Capítulo Treinta y nueve: Nueva realidad.

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Piers seguía sentado en el suave sillón que había en la oficina de la mujer pelirroja, aún consternado por lo que seguía viendo con asombro, incredulidad y nervios en la tableta, pues aún en letras claras y precisas se veía el resultado de los análisis de las pequeñas, el cual seguía diciendo: “parásitos anormalmente grandes encontrados adheridos a las médula espinales de las dos infantes analizadas por los médicos a cargos de la organización”.

Para Piers era una pesadilla horrible, una pesadilla que no sabía si podía acabar con algún procedimiento que no tenga que ver con las dos niñas en sillas de ruedas por estar discapacitadas.

— Lamento que debas ver dicha información Piers, pero supuse que era necesario que lo sepas de una vez — Confesó la mujer, mientras se sentaba a un lado del joven hombre y tomaba la tableta, logrando analizar nuevamente su contenido y después dejarla a un lado suyo.

— ¿Rosé y Lisa saben de lo que tienen adherido a sus médulas? — Preguntó más que preocupado el joven hombre, mientras movía con cierta rapidez sus piernas.

— Lo descubrieron por si mismas luego de que fueran entregadas a Terrasave... Ellas jugaban entre sí, pero descubrieron los laboratorios... Y bueno, el resto es otra historia — Respondió desanimada la mujer, pues aún recordaba la infinidad de preguntas que las hermanas le hicieron al descubrir ls existencia de aquellos parásitos.

— Debe de haber una manera de quitarles esas cosas sin que queden inválidas — Dijo ya preocupado y nervioso el castaño mientras seguía viendo el suelo.

— Se está trabajando en ello, pero por ahora se estará vigilando el progreso de esos bichos — Contesto ya un poco animada Claire, pues ella tenía esperanza en que los médicos y científicos de Terrasave pudieran hallar la manera de remover aquellas formas de vida.

— Se está trabajando en ello, pero por ahora se estará vigilando el progreso de esos bichos — Contesto ya un poco animada Claire, pues ella tenía esperanza en que los médicos y científicos de Terrasave pudieran hallar la manera de remover aquellas...

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Fue entonces que Claire se levantó del sillón y camino a la puerta, girando el picaporte y dejando que su hermano y las pequeñas entren otra vez a la oficina.

— Lisa decidió traerle a su héroe una leche de sabor — Mencionó Chris, mientras veía a la pequeña niña acercarse a su castaño y ofrecerle aquella caja pequeña de leche de sabor.

— Gracias Lisa — Respondió con una sonrisa el hombre mientras tomaba con una mano el obsequio de la infante, quien lo abrazo y después se sentó a su lado.

— Las niñas te quieren y aprecian. No paran de decirlo — Comentó Claire mientras volvía a sentarse en su silla giratoria, detrás de su escritorio y mientras sonreía.

Sin embargo las niñas se sonrojaron por la vergüenza, por lo que Nivans no pudo hacer más que reír y decirle que estaba bien que expresen lo que sienten, pues el pago muy necesario de hacer, provocando que las niñas sonrían y cada quien abrace al joven teniente, causando una sonrisa en los hermanos Redfield y en el joven Nivans.

Sin embargo para Piers ese abrazo era uno donde estaba mostrando su afecto a las niñas, aunque también demostraba su preocupación ante lo que ellas tienen en sus cuerpos.

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