Capítulo Veintitrés: De regreso a casa.

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Al día siguiente, Piers se despertó, pensando al instante que lo sucedido fue un simple sueño que no experimentaba desde que era más joven. Y claro que eso pudo tranquilizar al joven hombre, de no haber sido porque al intentar ponerse de pie, el dolor en sus músculos fue lo que se lo impidió, además que la presencia de algo en su interior fue lo que hizo que se detuviera, para después voltearse con cuidado y ver a su capitán recostado a su lado, además que pudo notar que ambos estaban completamente desnudos.

Fue entonces que Piers se dio un golpe mental al darse cuenta que todo lo vivido anteriormente fue bastante real, y que había tenido sexo con su capitán y también amigo, provocando que un fuerte nudo en su garganta le impida hablar, aunque eso no sería necesario, debido a que noto que lo que había en su interior era el aún erecto pene de Redfield, lo que fue algo bastante sorprendente para el joven teniente, quien no supo que hacer en ese momento.

Sin embargo la situación empeoró cuando algunos golpes insistentes comenzaron a oírse, que además era acompañados por una voz familiar muy enojada, que el propio teniente reconoció como el de su querida amiga, que decía en voz alta — ¡Piers, abre la puta puerta ahora mismo ó de lo contrario la voy a derribar! — La rabia en la voz de la mujer era obvia, y Nivans sabía perfectamente que cuando Lizzie estaba enojada era mejor no seguirla provocando ó hacerla esperar en caso de que ella estuviera ordenando algo.

Sin embargo, cuando intento levantarse, los fuertes y cálidos brazos de Chris lo rodearon y lo atrajeron hacia él, permitiendo que él pusiera su rostro en su cuello, causando una sensación de sorpresa e incomodidad al joven chico, quien no sabía que hacer ante tal situación, ya que lo único que quería hacer era salir de ahí antes de que Lizzie derrumbe la puerta.

“Mierda, mierda, debo solucionar ésto, antes de que Lizzie mate al capitán”. Se dijo mentalmente el joven hombre, en búsqueda de una solución ante tal agravante problema.

— ¡Piers Nivans, abre la puta puerta de una puta vez, si es que aún valoras tú vida! — Esa era la primera y última advertencia que su amiga le diría, pues si ella volvía a gritar, sería acompañada de la puerta siendo derribada con gran fuerza.

Nivans sabía que no era momento de pensar, sino que era momento de actuar, si queria que su amiga no explotara ante lo que iba a haber.

Fue entonces que Nivans dijo en voz alta, tratando de ocultar su nerviosismo — ¡Ya voy Woods, no vayas a derribar la puerta en lo que me alistó! — De inmediato él obtuvo como respuesta — ¡Con un carajo Piers, son la una de la tarde; se supone que ya deberías estar despierto! — El joven hombre no dijo nada ante lo que escucho, ya que le era muy impresionante que haya dormido tanto, aunque haciendo memoria, eso tendría sentido, considerando que en algún punto de la madrugada él y Chris dejaron de tener sexo, pues ambos terminaron agotados; aunque en realidad él terminó más agotado que el otro.

Pero como si una fuerza superior escuchara sus súplicas, fue que la voz de la agente Katherine hizo que su amiga desistiera en seguir golpeando la puerta, siendo el momento exacto en el que el capitán despertó, notando de inmediato todo lo que sucedió, causando que esté se sonroje de la vergüenza que sintió al ver que tanto él como Piers estaban totalmente desnudos.

Antes de que Nivans dijera algo, Chris retiro con cuidado su erecto miembro de su interior, causando una sensación de vacío en el joven chico que provocó que él diera un ligero gemido, para después el capitán decirle — Piers, yo... L-lo siento, yo no quise que hiciéramos esto — El arrepentimiento era evidente en su voz, pero eso no podía cambiar lo que sucedió entre ellos, y eso era de reconocerse.

Sin embargo, sería el joven teniente que haría a un lado las sábanas para salir de inmediato de la cama y tomar su ropa que estaba en el suelo, sin darse cuenta que Chris se había sonrojado tan solo ver su perfecto y atractivo cuerpo, que además provocó que el miembro del hombre no pueda quedarse flacido, pues tan sólo ver el perfecto cuerpo, bien trabajado y algo musculoso de su amigo, fue suficiente para hacer que su ereccion no pudiera deshacerse.

MÁS QUE AMIGOS (NIVANFIELD) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora