[46] Primeros Dos Años

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Decir que por las noches no se sentia frustrado, decepcionado y triste era una mentira.

Hoy era una noche de esas.

En donde la oscuridad era lo único que se veía en su habitación, el silencio era su mejor música y la soledad su mejor amiga.

No permitía que nadie lo viera así, se suponía que era el grandioso Capitán America, aquel que nunca se dejaba vencer y se levantaba cada vez que caía pero esta vez ya estaba cansado, sumido en su pena y tristeza.

Todo era su culpa y se lo repetía mentalmente cada vez que el anillo de Linterna Verde brillaba en medio de la oscuridad.

Llegó a ser molesto su brillo, ese brillo que significaba esperanza y luz para desamparados era realmente molesto para Steve pues le recordaba lo que había hecho mal.

Acostado boca abajo en la cama miró la hora en el reloj junto a la mesilla de centro, eran las dos de la madrugada y seguramente todos en la base ya estaba durmiendo.

Las cosas regresaron relativamente a la normalidad pues los poco integrantes de la liga de la justicia ejecutaban sus planes en la Atalaya y el resto de los vengadores seguían habitando la base.

Ocultó su rostro en su almohada y dejó que las lágrimas salieran de sus ojos para empapar la suave tela, cerró sus ojos con fuerza y dejó que su mente lo engañara al sentir unas suaves caricias en su espalda, que estúpido, por unos segundos creyó que era Charlotte quien trataba de consolarlo.

Tal vez.....

Tal vez si hubiera firmado los acuerdos de Sokovia hubieran podido vencer a Thanos como equipo, no se habrían separado y probablemente en esos momentos sería Charlotte su esposa y no un simple recuerdo que le causaba dolor.

Empezó a cerrar los ojos y dejó que el sueño empezara a vencerlo, pronto se sumergió en un sueño donde todo había sido diferente, las cosas serían mejor y la mitad de la población universal siguiera presente.

Ahora lo único que se escuchaba era su respiración y el silencio sepulcral de la noche hasta que repentinamente unos toques en su puerta se hicieron presentes haciendo que se sobresaltara un poco, ¿Quien podría tocar su puerta en plena madrugada? Soltó un suave gruñido somnoliento y trató de volver a dormir cuando nuevamente los delicados toques en la puerta volvieron a sonar.

Se levantó de la cama y la abrió encontrandose con el pequeño Jonathan Kent de tres años parado al pie de la puerta abrazando un peluche de mapache «regalo de Rocket en su primer año»

—¿Que pasó pequeño?— preguntó Steve arrodillandose frente a él.

—Tuve una pesadilla....— balbuceo entre murmuros abrazando más fuerte al peluche.

Claro, Clark estaba en una misión al otro lado del mundo y Natasha seguramente en el Atalaya buscando a Clint con ayuda de Bruce.

Steve le sonrió suavemente y se hizo a un lado para que Jon pudiera entrar a la habitación.

—Puedes quedarte— dice dirigiéndose al baño para echarse agua fría y despertar por completo, tenia que olvidar su pena y concentrarse en cuidar al mitad kriptoniano.

Todos los héroes se habían encariñado con el niño pero Jon no a todos era muy apegado por lo que si necesitaba ayuda con algo siempre acudía con Steve ó Bruce.

Rogers dejó que Jon se acostara en su cama y trata de dormir mientras él se sentaba en la orilla en silencio sumiendose en sus pensamientos nuevamente.

El único sonido se escuchaba en toda la habitación era el reloj y su 'tic tac', Steve mantenía su mirada sobre el niño de pelo negro y ojos azules durmiendo pacíficamente en su cama.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al imaginarse la idea de tener hijos, una familia como la que obtuvo Natasha con Clark solo que él pensaba en cierta pelinegra con la que le hubiera gustado pasar el resto de su vida.

Quizás tres hijos, ó tal vez más, un perro, gatos o quizás pez.

Una casa en el bosque con un tapete en la entrada donde se pudiera leer 'Rogers' con música ochentera sonando en las bocinas, ellos baliando al compas de la melodía lenta sin importarles el futuro y solo enfocarse en el presente.
Escucharían a sus hijos riendo y jugando en el patio junto al perro mientras ella llevara ropa cómoda y estuviera abrazada a su aldo, sus trajes de héroes ya no existirían pues no los necesitaban, él podría pedir trabajo en el diario junto a Clark y ella podría hacer lo que quiera.

No se rodearían de lujos pero el amor y la estabilidad jamás faltarín.

Su burbuja se rompió cuando unos suaves toques en la puerta sonaron para después Natasha abrirla lentamente.

—Supuse que vendría contigo— mencionó al ver a Jon durmiendo en la cama de Steve

—¿Aún no has encontrado nada sobre Clint?— pregunta en voz baja el rubio para no despertar al pequeño.

Ella le hace una seña para que ambos salgan y dejen a Jon dormir tranquilo, una vez están en el pasillo Natasha es la primera en hablar para dar noticias.

—Solo hemos encontrados pistas en el continente asiático, en el Himalaya, ahí en donde parece frecuentar más pero no hemos tenido contacto— explica la rusa dando un largo suspiro, estaba realmente preocupada por su amigo y más sabiendo que toda su familia había desaparecido —Está... Dejando cuerpos a su paso, matando a personas con antecedentes criminales.

Steve asiente y al ver la mirada de preocupación en su amiga la abraza con cariño para darle consuelo.

—Debería poder encontrarlo.... Pero hay algo, alguien que lo ayuda a curbir sus rastros y limpia sus actos— termina de explicar en voz baja.

Internamente ella estaba segura de que Bruce Wayne sabia algo pues al decirle que en la zona rocosa del Himalaya no había nada y no dejarla ir a ella ni a Superman despertaba sus sospechas.

—No puedes ayudar a alguien que no quiere que lo hagas— Steve se aleja y pone sus manos en sus hombros para reconfortarla y hacerle saber que quizás ya había hecho suficiente y ahora lo mejor sería esperar a que Barton salga por su propia cuenta.

Natasha asintió y permaneció en silencio unos minutos hasta que finalmente habló.

—¿Que hay de tí?

—Estoy bien

—Te conozco lo suficiente para saber que no es así— la rubia inclina un poco su cabeza para ver el cansancio en los ojos del Capitán —No es tu culpa, nada de esto lo es.

—¿Como puedes asegurarlo? Desde los acuerdos de Sokovia todo se fue a la mierda por mi culpa— él soltó un suspiro y se pasó sus manos por su cabello —Stark tenía razón.

—Sí.... Tal vez no debas decir eso frente a él o se le subirá a la cabeza— trata de aliviar el ambiente con su comentario pero solo obtiene una triste sonrisa del Capitán —Nada fué tu culpa, ni en sokovia, ni en Wakanda, fueron Zemo y Thanos quienes lograron su cometido.

Steve no responde y solo recarga su cabeza en el hombro de su amiga quien le repetía que no debía echarse toda la culpa, todos cometieron errores y lo que están presenciando son los resultados de sus decisiones.

—Feliz cumpleaños Steve....— murmura Nat pasando suavemente su mano por la espalda de Rogers en un gesto reconfortante.

—Gracias....

Dos cumpleaños sin pastel ni compañía, no tenía ganas de festejarlo pero quizás por la mañana una pequeña rebanada de pastel que Clark comprara especialmente de Francia lo ayude a sentir una pizca de alegría.

La vida no suele ser tan triste cuando tienes amigos que te levantan el ánimo y te distraen de sobrepensar las cosas



































𝗚𝗥𝗘𝗘𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora