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- ¿Qué te ocurre, Nott? ¿Por qué esa cara larga? - se mofó Pansy haciéndolo bufar cansinamente.

Se encontraban en su sala común, Pansy recostaba perezosamente en el sillón, con las piernas en el regazo de Zabini, quien leía tranquilamente, indiferente a la posición de su compañera.

-Es de mala educación preguntar lo que de antemano se sabe, Pansy. Creí que tú eras quien nos enseñaba modales- la voz de Blaise, siempre arrogante y altiva, también se tiñó de un tono burlón mientras apartaba la mirada de su libro para enfocarse en Theo, quien, en efecto, parecía desganado y frustrado.

Ella soltó una risita boba, como las que solían salir de su boca a la hora de chismorrear con las gemelas Carrow, quienes observaban la escena con disimulo mientras se enfrentaban en una partida de ajedrez.

- Sigo siendo la más civilizada de los tres, neandertal pedante- Blaise negó divertido, soltando una carcajada, antes de que la castaña volviera la atención a Nott-. ¿Cómo está tu cuñadita, por cierto? Por poco no se la tragan las bestias: la sangre pura suele atraer esos bichos como si fuera una luz y ellos fueran polillas...- preguntó por Astoria, pues Daphne no había desembuchado nada. A pesar de que la pregunta fue para Nott, Zabinni le respondió.

-...No la he visto. Digo, no es que se note mucho su ausencia en realidad, con lo callada y mojigata que es. Pero bueno, normalmente se le puede ver por aquí... ¿Saben algo, Carrows?

-Ni idea. Últimamente ha actuado más extraño de lo que acostumbra. Apenas y la veo por los pasillos...- empezó la que creyeron que era Flora, por la sutil diadema plateada en su cabeza.

-...Hay veces en que ni siquiera la ven llegar a dormir, según me dijeron sus compañeras...- continuó Hestia, quien, a diferencia de su hermana, siempre llevaba el cabello en una coleta alta. Pansy rió con sorna mientras Zabini arqueaba la ceja, incrédulo de lo que decían las gemelas.

-Igual no es tan mojigata como pensamos...

-...Podrías probar suerte con ella, Nott. Quizás esa hermana Greengrass baje la guardia más rápido...

-... ¿Se pueden callar? De verdad, no estoy de humor como para discutir con nadie, menos con ustedes-ambos se callaron al notar que en verdad estaba molesto. Normalmente se llevaban demasiado pesado, pero nunca reaccionaban de ese modo, pues sabían que no era en serio. Al parecer, no estaba de humor para aquello.

-Lo siento- se disculpó Parkinson con sinceridad, y las gemelas casi se caen de sus sillas al oírla. Zabini y Nott, en cambio, parecían ya conocer esa faceta de ella, rara, pero existente-. ¿En verdad te gusta Daphne, o simplemente te sientes frustrado porque se haya resistido a volver?

- ¿Tú qué crees, Pansy? - dijo él sin un atisbo de brusquedad.

Ella disimuló lo suficiente para no quedar boquiabierta de la impresión, pero estaba muda. De verdad pensó que terminarían en las risas, como casi siempre.

Ya nada iba a ser lo mismo.

Ya lo sabía, no era estúpida, pero a veces lo olvidaba, o más bien, deseaba ignorarlo.

-Estas jodido, Nott. En buen plan, no me estoy burlando, pero bueno...Daphne es como es. Si ya se metió algo en la cabeza, no cambiará de parecer pronto. En eso se parecen ellas- apuntó a Pansy-. Son tercas, con la diferencia que Daphne suele tener la lengua más afilada a la hora de insultar...

- ¡Eso no es verdad! Te hice llorar en segundo grado, Zabini, y si no quieres que me explaye en ello, retráctate...-dijo Pansy ofendida.

Él se revolvió algo apenado de recordar aquella ocasión en la que se atrevió a decir que Granger la superaba en encantamientos. Era claro como el agua, pero con aquello se ganó incluso la predicción de la causa de su muerte. Era una niña muy intensa.

19 años despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora