𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR

Extra dominguero⚠️

Este extra responderá sus preguntas sobre la razón por la cual Elton es básicamente inmune, la razón por la cual Tayler confió en él para cuidar a Love.

Pero...:

Bienvenidos al pasado.

Elton Makris.

En algún lugar de México, años atrás:

La música me retumba los oídos, los fuegos artificiales truenan y los pies me duelen de tanto bailar, estoy sudando y mi camisa es inexsistente. Gracias al ejercito estoy bien dotado y no me avergüenza mostrar mi escultural cuerpo, tampoco me niego a las manos femeninas que me tocan mientras me muevo y salto al ritmo de la música.

La tarima está llena de bailarines profesionales pero, no me han visto a mí. He nacido en la raices equivocadas y por ello me deleito de las que valoran mi buen gusto. Tomo a mi compañero de fiesta que se estaba besando con una o tres mujeres que una lo toco demás y la empujó enviándola al suelo.

—¡Vamos a demostrar porque somos los herederos más poderosos del puto planeta! —grito y Aragon bebe de una botella.

Los gritos y chiflidos aumentan pero los alucinógenos nos tienen por los suelos, Aragon trae ganas de poseer a una mujer como diez años mayor a él y por mí parte sólo quiero amanecer vivo y con el látex puesto.

—¿Qué planeas? —pregunta Aragon.

—¿Recuerdas el encubierto de Utah?

—Mehj —se encoge de hombros.

Hace unos meses tuvimos que infiltrarnos para conseguir información crucial con los calaveras. El show fue inmenso, tuvimos que ser los bailarines de repuesto. Robamos lo que teníamos que robar y lo que no. «La aventura lo vale»

Amanecimos vivos de puro milagro, y por eso es que ahora festejamos.

Le asiento y damos un saludo arriba y abajo antes de terminar en la tarima. Los bailarines nos aplauden sin dejar de bailar su coreografía. Aragon golpea el pecho como un vikingo u samoano mientras yo le sigo los pasos golpeando mi pecho y piernas coordinando gritos neutros con golpes secos.

Comienza la música de manera fluida, es phunk pero con mezcla mexicana. El licor nos baña: cerveza y tequila, Aragon lo recibe mientras las chicas se acoplan y los demás aplauden.

Paseo las manos por mi abdomen y Tayler mueve los pectorales alocando a las féminas. Vamos de olear las caderas hasta hacer el baile de la de serpiente en la tarima. Siguen los gritos, bailes, y alcohol. Terminamos derramando las rodillas mientras tocamos nuestra entrepierna como animales en celo. Las mujeres gritas y hombres que aplauden a todo ritmo.

El genterio comienza a subir y bailar. Nosotros huimos de la neblina que se avecina a nosotros queriendo sexo desenfrenado. Brincamos cayendo como todo sargento, y emprendemos la huida. Me carcajeo y él me acompaña golpeando mi hombro con la mano, no había sonreído desde hace mucho y eso me hace poner acción el momento.

—¿Qué tanto te ves la bragueta? —le pregunto al Alemán que se mira el cinturón.

—Quiero un tatuaje.

—Perfecto —apludo dejando que las drogas hablen por mí—. ¿Te pondrás una anaconda?

—Esa ya la tengo —se limpia la nariz y saca el polvo blanco que desprecia pero últimamente lo ingiere como nada.

Emprendemos camino a una zona que parece más peligrosa que el hombre que viene a mi lado. Pronto tendrá que tomar un cargo que odia, y hacer cosas que odia. Supongo que todos en el mundo hacemos cosas que odiamos.