Bound to you

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(se recomienda escuchar y leer la letra al momento de la interpretación para una mejor recepción)


Grabar había sido vivir en una nube y, aunque ahora, secretamente, creía que no había forma de que no cayera en el suelo y se estrellara, todo parecía estar marchando demasiado bien.

Harry la estaba apoyando como nunca; incluso había comenzado a buscar un reemplazo en el bar para que cantara en su lugar. Aunque ella había sido reacia con la idea de que otro artista tomara su puesto, entendió que aquello era necesario para poder enfocarse en la grandeza.

Había estado escribiendo y reescribiendo. Muchas de sus antiguas canciones ahora adquirían un nuevo significado, nuevas estrofas y perspectivas. Además, ahora contaba con un equipo de trabajo que la ayudaba a desarrollarse como escritora y cantante.

Harry estaba haciendo de las suyas, por supuesto, colándose en la sala de grabación para incitar su inspiración, aunque, más que incitarla, la distraía.

Las visitas en el bar por parte de los empresarios se habían hecho costumbre y, aunque Harry creyó que era demasiado pronto para abrir una empresa, se dio cuenta de que lo único que lo estaba deteniendo era el miedo. Se había prometido que no dejaría que este volviera a interferir en la vida que estaba comenzando a crear con su mujer.

El 13 de agosto de ese año, y con el número específico elegido por Arabella, la empresa había pasado de ser una ilusión a algo tangible. Aunque la oficina del bar era cómoda, decidió que lo mejor para el futuro de su empresa era alquilar un espacio en donde pudiera comenzar con su proyecto. Aún no era un imperio, pero no lo necesitaba. Lo único que necesitaba lo esperaba en casa, con una botella de vino y una lista de compras imprescindibles para la casa.

Arabella finalmente había hablado con su padre y, aunque la relación no había fructificado, estaba contenta de saber que las cuentas estaban en blanco y que, si alguno necesitaba del otro, podían llamarse en cualquier momento y compartirlo.

En cuanto a su hermana, jamás la volvió a ver. No pudo decir lo mismo de su ex prometido, Christian, quien apareció en la puerta de su casa para implorarle que lo perdonara y que volviera con él. Obviamente, ella se encargó de despacharlo y sacarlo de su vida como a una bolsa de ropa inservible, que había estado demasiado tiempo esperando para ser tirada.

Era tiempo de cerrar ciclos; eso ya había pasado de moda.

El lanzamiento de su álbum estaba próximo y parecía que la mala prensa que había estado en su vida hacía unos meses había servido para algo. Los sencillos que había sacado eran un éxito y, aunque tenía una pequeña lista de oyentes, los números que manejaban en la disquera decían que iban en progreso. Nada podría estar saliendo de mejor manera.

Con la llegada de los primeros fríos de noviembre, un pequeño teatro recibió por primera vez la presentación solista de Arabella como estrella principal. Aunque aún faltaban unos pocos días para que el álbum saliera a la venta, no pudo evitar presentar una de las canciones que había estado ocultando en su cuaderno, ante los curiosos ojos verdes que ahora tanto la enamoraban.

— Esta canción la escribí hace un tiempo y quiero dedicarla a la persona que me ha tomado de la mano, me ha acompañado en este camino y que lo seguirá haciendo. Espero que les guste. — En cuanto terminó de hablar, el teatro quedó en un murmullo suave y la oscuridad llenó el espacio, siendo la única luz de la sala aquella que enfocaba a la estrella vestida de un verde esmeralda, el color de su amado.

Las suaves melodías comenzaron a sonar y ella cerró los ojos, tomando una suave respiración con su mano en el estómago y su cuerpo posicionado para el caudal de voz que requería para interpretar aquella balada.

— Dulce amor, dulce amor, atrapado en tu amor. Me he abierto, sin estar segura de poder confiar. Mi corazón y yo estuvimos enterrados en el polvo. Libérame, libéranos.

— Eres todo lo que necesito cuando te abrazo. Si te vas, sufriré esta noche.

Su voz tomó un respiro antes de soltar la fuerza contenida en aquellas suaves palabras.

— Encontré un hombre en quien puedo confiar. Y chico, creo en nosotros. Me aterra amar por primera vez. ¿No ves que estoy encadenada? Finalmente encontré mi camino. Yo estoy atado a ti. Yo estoy atado a ti.

Las lágrimas caían por su hermoso rostro mientras mantenía sus ojos cerrados y su corazón en el puño de su mano.

Harry la observaba con el corazón envuelto en fuego y los ojos picando por la sensación, vestido en un hermoso traje negro con corbata verde, observando a su mujer desde la primera fila, completamente orgulloso y enamorado.

— Tanto, tan joven, he enfrentado por mi cuenta. Los muros que construí se convirtieron en mi hogar. Soy fuerte y estoy segura de que hay un fuego en nosotros. Dulce amor, tan puro.

— Recuperaré el aliento con solo un latido de tu corazón. Dándome fuerzas. Por favor, no lo eches a perder ahora.

Las imágenes de su historia pasaban en su cabeza como un reel infinito de risas, felicidad, pasión y también tristeza. Todo había valido la pena, ambos lo sabían.

— Encontré un hombre en quien puedo confiar. Y chico, creo en nosotros. Me aterra amar por primera vez. ¿No ves que estoy encadenada? Finalmente encontré mi camino. Yo estoy atado a ti. Yo estoy atado a ti.

De pronto, el momento llegó. Abrazó sus miedos. Todo lo que había venido realizando estos años. ¿Debo arriesgarlo todo? ¿Llegar hasta aquí solo para caer?

El alto de la canción llegó y todos sus miedos se fueron cuando las palabras de su coach la llenaron y su piel se erizó mientras dejaba ir toda la potencia de su voz, acompañada con la emoción de sus sentimientos y el orgullo que sentía de sí misma. Aquella no solo era una canción para él, también era una celebración para ella y todo lo que había dejado atrás.

— Recuperaré el aliento con solo un latido de tu corazón. Dándome fuerzas. Por favor, no lo eches a perder ahora.

Las imágenes de su historia pasaban en su cabeza como un reel infinito de risas, felicidad, pasión y también tristeza. Todo había valido la pena, ambos lo sabían.

— Encontré un hombre en quien puedo confiar. Y chico, creo en nosotros. Me aterra amar por primera vez. ¿No ves que estoy encadenada? Finalmente encontré mi camino. Yo estoy atado a ti. Yo estoy atado a ti.

Los aplausos llenaron la habitación y las luces se apagaron con el cierre sublime de la noche. Ese había sido oficialmente el inicio de su carrera.

A Song for You | Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora