Leo me tomó del brazo y me escondió en un cuarto.
–Quédate aquí, ella no te debe ver – su mirada no era amenazante .. había temor y súplica –pase lo que pase y... Lo que veas o escuches, por
favor Lucy.
Me cerró la puerta sin antes decir nada. Y a través de la puerta pude ver todo.
Joana entró y vio a Leo de arriba abajo. Lo empujó hacia dentro del cuarto y quedaron justo en frente de la puerta. Le dio un largo y extendido beso, el cual Leo no correspondió.–¿Qué te sucede cariño? –acarició sus pectorales y le abrió la camisa con furia para ver sus abdominales. El no hacía nada. Estaba tenso, tieso, era como si ella mandara en el. El gran Leo era dominado por aquella mujer, y yo...quería saber porqué –¿ Ya no te provoco como antes? Se que estás con una de las putas de Gio– Joana colocó sus labios en su cuello y mientras hablaba, iba rozando su piel hasta llegar a sus labios– , lo sé todo. Sabes que no puedes mantenerme al margen, tengo espías en todos lados. Sé que volviste a salvar a una puta del casino, como esa bazofia de Ana. Y...
Leo endureció su rostro y la tomó por el brazo con fuerza.
–¿Qué más sabes? Joana, esto no tiene nada que ver contigo, así que ..
Joana le dió una cachetada.
–¡Tiene todo que ver conmigo! Porque tú, me perteneces. Hiciste un contrato de pertenencia en el momento que me pediste que no matara a Ana – ¿Qué acababa de decir? –. Te pedí que buscarás a mi hija y veo que es lo menos que has estado haciendo, porque andas revolcándote con otra y además– se metió la mano en el bolsillo y sacó una bolsita con polvo blanco– , veo que no has vuelto a consumir de esto– lo lanzó al suelo, Leo lo vio y su expresión era de asombro. Ver toda la droga derramada lo había sorprendido –, ¿Crees poder salirte de esto así como si nada? , mírame, quiero a mi hija, quiero el pen drive que anda buscando mi esposo...
Joana empezó a tocarlo en su parte íntima y Leo no hizo nada para impedirlo. Cerró los ojos y su mandíbula se endureció....así como también su sexo.
–Estoy tratando de dejar las drogas, y no es algo sencillo – empezó hablar mientras le quitaba la mano –, tu hija, está a salvo, ¿Te has puesto a pensar lo que harían tus enemigos al saber de ella?
Joana soltó una carcajada.
– Mi único enemigo, capaz de hacerle daño a ella sería Vito, y ya está muerto. Así que no digas tonterías. ¿ Dónde está? –dijo cortante, en voz baja.
–Cuando tenga mi parte completa, te la daré.
Lo miró sorprendido, supuse que ella estaba acostumbrada a salirse con la suya y en esa oportunidad...no lo estaba haciendo. Joana se acercó y lo miró desafiante.
–Cuando la vea con mis propios ojos, te daré todo. Ahora, ¿ Me haces el honor?
Ojalá no hubiera visto lo que vi. Leo me lo había dicho y advertido. Esa mujer era una seductora y ninfómana. Leo le abrió la blusa y besó sus senos mientras con la otra mano tocaba sus glúteos. Parecían animales en celo, por la forma en que se besaban. Ella le bajó el pantalón y desde la puerta vi como hacía movimientos de succión, y Leo cerró los ojos dejándose llevar ....gimiendo de placer. El tomó sus cabellos y los enredó en su puño, teniendo el control de su cabeza, la cuál dominaba a su conveniencia.
Sentí celos de ver cómo la tocaba. No podía creer lo que estaba viendo después de todo lo que habíamos vivido. El era un hombre seductor, misterioso, sexy y...dominante. Yo quería que me dominara de esa forma, pero, en ese momento, no sé si lo hacía por protegerme, porque mis ganas de salir de ahí y enfrentar a esa mujer se vieron opacados por su advertencia antes de meterme en ese cuarto. Retrocedí en el cuarto justo cuando vi como la penetraba con fuerza, encima de un mueble y unas manos taparon mi boca en la oscuridad. Un paño humedecido con olor a formol me hizo cerrar los ojos mientras escuchaba de fondo ....los gemidos de Joana.....
Me encontraba en un cuarto oscuro. Yo estaba paralizada, pero sabía que estaba soñando. Me vi a mi misma con una lencería exótica en el medio de la oscuridad. Al mirar al fondo, un chico entrenaba en unas paralelas, aquella espalda desnuda, llena de tatuajes y músculos que se contraían de forma perfecta al ejecutar el movimiento, aquellos glúteos redondos, brazos fornidos, brillantes del sudor...ese cuerpo lo conocía. La ilusión de mi misma se acercó a él y tocó su espalda esperando alguna respuesta de provocación. El bajó y se sacudió las manos mientras miraba mi cuerpo. Levantó mi mentón y me dijo tan suave que pude apenas escuchar:
–¿ No vas a entrenar hoy?, te diré la rutina, hoy toca piernas.
Yo estaba viendo aquella imagen y me vi sonrojar. Pero a su vez, la expresión de seguridad y picardía me impresionó. No había visto nunca esa expresión en mi rostro...¿ Cuánto había cambiado desde que mi padre se fue?, al parecer, bastante.
–Hoy quiero que me entrenes, de otra forma –le dije mientras tocaba su brazo.
–¿ De otra manera?, –se acercó a mi, colocando sus manos en mis glúteos. –¿ No te es suficiente con lo que te he enseñado?
– Quiero que me enseñes otras cosas, ya levantar pesas, no es suficiente –mis manos subían por sus pectorales.
El sonrió de forma pícara y con su mano, azotó uno de mis glúteos.
– Te advierto que ... yo no soy sutil. Puede que te duela un poco este tipo de entrenamiento– me susurró al oído –, puede que no puedas caminar luego
Yo tragué fuerte. Pero sentí como me mojaba y vi cuando respondí:
–Acepto el reto.
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Enamorada del Gym Boy |Romance Erotico+21|✔️( Libro I)
Teen FictionLucy, una chica de 18 años decide meterse en el gimnasio para bajar de peso, pero al conocer a Gio, su amor platónico, su Gymboy, descubre los placeres de la seducción a pesar de que el tiene novia. Y mientras ella intenta bajar de peso y no morir...