Capítulo Treinta: El mejor de los desastres se sirve en un plato caliente

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Quizás la opción de ir caminando hacia la estación del metro no era una buena , tomando en cuenta la cantidad de infectados, perros zombies, cerberus y verdugos que recorrían toda la ciudad en búsqueda de víctimas de las cuales alimentarse, aunque ésto no involucraba a los verdugos, ya que se desconoce en su totalidad cuál es su alimentación.

Ahora que los agentes recorrían una avenida en dirección a la estación del metro, ellos se podían dar cuenta sobre el nivel de devastación que hubo en la ciudad, ya que al recorrer todo el tramo de la avenida, veían más cadáveres devorados esparci...

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Ahora que los agentes recorrían una avenida en dirección a la estación del metro, ellos se podían dar cuenta sobre el nivel de devastación que hubo en la ciudad, ya que al recorrer todo el tramo de la avenida, veían más cadáveres devorados esparcidos por todo el área, vehículos chocados uno contra otros; además algunos estaban incendiados, mientras que algunos negocios y entradas de complejos de departamentos estaban hechos un desastre.

Los desastres eran, en su mayoría, restos de sangre que habían en las paredes, otros eran ventanales rotos por los enfrentamientos que hubo en el interior de los comercios o por los saqueos de los que fueron víctimas. Aunque por parte de las entradas a los complejos se resumían autos que destruyeron las entradas al estrellarse en ellas; además que las entradas estsbsn cubiertas de sangre, que, a su ves eran acompañadas por la sutil decoración de cadáveres devorados a los pies de dichas entradas.

— No vean niñas, ustedes sigan adelante y no se detengan — Comentó Piers, tapando los ojos de las pequeñas, quienes siguieron caminando con rapidez para evitar ver la terrible escena de cadáveres.

— ¿cuánto falta para llegar a la estación del metro? — Preguntó con nervios la pequeña Rosé, quien aún se preguntaba en su mente cuanto tiempo pasaría para llegar a la estación del metro.

— Ya falta poco pequeña. De hecho solo debemos girar a la derecha y caminar un poco más y estaremos allí — Dicho eso, fue que el teniente avanzó con las pequeñas, mientras el resto de su equipo y su hermana lo seguían, pero que también avanzaban con algo de prisa, pues los enemigos estaban al acecho.

 De hecho solo debemos girar a la derecha y caminar un poco más y estaremos allí — Dicho eso, fue que el teniente avanzó con las pequeñas, mientras el resto de su equipo y su hermana lo seguían, pero que también avanzaban con algo de prisa, pues l...

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“Oh Piers, aún parece que debemos hablar para solucionar algunas cosas y dejarte en claro cuanto te amo” Mencionó bastante tranquilo el capitán, pues si debía ser honesto consigo mismo, él debía solucionar algunas cosas con su lindo castaño.

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