Capítulo cincuenta y seis: Desaparecidos.

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A pesar del desastre en su departamento, Piers estaba dispuesto a encontrar alguna pista que pudiera revelar el paradero de las pequeñas Davenport y de su hermana. Y por suerte no estaría solo, ya que los hermanos Redfield podrían ayudarle, debido a que ambos estaban más que dispuestos a contribuir en la búsqueda de pistas o indicios que lleven a la localización de las pequeñas.

Pero no todo puede ir según lo planeado o incluso, como uno lo tiene pensado, ya que a pesar de que el trío le dio orden al departamento, la triste realidad es que no se logró conseguir alguna pista o indicio que ayude en la búsqueda, lo que desánimo al teniente, pues no esperaba que las malas noticias arremetan tan pronto.

— Hey, descuida cariño, ya verás que podremos encontrar algo — Ánimo Chris, dejando una de sus manos sobre el hombro derecho de su chico.

— Créeme que estoy intentando ser positivo, pero el no encontrar nada me está carcomiendo — Respondió con evidente tristeza el castaño.

Y si bien el fornido hombre retiro su mano para seguir con la búsqueda y eventual acomodo del lugar; sería su propia hermana quien, al revisar la habitación de las niñas, lograría encontrar debajo de unos libros de colorear, la primera y única pista que podría llevar al paradero de quienes han desparecido. Por lo tanto, ella fue de inmediato a la sala donde su hermano y cuñado seguían ordenando y buscando alguna pista.

Solo que al llegar a la sala, Claire se percató que Piers estaba un poco cansado, siendo bastante claro en su semblante, lo que era llamativo y fácil de notar.

— Piers, ¿te encuentras bien? — Preguntó Claire.

— La verdad me siento un poco débil y cansado — Respondió con cierta debilidad y suavidad en su voz.

— Debes sentarte amor, pues quizás necesitas descansar — Sugirió el capitán, tomando de la mano a su amado y llevándolo al sofá, logrando sentarlo.

— Quizás ésto te mejore un poco — Y de pronto, la palirroja mostró lo que había encontrado, tomando por sorpresa a amanos hombres.

— ¿Qué es eso? Y ¿dónde lo hallaste? — Preguntó Piers.

— En el cuarto de las niñas, y por lo que tanto ustedes como yo podemos ver, esto parece un tipo de USB — Fue una respuesta interesante, pero también inquietante.

— Habrá que averiguar que contiene — Nuevamente sugirió el capitán, tomando la memoria USB.

— Yo puedo ofrecerme para ayudar — Intervino la reina blanca, cuyo rostro apareció en el televisor de la sala.

— Deberían cambiar ese hábito que tienen — Dijo con una media sonrisa el teniente.

— Tomaremos en cuenta su sugerencia, teniente. Pero ahora se debe examinar lo que contiene la memoria que tiene el capitán Redfield — Comentó la IA.

A pesar de la buena idea, el capitán mostró su duda ante esa sugerencia, ya que no había algún dispositivo en donde examinar lo que en la memoria había guardado.

— Por suerte, el reproductor DVD no fue destruido, por lo que ahí pueden insertar la memoria — Indicó la IA.

Entonces, Chris se acercó al mueble donde estaba la televisión, logrando sacar de las gavetas el reproductor DVD, mismo que conectaría al televisor, para de inmediato insertar la memoria USB.

— Hay un video que fue grabado durante la irrupcion al departamento, y debo agregar que es lo único que hay en este dispositivo — A pesar de esa observación, Nivans le pidió a la reina blanca reproducir el video.

Aunque antes de que la primera imagen se pueda visualizar, Chris decidió sentarse a un lado de su chico y tomar su mano, pues sabía que lo que verían, no sería nada bueno. Y mientras tanto, Claire solo dio un suspiro y se posicionó detrás de la pareja, estando un poco ansiosa de ver el video.

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