Harry Styles

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Cuando Harry despertó a la mañana siguiente, sintió el entumecimiento de su cuerpo, sobre todo en su cuello, su espalda y su brazo.

Intentó recordar en qué momento de la noche ambos se habían quedado dormidos, acostados en la alfombra y con las manos tomadas; aunque eso había sido algo de la ensoñación y la nueva necesidad de estar juntos que habían adquirido.

Quito su mano con suavidad, intentando no despertar a la sirena a su lado. Cabeza con cabeza, sus cuerpos rodeaban la mesa del té, formando una L entre ellos.

Sonrió cuando vio la mata cobriza de su compañera tapándole el rostro y entonces lo retiró, como quien acaricia una pluma, permitiéndose analizar las facciones de la mujer que lo había hecho reír toda la noche.

Habían brindado con café y se habían deseado un feliz año nuevo, nuevamente, esta vez en la intimidad. Charlaron sobre lo detalles de la fiesta y rieron a carcajadas cuando se pusieron a chismotear sobre algunas parejas; Harry reveló más de un secreto esa noche, sin embargo, Arabella se los guardó para ella, una vez más, convirtiéndose en aquel misterio del que Harry comenzaba a obsesionarse.

En algún punto de la noche, Arabella le había pedido a Harry que la ayudara con su vestido. El quiso decir tantas cosas y hacerlas, el doble, sin embargo se comportó como un caballero y bajó la cremallera, tomándose el atrevimiento de acariciar la piel desnuda de la mujer, percibiendo las pecas y lunares que bajaban por su espalda, descubriendo su afición por ellas. Ahora ella llevaba una camiseta de un concierto antiguo de Coldplay, Harry sonrió ante eso.

Mientras la observaba se preguntó qué era lo que debía hacer ¿Debía irse? ¿Debía quedarse? ¿Preparar el desayuno? ¿Hacerse el dormido?, tantas posibilidades lo abrumaron y antes de que pudiera tomar una en consideración, los ojos verdes y tormentosos de Arabella se abrieron, regalándole la imagen que torturaría a el hombre cada mañana. Se veía como una Diosa.

— Buenos días—, la voz de la mujer fue suave y dulce, adormilada.

—Buenos días, Arabella—, ella casi se sentía en un sueño. Su voz era incluso mejor al despertar.

—¿Llevas mucho tiempo mirándome?

— Yo no te miraba.

—Si lo hacías.

—Tenías saliva en toda la cara.

— ¡Eres un estúpido! —se quejó, pasando las manos por su rostro y levantándose, yendo hasta el cuarto de baño con pasos tambaleantes, dejando ver sus piernas desnudas, debido a lo corto de la camiseta.

«Bastardo afortunado», se dijo a sí mismo, mientras quedaba prendado a la imagen, viéndola desaparecer.

Intentó despabilarse y se enderezo, escuchando sus huesos quejándose mientras lo hacía. Soltó un suspiro y comenzó a levantar las tazas del día anterior, la botella de licor y los restos de lo que había sido una de las mejores noches que él pudiera recordar.

Cuando Arabella volvió a la sala, desafortunadamente para Harry, ya tenía un pantalón de jean junto a su camiseta de Coldplay. Ayudó al hombre a acomodar todo mientras volvía a poner la máquina para hacer más café, tomando una aplicación y pidiendo algo para desayunar, justo cuando el teléfono del hombre sonó.

— Styles—, dijo él, mientras secaba sus manos, sosteniendo su celular entre su oreja y su hombro, tan jodidamente casero que Arabella no daba crédito a la imagen.

Le hizo una seña, para que él pudiera conversar tranquilo en la sala mientras ella termino de ordenar y cuando estuvo todo listo, la mujer fue atender la puerta y recibir el pedido. Agradeció y pagó, dejando todo sobre la barra de desayuno de la cocina y entonces se sentó, tomando del café y dejando sus pies descalzos colgando.

—¿Todo está bien? —, preguntó cuando lo vio entrar en la cocina, teniéndole la taza y el hombre se frenó por no besar su frente, realmente tuvo que apretar sus labios al asistir.

—Mi madre quería saber como terminamos la noche.

—Espero que no le hayas dicho que te hice dormir en el suelo.

—Creo que te amaría un poco más.

—¿Crees que me amó?

—Definitivamente.

Sonrió, porque en un lugar profundo e inconsciente quería caerle bien. Pasó sus manos por su cabello ya peinado y entonces tomó una dona de chocolate, llevándola a sus labios para intentar desviar la atención a lo que fuera que no fuera Harry.

Miro el teléfono y observo la fecha "1 de Enero, 13:14 p.m.".

—Hemos dormido demasiado.

—Eran más de las 04:00 a.m. cuando verifique el celular por última vez antes de desmayarnos.

— Oh —murmuró, ahora algo avergonzada. Toda muestra de valentía parecía haberse ido con la anoche.

—Aun así, debería irme. Tengo un almuerzo importante.

—¿Hoy? Es año nuevo, Styles.

—Los negocios no esperan a nadie, Maxwell.

—La tranquilidad y los buenos momentos tampoco, Edward. —la mujer rió , utilizando aquel nombre que había escuchado de la hermana del castaño, haciendo que el hombre diera un pequeño golpe en su frente. Sabía que ella lo utilizaría en algún momento.

Analizó sus palabras, más de lo que le gustaría admitir, mientras se colocaba el saco de vestir. Camino hasta la salida y entonces se preguntó cómo debía saludar a la muchacha de ojos tormentosos. Dio un vistazo rápido a la casa y luego a ella, intentando armar el rompecabezas que era aquella mujer, sin embargo, había muchas piezas faltantes y el empresario estaba dispuesto a encontrarlas.

—Te veo en el bar, mañana.

—Hasta mañana, Styles.

En hombre titubeo. Llevó su pulgar y su índice a su boca, pellizcando suavemente la carne, intentando contener aquel impulso. Sin embargo, finalmente, bajó su mano a la estrecha cintura de la mujer y besó su frente, tal como había hecho con su madre, entonces se giró y se fue, dejando a una Arabella aturdida y parada sobre sus pies descalzos.

Arabella se puso a ordenar el departamento cuando su jefe se fue, dejándola completamente confundida y con millones de preguntas, que probablemente jamás obtendrían respuestas.

Analizo cada uno de sus movimientos durante la noche y la forma en la que el hombre parecía incluso más hogareño y natural con ella, de lo que jamás se había mostrado en Golden Bar o incluso en la fiesta de año nuevo.

¿Quién era realmente Harry Styles?

Conocía varios de él. Harry Cliente Styles, Harry Jefe Styles, Harry Idiota Styles, Harry Coqueto Styles y por ultimo, su favorito, Harry Encantador Styles. Ese último, se había presentado toda la noche frente a ella y comenzaba a opacar a todos los demás.

Su mente no paraba y decidió que era hora de hacer una pequeña investigación. Fue entonces que se sentó en la alfombra con su laptop para googlearlo, tal como había deseado la noche anterior, intentando unir las piezas y descifrar la incógnita. Fue ese el momento donde encontró el moño azul, tirado a un costado del sillón, haciéndola estirar sus dedos para tomarlo.

Olía a él.

Relamió sus labios y miró hacia el techo. Cerró sus ojos y recordó el momento exacto en donde su mejilla se posó en su pecho, obteniendo su aroma y su tacto caliente. Se preguntó en qué momento podría tenerlo una vez más así, pero también se reprendió a sí misma cuando se dio cuenta que estaba dejando caer demasiadas barreras, no podía permitírselo, no otra vez, no con otro hombre así y no cuando sus ojos eran un recordatorio permanente de su pasado, el cual quería olvidar, enterrar y dejarlo tan profundo para jamás dejarlo florecer.

A Song for You | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora