Cuando Luca se enteró de todo, su corazón no fue lo suficientemente fuerte como para alejarse de Arabella.
Estaba enojado y, por supuesto, se sentía completamente traicionado. Sin embargo, vivía con un hombre que había peleado con toda su familia, y ahora empatizaba con ese sentimiento.
No justificaba las acciones de la colorada, quien aparentemente había sido rubia toda su vida, pero podía entender el sentimiento de una familia rota y la traición. Ahora todas las armaduras de su amiga parecían tener sentido.
La cuidó, le preparó un té caliente y una comida que ayudaría a calmar el resfriado que estaba teniendo, luego de que ella le contara sobre el episodio en la acera, lo que hizo que la reprendiera como a una hija.
Llamó a Marko y le contó la historia, por lo que ahora él había aparecido con una bolsa contundente de lo que él había llamado "suministros de emergencia". Arabella lo entendió en cuanto vio el bote de helado y las tabletas de chocolate.
Ambos la cuidaron durante los días restantes, y cuando el jueves llegó, intentaron convencerla de que debía presentarse a trabajar y hablar con Harry. Sin embargo, el cansancio de su cuerpo afligido y el resfrío que aún llevaba le habían imposibilitado siquiera pensar en eso.
Además, aún no estaba lista para verlo.
Por otra parte, Harry había recibido una llamada de Gemma, quien le había preguntado por qué se habían ido tan repentinamente del almuerzo. Él le contó con pesar todo lo que había pasado, y por la tarde, su hermana se encontraba en su departamento, acariciándole el cabello con cuidado, mientras él rompía en llanto y le pedía que lo cortara. Así lo hizo.
Cuando Marko y Luca llegaron el jueves a Golden Bar, se encontraron con un Harry que jamás habían conocido, no solo por su nuevo corte de cabello, sino también porque él se encontraba totalmente hundido en la tristeza. Ya no reía, no bromeaba y prácticamente no hablaba. Parecía que aquella discusión había terminado con ellos de una manera que no podían comprender.
El horario de apertura llegó y el dueño observaba con recelo la puerta del bar, esperando el momento en que la colorada hiciera presencia. Sin embargo, aquello no sucedió y un dolor profundo se adueñó de su cuerpo, tanto que comenzó a sentirlo físicamente.
Bajó la escalera y no esperó a ser atendido. Se sirvió una copa doble mientras Luca lo observaba con ojos atentos, esperando el momento en que hiciera la pregunta. Sin embargo, al pasar de las horas y con Harry observando con obsesión las puertas doradas, se dio por vencido.
— No vendrá, está enferma. Estuve con ella hasta esta mañana —, la voz de Luca lo trajo a la realidad, y entonces el castaño se contrajo en sus facciones, inclinando su rostro para intentar analizarlo.
— ¿Lo sabías?
Luca supo a qué se refería y entonces negó, sirviéndose una copa y chocándola con la de su jefe antes de beberla. Harry aceptó aquella respuesta, pero lo siguió observando, como esperando algo más.
— Estoy molesto con ella, pero no puedo dejarla sola. Somos lo único que tiene.
El hombre quiso preguntar por qué, a qué se refería, qué era lo que él sabía que él no. Pero supo que era su culpa no saberlo, porque Arabella había querido contárselo y él no se lo había permitido.
— ¿Cómo... cómo? Ya sabes.
— ¿Cómo está? No mejor que tú. Además, se enfermó. Aparentemente la agarró la lluvia y ahora está en cama, tuvo fiebre, pero va a mejorar. Ambos lo harán.
Él asintió, agradeciéndole la copa, y se fue, subiendo las escaleras al despacho que olía a ambos. Se odió a sí mismo.
Había sido paciente y se había convencido a sí mismo de que iba a esperar a que ella le hablara. Sin embargo, cuando ella, por primera vez, se había abierto, él la había despreciado y la había sacado del departamento como si tuviera la preste.
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A Song for You | Harry Styles.
FanfictionArabella es una cantante con gran talento, que está estancada en un pequeño bar de Londres. Harry es el misterioso hombre que aparece cada noche, en la misma mesa, a la misma hora y la observa desde la oscuridad. Los papeles se invierten en esta his...