Capítulo Vientisiete: La noche aún no acaba.

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Al cabo de varios minutos, el equipo llegó a la entrada de la armería, siendo abierta por el teniente, al momento que introdujo unos dígitos en el teclado que estaba en el costado derecho de la puerta, logrando abrirla a los pocos segundos, lo que permitió que las luces se encendieran en automático; pero que también permitió que todos los adultos y las dos niñas entren, para luego el teniente cerrar la puerta y recargarse en ella, cerrando con fuerza sus ojos en un intento para reprimir las lágrimas que amenazaban con salir de sus perfectos ojos.

Sin embargo, y antes de que las lágrimas lograsen brotar, el joven teniente sintió sobre su hombro derecho, una mano que lo tomaba con cuidado y con suavidad, causando que él al alzar su rostro, viera a su capitán, quien lo veía con una expresión genuina de preocupación, a la vez que le dijo con una voz tranquila — Piers, se lo mucho que querías a tu madre, pero yo creo que es momento de vengar su muerte, al matar a todo zombie y B.O.W que veamos. Ya después, podrás llorarla en privado, sin interrupciones — Dicho eso, el teniente tomó y apretó con suavidad la mano de su capitán, provocando que el corazón del hombre se acelere como también una sonrisa se dibujo en su boca, para después Piers asintió con la cabeza, y remover la mano del más grande e ir a donde estaban las armas y municiones.

Por su parte, Chris dio un suspiro, pues a pesar de la breve interacción con el teniente, sus pensamientos y sentimientos estaban más que alborotados, y eso, era algo que casi nadie había logrado hacer desde que era un adolescente.

Por su parte, Chris dio un suspiro, pues a pesar de la breve interacción con el teniente, sus pensamientos y sentimientos estaban más que alborotados, y eso, era algo que casi nadie había logrado hacer desde que era un adolescente

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En cuestión de breves minutos, los agentes habían logrado reabastecer algunos de sus cartuchos, además de haber tomado munición acorde a sus armas, lo que en verdad les vendría más que bien.

No obstante, el capitán decidió dejar a un lado la escopeta que tenía, y sustituirla por un fusil de asalto que había en uno de los tantos estantes que había, además de tomar munición de la pistola que traía, ya que debía estar más que prevenido ante lo que pudiera ocurrír.

Sin embargo, Nivans al darse cuenta sobre cuál había sido el arma que tomó su superior, este de inmediato fue a donde estaba, logrando hacer que el hombre dejara lo que hacia para concentrarse en él y en lo que debía decirle.

— Capitán, quiero que cuide muy bien esa arma, pues tiene un verdadero valor simbólico y sentimental para mi — Dicho eso, el castaño tocó por no mas de diez segundos el arma con su mano derecha, para después quitarla e ir a donde su amiga estaba, mientras el pelinegro veía con detinimiento el arma, pues queria saber si de casualidad el fusil era de alguien. Y claro que así fue, pues a los breves segundos, el hombre encontró la inicial “H” acompañada del apellido “Nivans”, lo que le dio a entender que aquella arma le pudo haber pertenecido quizás, al propio padre de su castaño favorito, por lo que él mismo se comprometió a cuidar esa arma por cualquier medio posible.

 Y claro que así fue, pues a los breves segundos, el hombre encontró la inicial “H” acompañada del apellido “Nivans”, lo que le dio a entender que aquella arma le pudo haber pertenecido quizás, al propio padre de su castaño favorito, por lo que él...

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