NOTA: Si tienes menos de 21, no leer este capítulo, tapate los ojos. Besos!!!
Fue como ver una película de acción (si saben a lo que me refiero). Su mano recorrió mi cuerpo desde mis glúteos hasta llegar a mis senos. Pude sentir su sexo endurecido en mi entre pierna, lo cual me hizo gemir. Tomó mi cabello y lo halo hacia atrás, haciendo que mi cuello quedara al descubierto. El besó mi piel, desde mi escote hasta llegar a mi mandíbula. Luego me hizo mirarlo a los ojos.
—Te voy a coger —susurró.
—Hazlo —amenacé—dame duro.
Esas palabras bastaron para que me obedeciera. Me colocó contra la pared y tuve que colocar las palmas de mis manos para sostenerme, mientras el, detrás de mi, apretaba mis senos. Luego sentí sus palmas golpear no tan duro, mis glúteos. No me gusta el juego rudo, pero con Leo, lo rudo era excitante. Me gustaba. Lo miré para tentarlo con la mirada y en sus pupilas brillaba la lujuria y el deseo. Bajó mis licras y bragas, para besar mi piel desde mi espalda y mis glúteos. Luego, su lengua recorrió parte de mi zona inter glútea y mi sexo. Ahí, mis gemidos se incrementaron al sentir sus dedos estimular mi clítoris mientras su lengua hacia lo suyo. Era una sensación maravillosa. Mis palmas sudaban entrelazados en sus cabellos y mi rostro empezaba a calentarse.
Una sensación quemante empezaba a asomarse en mi pelvis, y tomé sus cabellos para acercarlo a mi. Luego, me colocó de nuevo de espaldas a el, tomó mis caderas y bajó su pantalón mostrando su enorme miembro. Yo lo había visto varias veces, pero no había podido probarlo hasta ese momento. Me arqueó con rudeza, para tomar uno de mis glúteos para exponer mi sexo, y mientras me miraba, lo introducía lentamente. Yo grité un poco al sentirlo dentro de mi. Fue una sensación desgarrante pero cuando empezó a elevar el ritmo, mi pelvis respondía con grandes contracciones, que me daba placer. El elevó la velocidad, sacudiéndome, dándome palmadas que me daban placer, y luego me colocó en el piso y encima de mi , gritó mi nombre:
—Lucy, ¡despierta! —un balde de agua fría me sacó de mi sueño erótico. Había sido un sueño, ¡mierda!
Abrí los ojos aturdida. Me encontraba en un salón de interrogación y yo estaba atada a una silla. Enfrente tenía una lámpara que me iluminaba de frente. Un hombre alto, corpulento de ojos verdes, de mediana edad, estaba enfrente de mi, y a su lado...Rey.
—¿Lucy?, ahora que ya estas con nosotros, quisiera presentarme —Aquel hombre de sentó en frente —me llamo Leoncio Lombardi, y al parecer, tú tienes algo que me pertenece.
No respondí. Tenía miedo pero Leo me había enseñado a bailar con la muerte. Rey me veía de forma ansiosa. Sabía que podía golpearme, y también sabia que Leo estaba cogiéndose a esa señora y era probable que no fuera a mi rescate. Tragué fuerte.
—¿Algo que le pertenece? —Al carajo, yo era una Bonvertre. Debía actuar como ellos.
—Pues si, veras —empezó mientras sacaba un cigarrillo y lo encendía —Hace unos años, tres, para ser más especifico, mi mejor soldado, mi otro hijo que crié como uno propio, decidió irse con mi peor enemigo, una bazofia que ha estado molestándome desde el principio. —Exhaló humo de forma relajada.
—¿Y eso que tiene que ver conmigo? —tragué fuerte, podía sentir el corazón latir en mis oídos.
—Mi enemigo, Vito Bonvertre —tosió luego de inhalar profundo—, ¿sabes lo que significa que luego de años de trabajo, venga un bueno para nada a tumbar lo que construiste?, en fin, ese idiota logró quitarme lo que andaba buscando. Una mina de oro que está en el caribe. Lingotes de oro Lucy, puede que nunca hayas visto eso en tu vida pero, ¿sabes la cantidad de dinero que eso significa?
Ahora entendí muchas cosas. Mi padre no tenía trabajos esporádicos de pesquero...hace unos años, cuando yo apenas era una niña, el dijo que había conseguido trabajo en altamar, y que eso nos iba a ser muy ricos. Vil mentiroso. Que genio era mi padre.
—No...
—Exacto, ¡no!, entonces —su voz se fue tornando más grave—Vito consiguió ese oro porque —miró el cigarrillo y lo lanzo hacia el piso— Alguien, un pequeño bastardo le dio el mapa que ¡Yo conseguí con mucho esfuerzo! —gritó. Su rostro se colerizó tanto que sus ojos se llenaron de sangre.
Pude ver como Rey se asustaba ante su actitud agresiva. Y yo...quería que mi padre o Leo llegaran a sacarme de ahí.
—Te cuento todo esto pequeña Lucy, porque, —suspiró para calmarse—Vito guardó ese dinero en un banco en Andorra, y guardó todo en un insignificante pendrive, que encriptó con una clave. Y pues —me sonrió— , mi pequeño bastardo, mi hijo prófugo que decidió irse con el enemigo, con quien has estado planeando cosas divertidas como, explotar casinos de mi propiedad —sonrió de forma malévola al notar mi reacción—, parece que lo tiene. Y eso te hace cómplice.
¿Había escuchado bien?, Leo trabajaba para mi padre y había aceptado la tarea de cuidarme. ¿Me había estado engañando todo este tiempo?
—¿Leo trabajaba para usted? —pregunté sin pestañear. Leoncio Lombardi, conocido por ser mano suelta con las mujeres, me abofeteó. Mis lágrimas cayeron por mis mejillas.
Vi como Rey se movía, así que noté que aquel acto salvaje hacia mi, también le molestaba.
—¡Que insolente!, una prostituta, salida del casino de mi hijo Gio interrogándome. ¿Escuchaste eso Rey? —Soltó una carcajada y Rey fingió junto a él, luego colocó su mano en mi cuello y me amenazó— Leo era como mi hijo, yo lo crie, si eso quieres saber. Lo hice la bestia que es hoy. Lo destruí y formé de la nada, por eso, te daré una oportunidad y dejaré que vivas solo para que me traigas el pendrive estúpida niña, o si no, te mataré.
Nota:
¡Hola!, escribí esta parte inspirándome en música, espero les guste. Realmente me estoy saliendo un poco del esquema que tenía al principio, pero mientras voy escribiendo se me va ocurriendo otra cosa y voy agregando.
si les parece subido de tono este capitulo igual me comentan, se que puede haber personas susceptibles. Pero, por eso el titulo, son los deseos de Lucy!!!
¿que tal hasta ahora?
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Enamorada del Gym Boy |Romance Erotico+21|✔️( Libro I)
Teen FictionLucy, una chica de 18 años decide meterse en el gimnasio para bajar de peso, pero al conocer a Gio, su amor platónico, su Gymboy, descubre los placeres de la seducción a pesar de que el tiene novia. Y mientras ella intenta bajar de peso y no morir...