Tayler Aragon.
Estoy extasiando de esa bella chica que baila con un vestido negro que le detalla cada curva del cuerpo, debo mantenerme quieto para no levantar sospecha pero sé que ella me conoce y aunque esté ebria, u apenas pueda sostenerse no puedo arriesgarme a que pegue el grito en el cielo. No con el idiota que está afuera moviendo un anillo de seguridad de diez hombres bien armados, y menos con el pendejo asqueroso que baila con ella, los Graham son un dolor de testiculos, hacen que pierda la paciencia y me haga preguntar porque no los maté cuando pude hacerlo.
Sigue bailando y sudando, bebiendo, se muerde los labios cómo si deseara que alguien más lo hiciera, me tiene inquieto, quiero que vayan por ella, y me la sienten en las piernas. Aprieto mi tarro de ron mientras mis aliados se unen al show que da mi Doncella, su cabello reluce con las luces del club y es que quiero envolverlo en mi mano mientras le hago el amor como se lo merece. Quiero volver a probar su sangre, y beberla cada mañana, cada noche. Quiero que vean que ha valido la pena tanta pérdida de dinero por mantenerla viva.
Han querido matarla desde que supieron que la dejé vivir, y no me interesó, ese día sus ojos me suplicaron apartarme, por eso lo hice, por eso apunté el arma a Theo cuando grito, por eso la cargué en mis brazos cuando no reaccionaba, se aferró a mi camisa y su instinto de supervivencia la hizo aferrarse a mi brazo repasando la daga que tengo tatuada, sus ojos mercurio me arrancaron el corazón que creí que no tenía, y me lo dió cuando metió la mano a él bolsillo de su lindo vestido rosa crema; una cereza molida, la metió en mi boca y sus labios susurraron «mátame», saboreo el sabor a la cereza y me derrito porque esa pequeña me suplicaba por matarla en lugar de dejarla vivir, y su castigo por hacerme infeliz fue mantenerla con vida.
Ha pasado por la boca de uno y otro, se ha descontrolado por un bellaco que lastimó su corazón pero yo le demostraré lo que es el dolor.
—Asegúrense de que llegue sana a casa —trueno los dedos y me levanto a darle un último vistazo ya que, se restriega en la entrepierna de ese asqueroso de la jerarquía.
Me da risa porque el fanfarrón se dejó robar la novia por su hermano, sin embargo, se bien que ella lo hace por llamar su atención y lo consigue, aparece furioso, viendo cómo su hermano le toca las caderas. Soy paciente, así que, la dejaré disfrutar, se bien que no se acostara con él.
—Señor —¿señor? Miro a mi guarda espaldas—. La camioneta está lista.
—Ahora voy —me recargo del barandal de tubos y aspiro el aroma que seguramente es de ella.
—¿Quiere que la llevemos? —pregunta haciéndome perder la mejor parte de la canción, y la mejor porque ella aparta al bastardo y abraza a su amiga para bailar.
—No —reafirmo—. Ya dije que quiero que disfrute, pasará un rato sin salir.
Asiente y me dirige por las escaleras de metal, haciéndome salir por la parte de atrás, y volteo a ver al mesero. Lo llamo.
—Quiero que le entregues un martini a aquella chica —señalo la pista—. Llévale cerezas y deja una aplastada en el fondo de la copa, después de que se la termine dásela en la boca.
Le meto un fajo de billetes al bolsillo del saco negro.
—Como diga —asiente.
—Jamás me viste —advierto, y pasea sus ojos por encima de mi cabeza. Ve a mis guardaespaldas y tiembla.
Le indico que se marche mientras me dejo llevar por mis escoltas.
Lo que pagaría por ver su rostro, ese miedo que sentirá de saber que pronto vendré por ella, y para su mala suerte... no será hoy.
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR
RandomLa vida de Lovely Walker se dividía entre karaoke y fotografías. Ahora debe decidir entre la jerarquía y el líder de la mafia que la rige. Los acontecimientos de hace cuatro años atrás la devastaron, y la condenaron a ser propiedad de su agresor, el...