Misterio

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Este capítulo está narrado por los protagonistas.

Arabella.

De alguna forma, había logrado que todo lo que pasó por la noche se volviera aún más complicado en mi mente.

Estaba cansada, y las ojeras debajo de mis ojos eran una clara muestra de ello. Intenté disimularlo con corrector y máscara de pestañas, logrando verme un poco más fresca, aunque no había dormido demasiado después de los acontecimientos.

Mi mente estaba saturada de pensamientos y las emociones no ayudaban en absoluto a superar la forma en la que sus labios se sentían contra mi boca.

Si cerraba los ojos, aún podía sentir su tacto y su sabor en la punta de mi lengua.

Me sacudí por aquel pensamiento y bufé mientras me colocaba una chaqueta por encima de mi vestido y bajaba las escaleras. Encontré a todos en la sala principal, tomando el desayuno.

Harry estaba allí, tan fresco que incluso lo envidiaba. Llevaba el cabello suelto y mojado sobre sus hombros. Su suéter gris abrazaba perfectamente su espalda y su cintura, mientras que sus jeans se aferraban a su cadera, haciéndolo ver despreocupado, como un modelo de Calvin Klein.

Caminé hacia la barra donde los diferentes desayunos estaban servidos y logré capturar huevos y tostadas, justo antes de que Harry tomara dos tazas enormes de café y las dejara en la mesa, apartando la silla para mí en señal de que lo acompañara.

Pasé saliva y caminé hasta él, dejando el plato en la superficie de madera y sentándome a su lado, saludando a todos con una sonrisa y un apenas murmurado "Buenos días".

— ¿Has dormido bien, Arabella? Luces algo cansada —, preguntó Anne con preocupación, mientras llevaba su taza de té a sus labios.

Me atraganté cuando la risa suave de Harry resonó a mi lado.

— Sí, Anne, solamente no soy una persona madrugadora y hace algo de frío.

— Podrías haberte quedado calentita en la cama —, murmuró Harry a mi lado, mientras alzaba una ceja, condescendiente.

Quise asesinarlo. Sin embargo, recordé que era su cumpleaños y no sería algo grato para la familia.

— Preferí compartir la mañana con todos, además mañana volvemos a la ciudad. Hay que aprovechar el día —, mencioné, queriendo dejar morir allí la conversación.

Poco después, escuché cómo la conversación se desviaba a las actividades del día, mientras comía en silencio con la constante presencia de Harry a mi lado, haciendo sombra en mi cabeza como un recordatorio de la noche anterior, la noche en que podría haberlo perdido todo o ganado.

— Creía que ibas a dormir como una bebé —, lo escuché susurrar, solo para nosotros, y ni siquiera despegué la vista de mi plato, sintiendo cómo mi rostro tomaba el carmín de mi cabello.

— Y yo creía que no podías ser más idiota. Sin embargo, ambos nos equivocamos —, dije, arrastrando mis dientes por el tenedor y buscando con mis dedos la taza.

Harry rió suavemente y se inclinó hacia mi oído, dejándome completamente tensa mientras llevaba la taza de café a sus labios.

— Yo creía que no podías ser más sexy, pero viéndote sonrojada, debo admitir que te subestimé.

Una vez más me atragué, llamando la atención de todos y ganándome una mirada de preocupación de parte de Anne.

— Lo siento, está un poco caliente —, me justifiqué, sabiendo inmediatamente que la elección de las palabras no habían sido las correctas cuando la voz de Harry se volvió a escuchar.

A Song for You | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora