Damon Armstrong.
Final.
—¡No! —asfixio al Yakuza antes de ir por el idiota que tengo a metros de mí—. ¿Qué mierda hiciste?
No dice nada, está arrodillado como marica, y en sus manos tiene una foto de ella en el jardín. La lleva a su pecho y...
—Mátame —suplica—, lo único que quería acaba de irse. Quiero ir adónde sea que vaya.
Me hierve la sangre, me voy contra el a los golpes y no se defiende, me envenena que no se mueva.
—¿Por qué? —digo mientras golpe— ¡No tenías que dejarla caer!
—¡Elton! —grita el mecánico—. Perdí comunicación con Lovely.
—Ok —contesta.
—¿Qué mierda te sucede? —vuelvo a decir mientras lo sigo moviendo a golpes—. ¡Ella merecía vivir! ¿Por qué?
—Sólo... mátame —dice escupiendo sangre—. No puedo vivir sin ella... déjame morir con ella.
Y me doy cuenta de que... sé lo merece, merece vivir con lo que hizo. Y merece que lo despellejen vivo. El nudo en la garganta no desaparece, se incrementa, me levanto tratando de sostenerme de algo, todo está borroso, no consigo comprender que diablos haré ahora. «¿Qué hago sin ella?», me pregunto.
La saliva se me vuelve pesada, no puedo tragar, y no puedo respirar, el corazón me retumba en los oídos. Escucho a los soldados que vienen y no me detengo a esperarlos, corro hacia la parte de la carretera, no sé cuánto duro corriendo ahogándome, encuentro a guardias, y los mato con la pistola que tengo, maldito que se me atraviese lo voy matando porque no puedo sentir una mierda.
Me duele el pecho, me ahogo con mis propias lágrimas, se me enfría la garganta, caigo por un barranco y me levanto tratando de buscar no sé qué, no sé qué. No sé, no sé.
—¡No, Dios...! —grito cayéndome al suelo.
Se me desarma la garganta a gritos mientras golpeo la grava de la carretera.
—¡Ya déjate de llorar! —hablan en mi oído—. Estoy en la caída con Lovely.
«La caída, la caída», me repito mientras voy cruzando maleza, tropiezo con rocas, y caigo más de una puta vez. Me envenena no llegar ya, veo la caída y es una locura que esté viva, y más con este maldito frío, ya casi amanece, y la sensación térmica empeora al amanecer, no sobrevivirá aquí, necesito llevarla a un hospital...
Llego y lo primero que veo es una ambulancia , «¿por dónde entro?», es lo primero que me pregunto.
Veo a Lovely tirada recibiendo primeros auxilios por el idiota del mecánico, lo aviento sin mucho esfuerzo y veo a lovely pálida, con labios morados, una herida hace que le sangre el hombro. Me quedo en shock absoluto mientras le paran la hemorragia, está llena de sangre por todos lados, y... «¿Qué hice?», me cuestiono lo increíblemente imbécil que fui.
Me pongo en acción practicando primero auxilios, y le hablo para que reaccione. No lo hace, e intento nuevamente.
—¡Trae los compresores!
Elton se apresura, y da el primer voltaje, su pecho se eleva pero no hay una mierda, no hay nada. Lo empujo con la ceguera de perderla al inútil y subo la potencia. Despejo... nada, una y otra vez.
—¡Ya no! —grita Ostin—. ¡No le hagas más daño!
—¡Cállate!
—¡Ya basta!
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR
LosoweLa vida de Lovely Walker se dividía entre karaoke y fotografías. Ahora debe decidir entre la jerarquía y el líder de la mafia que la rige. Los acontecimientos de hace cuatro años atrás la devastaron, y la condenaron a ser propiedad de su agresor, el...