19 años después

Lo que más quieres

- ¿Dónde está Pansy? - Draco supo que había cometido un error tan pronto como preguntó eso, ya que Astoria lo soltó de inmediato. La mirada fría de Daphne se volvió aún más mortífera, y el único que no parecía molesto con él, Theo, respondió.

-Tenía dolor de cabeza, nada severo, pero lo último que quería era congelarse en el pueblo mientras sentía dolor. Blaise se quedó para acompañarla.

- ¿Desde cuándo Blaise es amable? - lejos de sentir celos o algo similar debido a la ausencia de Pansy, Draco solo tuvo curiosidad por las intenciones de Zabini. Sabía que no era nadie para hablar de amabilidad, pero Blaise no era el tipo de persona que simplemente hace las cosas porque son correctas: seguro planeaba algo...

-A mí también me pareció un poco raro, pero es mejor compañía que estar solo...

-Eso lo dudaría- dijo Daphne, sus primeras palabras desde la llegada de Draco, con tono de pocos amigos-. ¿No estabas esperando cruzarte con Potter, hermanita?

- ¿Para qué? - preguntó Draco con aprensión, dándose cuenta de que esa extraña y amarga sensación en su estómago eran celos. No era un sentimiento desconocido: lo había sentido en algunas instancias de su vida, pero era la primera vez que lo sentía por alguien, pues a Pansy nunca la celó-. ¿Eres amiga de él también?

- ¿Y si lo fuera? - replicó molesta: ¿cómo se atrevía a hacerle una escena de celos después de preguntar por su ex prometida delante de ella? ¡Qué cínico! -. Tengo que darle algo, Draco, ¿no estaba en el tren? - terminó explicando, pues no quería malos entendidos. A pesar de lo enfadada que estaba con él, no era lo suficientemente cruel como para dejarlo con la duda.

-Lo estaba, pero se fue rápido con su novia y amigos. Puede que hayamos vuelto a viajar en el mismo tren, pero eso no significa que hablemos: nunca lo ha hecho.

-El pueblo es pequeño: estoy seguro de que lo verás y tendrás la oportunidad, Astoria, no te preocupes- resolvió Theo una vez más, harto de su pasivo-agresividad.

- ¿Desayunaste, amor? - a pesar de su tono no tan dulce, las palabras de Astoria calmaron un poco los sentimientos de Draco: al menos su enojo no era tan grande.

-Podría comer- admitió él, haciéndola sonreír. Oh, qué hermosa era su sonrisa: Draco sabía que sería su perdición, ya que haría cualquier cosa para que le sonriera, y ese era un pensamiento peligroso. ¿Había vendido su determinación por una sonrisa?

- ¡Yo también! Hoy no sirvieron dulces en el Gran Comedor, y me quedé con ganas de algo así...- comentó con una expresión y tono tan mimados que a Draco lo enternecieron sobremanera. Astoria era muy expresiva, tan diferente de la mayoría de las personas en su casa y círculo social, y eso solo hacía que la quisiera más...

-Vámonos, entonces- dijo Daphne mientras tomaba la mano de su hermana, robándola de su lado, apartándose de Theo-. Antes de que termine el horario de desayuno- el ceño fruncido de Draco murió tan pronto como vio la sonrisa de Astoria, claramente feliz por el extraño deseo de su hermana de estar con ella, completamente despistada de las intenciones de la rubia. Sí, concluyó internamente, él daría todo por verla sonreír, incluso si significaba ceder: su tiempo con ella, su orgullo, y solo el tiempo diría qué más. Theo tampoco parecía feliz cuando vieron que las hermanas Greengrass empezaban a caminar delante de ellos, adelantadas.

Draco dejó que las chicas caminaran una distancia prudente antes de conversar con Theodore, quien, a juzgar por su expresión, se encontraba entretenido. No quería que escucharan, y aunque odiaba no estar junto a Astoria, le daría gusto a Daphne...

-No odio a Daphne, es mi amiga, pero momentos como estos me hacen desear que no fuera tan entrometida- Theodore no pudo contener su risa, fastidiándolo-. ¿Por qué aceptaste ser un chaperón junto a ella? Porque espero que entiendas que esa era su intención de venir, no estar contigo- ¿Fue cruel al decirlo? Quizás, pero solo Astoria podía burlarse de él sin fastidiarlo. Curiosamente, Theo no pareció herido o molesto por sus palabras. Draco casi había olvidado eso de él, que, si bien su corazón era gentil, Nott era tan frío como su generación, si no a veces hasta más...