A Song for you

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La llegada de la Navidad había traído consigo no solo la nieve, sino también una nueva fecha que los marcaba.

Era la primera fiesta que pasarían juntos y, aunque ambos habían deseado pasarla rodeados de sus familias, la situación de Arabella y Harry con sus respectivas familias no era exactamente la ideal para celebrar las fiestas navideñas.

Hace un año, Arabella había pasado las fiestas con Luca y Marko; sin embargo, el ser la tercera para de la silla nunca había sido su mejor cualidad. Así que, luego de que las campanas anunciaran la medianoche y de agradecer, por supuesto, la hospitalidad, regresó a su casa y se enredó en las sábanas del primer amante que respondió su llamado.

Ahora, todo era diferente.

El éxito del álbum la estaba sorprendiendo incluso a ella misma. Había sido invitada a cantar en varios festivales navideños y, felizmente, se había presentado para enseñar su música a quienes aún no la conocían.

"Bound To You" y "Daylight" lideraban las listas de las canciones más escuchadas del Reino Unido, y aunque en otra ocasión hubiera creído que debía guardar sus sentimientos para su propio castillo, enterrado en muros y polvo, ahora estaba feliz de saber que todo su dolor, su historia y quien había sido, había servido para que ahora fuera la persona que debía ser.

La empresa de Harry tenía tan solo unos pocos meses y ya estaba dando de qué hablar, haciéndose espacio en un mercado competitivo, pero en el que él sabía moverse mejor que nadie luego de haber liderado durante años la empresa de su padre.

— ¿No crees que es demasiada comida? Solo estamos nosotros y normalmente nos conformamos con una copa de vino y alguna galleta —, Harry hablaba mientras observaba a la mujer decorar la mesa con las diferentes fuentes de comida. Aunque se veía apetecible, le preocupaba que ella estuviera tan ocupada con la preparación de la cena que ni siquiera le prestaba atención.

— Harry, por el amor de Dios, no podemos vivir solo de galletas y vino. Tendremos una piel arrugada y pocas vitaminas a los 40; nos veremos como unas pasas de uva arrugadas y feas —, ella se atrevió a responder, como siempre, enfrentando sus pensamientos.

— Tú serás una pasa arrugada y fea, yo estaré extraordinario. Como el vino, más viejo, más guapo —, él la abrazó por la espalda y mordisqueó su cuello, haciendo que ella lo apartara mientras reía por las tonterías que decía.

— No llegarás a esa edad porque voy a matarte antes. Vas a arruinar mi peinado —, ella se quejó, quitándose de encima a Harry y yendo hacia la cocina que compartían para buscar los candelabros de velas que había preparado con muérdago.

— Pienso que deberíamos pasar las fiestas desnudos, es más eficaz. Terminarás despeinada y sin vestido de igual forma. Podría ser una tradición —, él la observó, vestido solo con un pantalón de yoga, mientras se apoyaba en la encimera, siguiendo con su capricho de atención y completamente emocionado por pasar la fecha juntos.

— Harry, ve a vestirte, me estás estorbando y terminaré usando tu cabello como vela. Vete —, ella lo echó de la cocina, riéndose cuando él llevó las manos a su cabello con horror, tapando el crecimiento que había comenzado a mostrar desde que había decidido dejarlo largo nuevamente.

Finalmente, ella terminó, sin más interrupciones de su novio. Cuando entró en la habitación, encontró al hombre acomodándose el cabello húmedo y vistiendo un saco de vestir con un pantalón a juego y la camisa abierta, mostrando los tatuajes que ella podía describir de memoria.

Caminó hasta el vestidor y encontró el vestido perfecto, colocándoselo junto con los tacones y las joyas que él le había regalado en su cumpleaños.

Salió y encontró la habitación vacía, por lo que se propuso buscar al castaño en la sala, donde él se encontraba buscando en los discos de vinilo algo que pudiera musicalizar la primera Navidad que pasarían juntos.

Arabella besó la espalda de su hombre y sonrió cuando escuchó la voz de una de sus artistas favoritas sonar en los costosos parlantes de la sala. Pronto, pudo sentir a su novio girando y tomando su cintura entre sus brazos para unirlos en un suave balanceo, que los movilizó al centro de la pista, mientras "Back to Black" sonaba, haciéndole recordar aquel primer encuentro.

Harry rió, con ese pensamiento en mente, y besó su frente, recibiendo a la mujer en su pecho mientras se balanceaban suavemente. Arabella pensaba en todo el proceso de cambios que había vivido desde esa noche hasta esta. Habían pasado por altos y bajos, momentos dulces y amargos; sin embargo, eso los había vuelto más fuertes. Les había enseñado a florecer en la tempestad y brillar en la oscuridad más profunda.

La siguiente canción la hizo sonreír y, mientras ocultaba su rostro en el pecho del hombre que se había encargado de derribar cada pared de su fortaleza oscura, comenzó a tararear la melodía, disfrutando de la letra, mientras él, su fan número uno, disfrutaba de la privacidad del show y el eco suave de sus palabras en aquel hermoso y romántico ambiente.

— He estado en tantos lugares, en mi vida y tiempo.
He cantado tantas canciones y hecho algunas malas rimas.
He dejado mi vida en los escenarios; con diez mil personas mirando,
pero ahora estamos solos y estoy cantando esta canción para ti...

Harry rió y besó su frente, apoyando su barbilla en la mollera de la mujer, mientras se balanceaban suavemente, disfrutando de la melodiosa voz de su Sirena, en un tono de voz que denotaba al secreto mejor guardado entre ellos. En el único idioma que ella sabía hablar.

— Sé que la imagen que tienes de mí es la que yo quise que fuera,
te he tratado mal, pero cariño, ¿no te das cuenta de que no hay nadie más importante para mí?
Cariño, ¿no puedes ver más allá, por favor?
Porque ahora estamos solos y estoy cantando esta canción para ti.

Me enseñaste valiosos secretos sobre la verdad sin guardarte nada,
Tú diste la cara y bueno, cariño, yo me escondía.
Pero ahora soy mucho mejor y si mis palabras no surten su efecto,
Escucha mi melodía porque es ahí donde mi amor se esconde.

Ella sonrió y él encontró el significado perfecto a las palabras, guardando aquella pieza en su corazón, quedándose en silencio y con los ojos cerrados mientras saboreaba aquel momento. La voz de Arabella distaba enormemente de lo que solía mostrar en los escenarios; ahora era ella, íntimamente, para él, cantando un viejo blues. Abriendo su corazón una vez más, pero esta vez, solo para él. Una canción solo para él.

— Te amo en un lugar donde no existe espacio ni tiempo,
Te amaré toda mi vida, porque tú, el chico de al lado, eres mi amigo.
Y cuando mi vida se acabe, recuerda, recuerda, recuerda cuando estábamos juntos,
Y yo estaba cantando esta canción para ti...

Cuando estábamos solos y yo cantaba esta canción para ti.

A Song for You | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora