Capítulo cincuenta y nueve: Un nuevo comienzo.

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Hora y media después, el avión sobrevolaba el atlántico norte, con nada más que un paisaje azul debajo de él, mientras que las nubes y el sol hacían una combinación tan majestuosa como expectacular. Una combinación que era digna de captar con una memorable foto e incluso, con una buena memoria fotográfica.

«Agente Rogers» Habló la reina roja «Hay una cámara fotográfica debajo de su asiento, úsela».

Sarah se sintió un poco apenada, pues no esperaba que su expresión facial fuera bastante obvia respecto a lo que ella deseaba hacer en realidad.

No obstante, Sarah optó por tomar la cámara y proceder a tomar una fotografía del bello paisaje oceanico.

— Disfrute del momento agente, pues a partir de ahora, es poco probable que volvamos a ver el océano — Comentó como recomendación la sargento, teniendo que darle una palmada en el hombro a la agente para después retirarse.

Sarah sonrió y se puso cómoda en su asiento, para luego volver a tomar otra foto, pero solo que con una expresión algo apagada, pues no le era muy bueno el hecho de no tener que volver a ver el océano por un buen tiempo.

— Vaya trabajo decidí tomar — Dijo con una risa irónica la joven mujer.

Mientras tanto, en la sección delantera de la aeronave, Chris cuidaba a Piers, quien estaba sobre una camilla, dormido aún, pues el uso de aquella habilidad concedida por el parásito lo había dejado bastante agotado.

Chris tuvo que sentarse en frente de su amado, tomando una de las manos ajenas con una suya, dándole un ligero apretón y teniendo que recostar su cabeza sobre el estómago de su novio.

— Ya pronto estaremos en un nuevo lugar, mi amor — Decía en voz baja el hombre — Pronto estaremos iniciando desde cero y con una nueva vida — La actitud optimista era una buena virtud para el capitán, quien deseaba llegar a Suiza para comenzar desde cero.

— ¿Eh, capitán? — Interrumpió Nathan.

— ¿Qué sucede Nathan? — Preguntó con seriedad el pelinegro, sin ver al médico.

— Debo inyectar al teniente. Si me permite, por favor — Mencionó con respeto el médico, pues si bien él era mejor amigo del teniente, la verdad es que aún debía solicitar permiso para suministrarle algún médicamento.

Redfield se levantó e hizo una seña para que el joven médico se acerque y pueda hacer su labor.

Al acercarse, Nathan notó que su superior no soltaba la mano de su mejor amigo, y ciertamente no veía algún inconveniente con eso, aunque tan poco se iba arriesgar a pedirle que suelte su mano para facilitarle su labor, por lo que él tuvo que seguir adelante.

Nathan tomo los insumos necesarios y procedió a inyectar a su amigo, teniendo que darle media vuelta para así hacer la labor más fácil.

— El efecto de la inyección tardara unos cuantos minutos en surtir efecto, mientras tanto habrá que dejarlo descansar — Recomendó Nathan, teniendo que retirarse y darle un poco de privacidad a la pareja.

Una vez solos, Redfield procedio a volver a sentarse en el piso, sujetando con cuidado la mano de su novio, para de pronto tenerse que percatar que él se movía un poco.

— Quizás solo este soñando, pero incluso así, él se ve bastante lindo —  Susurro el hombre, mientras contemplaba a su gran amor.

— Quizás solo este soñando, pero incluso así, él se ve bastante lindo —  Susurro el hombre, mientras contemplaba a su gran amor

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