Capítulo Veinte: Misión cumplida.

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Con el paso de las horas, el helicóptero sobrevoló algunas áreas que fueron curiosamente arrasadas por algo que tenía la capacidad de destruí granjas enteras y poblados grandes y pequeños, lo que no era uns buena señal para las consternadas personas que viajaban en el helicóptero, pues no creían que ahora una nueva amenaza estuviera presente desde su estadía en las antiguas instalaciones de umbrella.

Por unos breves minutos, el silencio fue lo que reinó dentro de la cabina, ya que nadie abordó daba crédito a lo que sus ojos veían, hasta que alguien decidió hablar al cabo de unos cuantos minutos.

— Carajo, ¿qué mierda fue lo que sucedió con esos pueblos y granjas? — Aquella pregunta procedente del médico Choi fue lo que llevó a todos a replantearse esa misma pregunta, pues necesitaban encontrar alguna respuesta sobre lo que estaba pasando, por lo que instintivamente Jill tomó una tableta que estaba debajo de su asiento, llevándose la sorpresa de ver aquel aparato encenderse sólo, como si de una acción automática se tratara.

La mujer volteo a uno de los monitores que estaban abordó, logrando ver que estos estaban encendidos, cuando antes de partir de la instalación, los demás monitores estaban apagados, lo que fue bastante extraño y sobre todo, muy peculiar.

Pero pronto dejó de prestarle importancia cuando la tableta mostró un informe detallado donde mencionaba sobre algunos seres llamados los “arrasadores”, siendo esos seres los encargados de eliminar  todo rastro de umbrella en alguna clase de incidentes donde la corporación estaba involucrada, lo que fue una gran alarma para la rubia mujer, quien al instante pudo deducir que lo que sucedía en tierra era obra de esos “arrasadores”, pero eso era a un más extraño, debido a que eso quería decir que la corporación umbrella estaba detrás de lo sucedido en Rumanía, aunque eso era más que imposible, debido a que desde hacía un tiempo, dicha corporación había cesado de cualquier actividad ó al menos eso era lo que se sabía.

Pero pronto, toda pregunta que ella se hacia en su mente, debido a que la propia inteligencia artificial mostró su rostro en las pequeñas pantallas para luego decirles a todos con relativa calma — Descuiden, los arrasadores pronto morirán, por lo que el resto de asentamientos humanos estarán a salvo de una gran amenaza — Pronto el teniente Piers le preguntó a la inteligencia sobre el cómo sabía que aquellos seres estaban próximos a morir, teniendo una rápida pero a la vez, perfecta respuesta — Porque yo misma puedo controlar sus dispositivos cardíacos que fueron instalados por los mejores científicos de umbrella — Y sin más, la IA mencionó que estaría activando la cuenta regresiva para empezar a matar a las criaturas, que según sus propias palabras, eran seres humanos que fueron transformados en humanos altos, delgados, con un aspecto deplorable y con un color de piel grisáceo, ojos blancos; además de poseer extremidades largas, puedan morir tan solo el reloj marque cero.

— ¿Me puedes decir cómo demonios es que esas cosas pueden arrasar con un gran número de pueblos, sin morir por un paro cardíaco? — Preguntó la propia Valantine al cabo de unos egundos, quien aún se preguntaba cómo era que las famosas bestias creadas por la extinta umbrella aún lograban vivir.

— Los dispositivos se crearon con el único fin de que las criaturas puedan hacer grandes asaltos sin tener que morir por un ataque al corazón. Fue una medida que los antiguos altos mandos de la corporación aprobaron, en caso de que las criaturas tuvieran serios problema de salud — La mujer rió y negó con la cabeza al mismo tiempo, pues le era difícil creer que las propias personas al mando de en ese entonces, la corporación farmacéutica más grande del mundo pudiera hacer algo así, pero recordando lo ocurrido en Raccoon City, le hacía recordar lo que umbrella era capas de hacer.

Pronto el teniente Nivans se sentó a un lado de la agente Woods, que a su vez abrazo a uno de los niños, quien lloraba por todo lo sucedido, y quien igualmente se sujeto de la mujer con un suave abrazo.

MÁS QUE AMIGOS (NIVANFIELD) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora