Capítulo 4

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Lovely Walker.

Fiesta de cumpleaños.

El salón reluce de color azul y con batas de enfermería del mismo color cómo si fueran stickers. El lugar es blanco con candelabros y figura de vacas, cerdos, perros, etc.

La música está baja y las personas apenas comienzan a llegar, saludo a uno que otro y me preparo para el cambio poniéndome detrás de la tarima un uniforme azul pero de falda y medias blancas, uso mis mismas botas negras y salgo...

—¡Llegaste! —chilla Vanessa a mi espalda y volteo—. ¿Por qué estás tan roja?

—Es que comí algo que no me cayó bien —miento y ella no muy convencida me da un repaso de todo lo que trajo.

El pastel está en una mesa con mantel azul; es blanco con pasto encima, figuras de animales sobre él, todo es precioso y perfecto. Es exactamente cómo lo imaginé. Las lagrimas me amenazan y tomo una calada de aire.

—¡Ya llegó! —grita una chica y nos ponemos en posición.

La música se apaga cuando viene a ciegas con una venda mientras Petee lo trae a rastras por más escaleras en descenso, su sonrisa reluce y me parte en dos tener que dejar de verla pero... quiero que no sea impedimento para esta noche.

Petee le descubre los ojos y mira el lugar con ese brillo que alguna vez dijo que yo tenía.

—¡Feliz cumpleaños! —gritamos en insono.

Baja la vista y mis ojos se topan con los suyos por unos segundos eternos, es como si supiera que es la última vez. Todos comenzamos a cantar Happy Birthday to you.

Vamos a la mesa de bocadillos mientras otros se sientan, yo tomo el micrófono para dedicarle a mi casi hermano unas palabras.

—Me tiembla hasta el cerebro —bromeo y todos comienzan a reírse, sus compañeros, y amigos de Vann me miran—. Estoy aquí con el micrófono en mano para expresar lo que ha sido para mí el hombre que está sentado con una sonrisa colgate en la mesa de honor —reprimo el llanto—. Esa sonrisa me hizo alucinar y supongo que muchas de aquí, pues, no es secreto que es uno de los más guapos de su facultad pero, pese a eso, es el hombre más bueno, perspicaz, amable y trabajador que he podido conocer. Cuando lo conocí me enamoré de él porque era el prototipo perfecto y recuerdo que me dijo: cuando tengas 18, y ya cumpliré 19.

—¡Hey! —me reclama desde su asiento.

—Mentiría si digo que no lo cumplió, porque lo hizo —le lanzo un beso y Mich se remueve en su lugar—: yo sólo quiero que sepas...; quiero que sepas que cuando esté sola, y no pueda mirar esos ojos apacibles me llevaré esto, sabré que estoy con ustedes, todos los que amo, y me han entregado el alma. Te amo, Ostin Jonson, te diría que cómo hermano pero esta demás; espero de corazón que seas feliz y que ahora que sé que te vas a Londres encuentres a una chica que te ame tanto como tú sabes amar.

La lagrimas se me escurren y él está suprimiéndolas con una sonrisa.

—Fuiste mi ancla —sigo—. Me sanaste, escuchaste, apoyaste e iluminaste el camino. Te solté de la mano cuando ya habías cuidado de mis cicatrices, y gracias por mostrarme cómo salir; hoy te digo que salí y soy fuerte gracias a ti y a tus guerras en la cocina con espaldas de luz led. Gracias por guardar mis secretos, y gracias por darme la mano más de una vez.

—¡Wow! —grita y todos aplauden—. ¡Ven aquí, cabra loca!

Me bajo del escenario y corro a los brazos que me esperan en el centro del lugar. Me aferro a su aroma de medicamentos y alcohol, sé que no me perdonaría si algo le llega a pasar. Sollozo tranquila en su pecho la música de Tayler Swift suena en el lugar, a pocos minutos ya están todos haciendo acto de presencia: Vann baila con Petee, y Michelle con Franck.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) ©                  BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora