𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR

Capítulo 16

Lovely Walker.

Apunta y dispara.🌹

No sé en qué momento acepté esto pero aquí estoy; parada frente a un árbol gigante que adorna la parte trasera de la casa, Tayler debe ponerse en forma para el día de la iniciación. Mañana llegan mis guardias y después él se encargará de otros asuntos. Dice que sólo nos veremos en la mañana y en la noche, cosa que no es rara pero estos días hemos estamos juntos todo el tiempo.

Cenamos juntos «gracias a Dios sin Edward», nos la pasamos con el bebé, y con manchas que anda en celo y al parecer encontró un gato salvaje.

—¿Por qué tiemblas? —pregunta Tayler, y lanza otra daga.

Me enfurezco porque es obvia la razón por la cual estoy temblando, me está rodeando de dagas, dibujando la silueta perfecta.

—¡Date prisa que tengo un regalo para ti! —grito enojada y se desarma a carcajadas.

—¿Vas a matarme? —se burla—. Con ese genio no vas a llegar a los treinta, ya haces rabietas como señora de ochenta años.

Entro cierro los ojos, me muevo de mi eje y pongo las en manos en la cadera.

—Eres un cabron —le escupo, y asiente con la risa entre los labios.

Camino hacia él señalándolo, levanta las manos en forma de rendición mientras aguanta la risa.

—¿Me darás una foto con bragas? —pregunta.

Me detengo y se cruza de brazos esperando la respuesta. Imito su pose y finjo pensar.

—¿Foto? —digo asqueada—. ¿No estoy aquí o qué?

—¿Qué quieres? —camina hacia mí.

Sonrió con nerviosismo.

—Quiero un día de diversión —pido esperando que se niegue.

—Explícame.

—Quiero beber, divertirme, caer de ebria y reír... —lo miro—, contigo.

Acomoda mi cabello detrás de mis orejas.

—De todas maneras no tienes muchas opciones de compañía —se burla y le doy un puñetazo en el abdomen que le saca el aire según él.

—Eres un anciano estresante.

—Y tú una mocosa cardiaca —se burla rodando los ojos y le saco la lengua mostrando el dedo de corazón.

Se viene contra mí, y rodeo su abdomen con mi brazo para ir a su espalda, me la quita y logro atravesar su brazo para rodear su nuca con mi mano e impulsarme para subir a sus hombros, pero es más rápido y fuerte que yo, así que, usa la maniobra en mi contra; cambia la pierna hacia al frente y quedó sentada en sus hombros.

Eleva la vista y sus ojos de cazador me dice que será el último día que me vean con esa luz, no lo entiendo pero es esa sensación, una que me retuerce el estómago y regresa los ácidos gástricos de mi esófago.

Paso las manos por su cabello, me desliza hacia abajo y quedo enrollando las piernas en su cadera, busca mis labios y no se los niego ya que también lo necesito.