hijo.
El odio que destilaba mi padre nunca lo había visto. Leo se dio media vuelta sin hacer contacto visual.
-Por cierto, agente Leo -se detuvo pero no se volteó- gracias por cuidar a mi hermosa Lucy. Espero que no te haya causado problemas.
Tomó el teléfono y presionó un botón. Inmediatamente, el teléfono de Leo sonó. El lo tomó y levantó una ceja al ver la pantalla.
-Listo tu pago. Cumpliste tu misión de cuidar a mi hija, ahora tendrás otras asignaciones -miré a mi padre angustiada y fue como si hubiera leído mi mente-, ya el no cuidará de ti. Lo haré yo.
Pensé que leo diría algo, o haría algo. Pero solo se colocó la escopeta que traía en su espalda y se marchó. Y el hoyo en mi corazón se agrandó cuando vi que antes de dejar la sala de computadoras, Ana, quien tenía vendas en los brazos, se iba con Leo tomada de la mano.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada del Gym Boy |Romance Erotico+21|✔️( Libro I)
Teen FictionLucy, una chica de 18 años decide meterse en el gimnasio para bajar de peso, pero al conocer a Gio, su amor platónico, su Gymboy, descubre los placeres de la seducción a pesar de que el tiene novia. Y mientras ella intenta bajar de peso y no morir...