Damon Armstrong.
Con mi peor enemigo.
He estado sedado desde hace no sé cuánto, no puedo contar los días, de hecho, no sé una mierda de nada. Colapsé ante la bofetada del escarmiento, y aún lo recuerdo. Tengo pedadillas cada noche.
—¡No! ¡No por favor!
—¡Espera! —tres disparos.
—¡Déjame probar!
Tiemblo ante las imágenes que hace mi cabeza.
—¡Te dije que no! ¿Por qué? —su llanto me envenena. Me destroza, traigo en pedazos.
—¡Love! —grito y no me escucha—. ¡Voy a ir por ti!
Me duele la cabeza y no puedo pensar.
—¡Déjame odiarte! —ella grita y me destroza—. ¡No me hagas esto!
Estoy en un maldito sueño, es un sueño. No es verdad.
—Tay... —el susurro de su voz. Y el video que me muestra Elton en la pantalla.
Estaba viéndolo con los ojos con los que sólo sentía que verme asesinarlo pero en lugar de eso lo besa. Lo besa a acariciandolo, y deja que la toque.
Se ve hermosa, y me resigno porque yo jamás podría ir a rogarle, no haré nada para recuperarla. No lo haré. Dejaré que la mate ese maldito.
—¡Te odio! —le grito.
Su voz vuelve a aparecer:
—¡No estoy aquí por el puto contrato! —su afirmación me condena a la perdición.
Cierro los ojos y la oscuridad me envuelve.
—¿Quieres ir a la cama?
—¡Cállate, Love! —grito y me derrumbo en el suelo con las imágenes que hace mi mente.
—Ya hemos dormido juntos, ¿no?
Las voces no paran. Me duele el pecho, me asfixia, lloro para mis adentros y la odio, la odio más que nada.
Está parada frente a mí y ahora estamos en el edificio. Está acercándose a mí con sus jeans negros y gorro gris.
—¿Por qué no me quieres besar? —me pone las manos en las mejillas—. No me voy a enamorar.
Sus ojos grises me miran y me derrito en ellos.
—¿Me amas? —me aferro a su nuca.
—Sí —mira sobre mi hombro y sonrisa—. Te amo, Tay.
Me hace a un lado y me arde el cuerpo, el corazón, me punza la cabeza, pierdo la razón y es ella: ella besándolo como me besa a mí, subiéndose sobre sus caderas.
Saco mi arma y...
Abro los ojos, estoy sudando, atado a una camilla, me lloran los ojos, no respiro, no veo, no nada. La furia me mantiene estúpido, no puedo articular palabra, sólo siento que voy a colapsar. ¿Por qué me duele tanto? ¡Dios! Arranca esto, no me arrodillo por nadie, pero bórrala de mi mente. ¡No la quiero querer!
—¿Cuántos campos hay disponibles? —la voz del compone autos se hace presente—. ¿Quién supervisa la seguridad?
—Lovely —informa Elton y yo aún no veo nada—, por lo que escucho ella ha buscado la seguridad para el día de la iniciación.
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR
AcakLa vida de Lovely Walker se dividía entre karaoke y fotografías. Ahora debe decidir entre la jerarquía y el líder de la mafia que la rige. Los acontecimientos de hace cuatro años atrás la devastaron, y la condenaron a ser propiedad de su agresor, el...