Lovely Walker.
Cara a cara.
—¿Love? —gritó mi madre desde la planta baja.
Me retorcí entre mi cama, aún no me daba el sol en la cara, ¿qué diablos sucedía con ella? Volví a centrarme en mi sueño, y el aroma que tanto adoro me navego por las fosas nasales, me hundí en el par segundos y sentí que me mecía en los brazos de Morfeo.
—¡Lovely Walker!
Brinqué en la cama con un latido en mi sien, pataleé haciendo berrinche.
—¿Qué quieres mujer?
—¡Ostin está aquí!
Los gatos.
—¡Voy!
Me cambié lo más rápido que pude, saqué mi cámara del buró, me puse unos jeans, y una blusa color vino de manga larga. Mis jeans de tiro alto hacían que no luciera mi ombligo, la gamuza quedaba bien con mi piel.
—¿Adónde mierda están mis zapatos?
Mis zapatos negros, literalmente mis nuevos pies después de que mis converse quedaran en el fuego cruzado.
Me golpeé con el buró al notar que la punta de uno salía de la parte de abajo. Cuando estire la mano para alcanzarlo sentí un aroma florar. ¿Vainilla? Alce la vista y me topé con un vaso de café, una nota bajo de él y una bolsa de... ¿Picafresas?Por un momento creí que Ostin había sido, pero de ser así me hubiese despertado él mismo. Me levanté y me acomodé sobre la cama mientras veía la nota y metía los pies en mis tercos zapatos.
Mi corazón trabajo con fuerza y cuando las palabras llegaron a mi cerebro mi sonrisa se amplió, haciéndome cosquillas en todo el cuerpo. Me giré para ahogar el grito de felicidad. Mis mejillas estaban tan calientes y no hacía falta mirarme al espejo para saber que estaba como un tomate. Pero espera, ¿entró sin permiso? No me quitó el entusiasmo pero sonreí porque pudo haberme despertado o quedarse a dormir conmigo, pero eligió simplemente pedir disculpas. Sabía que si le gustaba. Mordí mi labio inferior con entusiasmo de que dejara su aroma pero al pasar mi mano por mi rostro supe que no era coincidencia, mi mano había sido tocada por él y aunque un pánico recorrió mi cuerpo me sentí más que complacida.
Guardé la nota con las cosas secretas de mi escritorio, que por cierto no tenía llave así que lo cerré y se la puse nuevamente. Las guardé en mi bolsillo y metí mis picafresas a la mochila verde que colgaba en mi espalda. Tomé el café y le di una calada de aire.
—¿Qué traes allí? —indagó mi madre desde la mesa mientras bajaba las escaleras.
—¿Café?
—¿Es del sur?
—Quizá.
Ostin se carcajeó y cubrió su boca para aclarar la garganta.
—Yo se lo regalé ayer —elevó los hombros.
—¿Fuiste al sur para un café?
—No es cualquier café —protesté.
—Sí, hasta acá puedo apreciar ese olor horripilante.
Mi mamá odia el sur porque es el único lugar donde él puede encontrarme. Controla la zona, y de alguna manera se que me respetan.
—Que a ti te guste el café amargo, no es mi problema —recalqué lo amargo para que supiera de quién hablaba.
—Bueno ya —dijo, leyendo unos documentos—. ¿Se puede saber adónde van?
—Vamos a una casa hogar para animales —soltó Ostin antes de que mis labios se separaran por completo y arruinarlo.
ESTÁS LEYENDO
𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR
RandomLa vida de Lovely Walker se dividía entre karaoke y fotografías. Ahora debe decidir entre la jerarquía y el líder de la mafia que la rige. Los acontecimientos de hace cuatro años atrás la devastaron, y la condenaron a ser propiedad de su agresor, el...